sábado, 26 de diciembre de 2020

EL GRAN INCENDIO DE SEGOVIA DE 1920 Y SUS CONSECUENCIAS (1917-1936)

      Hoy 26 de diciembre de 2020 se cumplen cien años del incendio de 1920 que provocó una gran transformación en la ciudad en varios lugares, en la muralla, la panorámica del Paseo del Salón o en la plaza Mayor, como vamos a mostrar. Después de conseguir nuevas fotografías con su adecuada datación y nuevos datos del gran incendio, rememoramos su centenario en este desgraciado año de pandemia. Entre 1921 y 1936 se realizaron grandes cambios y acabados todos ellos, en los primeros años de  nuestra guerra civil, son los que se mantienen en la actualidad.

      Por el paseo del Salón se mantenía una parte de la casa noble de época renacentista, que el marqués de Lozoya en 1921 denomina de Pedro de Segovia, junto al cubo de la muralla que designamos como 1. A continuación toda la parte trasera que correspondía a la casa de Juan Bravo Nº 2, en la cual estaba la oficina central de Telégrafos y Teléfonos, los salones del Círculo de la Unión Mercantil e Industrial, la sucursal del Banco Castellano, desde junio de 1920 sustituyendo al antiguo café restaurant El Suizo y varias viviendas en la tercera planta. En el edificio residían la viuda y propietaria del edificio, Adela Chauvín Strudwick con su hijo Francisco, su hija Julia y su yerno Victoriano Villoslada Neira junto con sus hijos. Entre el cubo 2 y el cubo 3 vemos la gran galería acristalada realizada en 1912 por Benito de Castro Rueda para el casino de La Unión.

      La casa noble de Pedro de Segovia mantenía, la fachada, un patio renacentista y como podemos comprobar en la parte del Salón dos balcones que intuimos con arcos conopiales en origen, sobre una planta con matacán y una balconada típica de secadero de pieles del siglo XVI. Sobre el cubo 1 un balcón acristalado, típico de los primeros años del siglo XX y encima una especie de caseta de vigilancia. Ambos edificios por delante tenían una única fachada noble renacentista y hacia el Salón esta parte estaba justo detrás de las casas de plaza del Corpus Nº 3 que hacía un saliente con respecto a la casa noble.

       Gracias a una panorámica de Otto Wunderlich, muy probablemente tomada en el verano de 1920, podemos comprobar cómo se mantenían los edificios que conformaban parte de la muralla de la ciudad.


      Sin embargo, pasado el día de Navidad, el domingo 26 de diciembre de 1920 hacia las seis de la tarde desde un cuarto para la leña de la central de Telégrafos salta una chispa y rápidamente provocó un enorme incendio que se extendió por todo el edificio. A las pocas horas del comienzo del incendio Segovia se quedaba incomunicada por Telégrafo y por Teléfono. Aunque los bomberos de Segovia acudieron rápidamente y además tuvieron la ayuda de las bombas del Regimiento de Posición de la Casa Grande y de la Academia de Artillería, por el viento huracanado que había, toda la casa renacentista se destruyó por el interior. La fachada en la calle Juan Bravo Nº 2 se mantenía firme, pero también se incendiaron totalmente la casa donde tenía su peluquería Román Santamaría y a continuación se vio muy afectada la casa donde se encontraba una farmacia.


      Pero en la parte del Salón el derrumbamiento de las plantas segunda y tercera hizo que la fachada, cediese provocando un derrumbe de modo que gran parte cayó sobre el quiosco de música, que estaba justo debajo, provocando un fallecido que se encontraba en el interior del quiosco.


       Además, el mal tiempo con aire huracanado provocó que las vigas de madera volaran y que una de ellas a modo de un fósforo gigante entrase en el chapitel de la iglesia de San Miguel quemando sus vigas, fundiéndose las campanas y provocó que se destruyese totalmente. A su vez alguna otra viga cayó en la parte de la bóveda por lo leído en los periódicos de la época y también afectó mucho a la cubierta. Así lo podemos comprobar con un detalle de una panorámica que José Regueira realizó en 1921, donde marcamos como referencias la espadaña del convento del Corpus y los tres cubos.


       Durante todo el año de 1921 al comprobar que las estructuras de los dos edificios entre los cubos 1 y 2 estaban afectadas totalmente, se tuvieron que hacer grandes demoliciones. De modo que podemos apreciar que la parte antigua de la casa de Pedro de Segovia por la parte del Salón se había mantenido firme, como vemos en la foto anterior, pero estaba muy afectada por toda la parte interior. Análogamente quedó destruida casi toda la fachada con los nueve balcones por planta realizada por Joaquín Odriozola en 1900, excepto la parte junto al cubo 2. A lo largo de 1921 después de las demoliciones y limpiezas de los terrenos se vendieron mediante subasta dos grandes solares, uno lo compró el Banco Castellano que debía poseer parte del bajo y el otro el casino de La Unión (materializado éste último el 31 de enero de 1922).

    Hacia finales del verano de 1922 podemos comprobar muchas consecuencias del incendio. Muy probablemente durante 1921 se hizo una cubierta sencilla de la torre de San Miguel y repararon los problemas que se habían causado en las cubiertas de la nave de la iglesia. Pero con vista al Salón vemos un tremendo panorama, con todo el derrumbe casi terminado, excepto las dos casas de plaza del Corpus de la peluquería y la farmacia. Para los escombros de los derrumbes se utilizó el propio talud del paseo del Salón como se aprecia por el movimiento de arenas. 


      Aunque la imagen procede de una fototipia y no es muy nítida, es suficientemente aclaratoria. Como vemos el cubo 1 está desmochado hasta la altura algo por encima de la valla del convento del Corpus, ya no hay ningún resto de la fachada antigua de la casa de Pedro de Segovia y las tres plantas con 9 balcones cada una, de la casa de Adela Chauvín tampoco. Justo a la izquierda del cubo 2 quizás se intuye una construcción con mayor altura que el cubo, de modo que podría estar ya realizándose el nuevo edificio propiedad del Banco Castellano. 

       Con un detalle de una imagen procedente de un archivo alemán podemos comprobar cómo se está ya realizando el edificio del Banco Castellano que da al paseo del Salón y que datamos en 1924. No sabemos quién proyectó ese edificio modernista porque no consta en ningún documento del Archivo Municipal de Segovia. Ahora bien, sí sabemos que Manuel Cuadrillero Sáez ya desde 1919 trabajaba intensamente como arquitecto para el Banco Castellano para la remodelación de su edificio de Valladolid y muy probablemente para reformas en sucursales del banco en otras capitales castellanas.


      Al igual que la foto de Regueira la imagen está tomada desde los altos de la iglesia de San Millán viéndose las cubiertas de las mismas casas. Podemos comprobar como el edificio del Banco Castellano excede dos plantas y el bajo cubierta con respecto a la altura del cubo 2. Según El Adelantado de Segovia a finales de mayo de 1925 se anuncia la inauguración del nuevo edificio del Banco Castellano en la calle Juan Bravo Nº 2.

      Por otra parte con el aire huracanado y las vigas sobrevolando provocó que muchas de las siete casas con asignación del Nº 23 al Nº 29 de la plaza de la Constitución que estaban adosadas a la iglesia de San Miguel se vieran afectadas. El día del incendio provocó que todos los vecinos de esas casas fueran desalojados y se acumularon muchas de sus pertenencias en la elipse de la plaza provocando pillajes. Analizadas todas las casas provocó que finalmente se demoliesen casi todas entre 1921 y 1922, excepto tres de ellas como podemos ver en la foto de Wunderlich en 1925 con los solares limpios. Todo ello provocaría que el arquitecto municipal, Manuel Pagola, en septiembre de 1931 realizase un "proyecto de construcción de un edificio destinado a comercios en planta baja y sótanos, y a viviendas en las otras dos plantas, en el solar situado en la plaza mayor contiguo a la iglesia de San Miguel".  


     Entre 1923 y 1929 en el solar de la propiedad del casino de La Unión en la plaza del Corpus se organizaron todos los años bailes 'al aire libre' durante los felices años veinte. Además, como hemos comprobado se alquilaba por los anuncios vistos del presidente de la sociedad Antonio Herrero. En una imagen aérea de noviembre de 1925 podemos comprobar claramente el hueco del solar limpiado.

 
       Ya inaugurado el edificio del Banco Castellano podemos ver en el balcón central principal el cartel de BANCO CASTELLANO y en el portal de la derecha el de SUCURSAL. En cambio, en el portal de la izquierda estaba el acceso a las viviendas y la oficina central de la Compañía Telefónica Nacional de España.

   
       En las panorámicas desde La Piedad en los primeros años de la República todo se mantenía similar. Ahora, podemos seguir viendo el desmochado del cubo 1, pero parece que todavía un poco por debajo de la valla del convento del Corpus.


      Pasados dos años tenemos otra imagen que nos muestra nítidamente el solar vacío que ya no era propiedad del casino de La Unión.


     Habiendo cambiado la propiedad del solar Francisco Gálvez Alcaraz promueve un proyecto de edificio al arquitecto 'futurista' Casto Fernández-Shaw e Iturralde en julio de 1935 que terminará de construirse en 1939 o 1940. En este caso, incluso se hizo el vaciado del terreno y se construyó un local comercial al nivel del Paseo del Salón. A partir de entonces la vista panorámica segoviana en el paseo del Salón se mantuvo hasta la actualidad. 


      Por otra parte, para terminar, la otra gran consecuencia del incendio de 1920 fue la realización del edificio de la plaza Mayor adosado a la pared de la iglesia de San Miguel que incluía el acceso a la iglesia. Podemos ver como en 1932 ya han construido los arcos, están realizando la primera planta y suponemos que se terminaría ese año o en 1933.

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      Esta entrada se la quiero dedicar a mis amigos con interés en la historia del patrimonio histórico segoviano.
        Todo ha sido posible gracias a:
Las fotos recopiladas de Otto Wunderlich, Ortiz Echagüe, La Fundación Telefónica, otras de mi colección y mis amigos Aku y Juan Santamaría, que hemos utilizado para aclarar los cambios.
Las fotos en panorámica de Segovia de José Regueira que el amigo Aku Estebaranz divulgó en su blog.
Padrones Municipales de 1900 y 1920 del Archivo Municipal de Segovia.
Archivos de Contribución Industrial de 1917 y 1919 publicados en el Boletín Oficial de la Provincia de Segovia de la Biblioteca Digital de Castilla y León.
Diario de Avisos, miércoles 14 de julio de 1915, Año XVIII-Núm. 4986.
La Tierra de Segovia, miércoles 21 de abril de 1920, Año II-Número 288.
La Tierra de Segovia, miércoles 23 de junio de 1920, Año II-Número 338.
La Tierra de Segovia, sábado 3 de julio de 1920, Año II-Número 347
La Tierra de Segovia, martes 28 de diciembre de 1920, Año II-Número 475.
La Tierra de Segovia, viernes 31 de diciembre  de 1920, Año II-Número 478.
Mundo Gráfico, miércoles 5 de enero de 1921, Año XI-Número 479.
El Diario Palentino, lunes 31 de enero de 1921, Año XXXIX-Núm. 11365.
El Adelantado de Segovia, lunes 18 de mayo de 1925, Año XXV-Núm. 4927 del Archivo Municipal.
Guía de Poblaciones Españolas. Segovia. Precio 2,50 pesetas. Segovia, 1926. De la Biblioteca Digital de Castilla y León.
Memoria y lugar. Segovia en la fotografía de Otto Wunderlich. Comisariado por Miguel Ángel Chaves Martín, Torreón de Lozoya, diciembre de 2016-marzo de 2017. Instituto del Patrimonio Cultural de España, Diputación Provincial de Segovia y Fundación Caja Segovia. Segovia, 2016.
Silvestre Manuel Pagola, Arquitecto por Miguel Ángel Chaves Martín y Alberto García Gila. Demarcación de Segovia del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla y León Este. Segovia, 1997.
Casino La Unión. Biografía incompleta. Siglos XIX y XX por Rafael Cantalejo San Frutos. Casino de la Unión, con la colaboración de Caja Segovia, Ayuntamiento de Segovia y el Hotel Residencia las Sirenas. Segovia, 2008.
La Casa Segoviana. De los orígenes hasta nuestros días por Alonso Zamora Canellada, José Antonio Ruiz Hernando, Miguel Ángel Chaves Martín y Juan de Contreras y López de Ayala, marqués de Lozoya. Edita Caja Segovia, Obra Social y Cultural. Segovia, 2010.
El apoyo en la divulgación sobre Segovia y aliento continuo de Isabel y Rafa del Archivo Municipal de Segovia por su incansable disposición para buscar esos pequeños detalles tan decisivos.
Mi colección de postales, fotos y revistas antiguas de Segovia recopiladas en los últimos veintidós años.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Memoria de la vida truncada de un brillante discípulo de Justo Pérez

     Matías Gómez Rodríguez con su esposa Águeda Palomo del Pozo y sus seis hijos Francis, Antonia, Matías, Dori, Antonio y Reme, naturales de Abades, se establecieron en Segovia en busca de mejores perspectivas, a principios de los años cincuenta. Con el dinero de la venta de unas pocas tierras, compraron una vieja casa en la plaza de Santa Ana, donde en la planta baja Matías guardaba el carro y el caballo con los que hacía portes y recados y criaba unos cerdos. 


     Recuerdan los hijos que la vida era dura y los mayores tuvieron que contribuir al sustento familiar. Las muchachas empezaron como sirvientas y trabajar en tiendas o fábricas. Con sólo trece años el tercer hijo, Matías Gómez Palomo, entró a trabajar como botones en el Hotel Casas en 1953, sus hermanas todavía recuerdan lo guapo que estaba con el uniforme del hotel.

      Matías era espabilado, inteligente y trabajador y, o bien el muchacho mostró interés por la cocina o bien Justo Pérez supo ver que sería un buen aprendiz y no dudó en ponerle a su lado en los fogones, como había hecho y seguiría haciendo con muchos otros que pasaron por la cocina del Casas. De la mano de Justo, Matías pronto mostró ser un excelente aprendiz y además tener dotes excepcionales como cocinero. Cuando se casó su hermana mayor, mi madre, en 1957, el banquete de boda fue, por supuesto, en el Hotel Casas, preparado con especial esmero por Justo y un Matías que ya despuntaba en los fogones.

      Antes de cumplir los veinte ya participaba en concursos de cocina y ganó varios de ellos, recuerdo todavía los trofeos en casa de mi abuela Águeda. Hacia 1962, con apenas 21 años, ya era el Jefe de cocina en el restaurante El Bernardino.


     Poco después, el miércoles 25 de abril de 1962 se celebra en el Gran Hotel Las Sirenas el primer Concurso provincial de Cocina. En el concurso concurrieron cinco jefes de cocina de varios establecimientos segovianos que quedaron clasificados por orden de puntuación según el jurado calificador, (uno de ellos Justo Pérez Benito): 1º) Matías Gómez Palomo, 2º) Fermín García Casado, 3º) Manuel Rojas Santa Ana, 4º) Fidel Urrialde Prior y 5º) Tomás Urrialde Garzón. El vencedor acudiría al certamen nacional en Palma de Mallorca.

     El fotógrafo Manolo Río realizaba varias fotografías, entre ellas mostraba el menú galardonado con el primer premio. 


     En la prensa segoviana se publicaba alguna fotografía de los participantes, Matías junto al maitre y Justo Pérez, como director técnico del jurado, a la derecha del presidente de la sección social del Sindicato Nacional de Hostelería.


    Después en Palma de Mallorca obtuvo el segundo premio, y ello según le dijo a Justo Pérez un cocinero amigo, miembro del jurado, porque "el primero estaba ya dado a un cocinero de Madrid". Justo siempre le alentó a que progresara y volara alto y a principios de los sesenta entró como segundo de cocina en el restaurante El Bernardino, entonces muy afamado, donde siguió ganando renombre y donde también empezó su hermano pequeño Antonio, quien siempre nos ha contado que quería progresar y poner su propio restaurante. 

     Unos meses después, con tan sólo 21 años y con la recomendación de Justo, le ofrecieron ser jefe de cocina en el Gran Hotel de La Toja. El lunes 2 de julio de 1962, pocos días antes de trasladarse a Galicia, regresando de un pueblo de dar una comida de pedida de mano, el coche en el que viajaban los trabajadores de El Bernardino se salió de la carretera, resultando heridos de pronóstico gravísimo Matías y Carmelo del Pozo, hijo del dueño, e Irineo Álvarez herido grave, lo que causó gran conmoción en la ciudad. El día 4 falleció Matías y el día 5 Carmelo.

     Yo tenía dos años y tengo un vago recuerdo de un hombre que jugaba con sus sobrinos pequeños y nos daba golosinas, pero su recuerdo ha estado muy presente en la familia de mi madre, en el luto perenne de mi abuela Águeda y en las historias que nos contaban mis tías y yo hoy cuento a mis hijos.

     No me cabe duda de no ser por este trágico suceso, que Matías hubiera tenido una excelente carrera como cocinero y ese restaurante que quería montar con su hermano Antonio, tendría hoy justa fama en Segovia, ni tampoco que ello habría sido gracias a que la cocina del Hotel Casas fue la excepcional escuela de Justo Pérez, quien le tuvo gran cariño, como bien recuerdan todos sus hermanos, y Matías siempre tuvo devoción por su maestro que le inició e impulsó como profesional.


LUIS MIGUEL PASCUAL GÓMEZ
Edición, Segovia y Matemáticas, 2020
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      Este escrito está dedicado a los hermanos de Matías Gómez Palomo y en particular a su hermana mayor Francis.
      Todo ha sido posible gracias a:
Fotos del archivo familiar de los nietos de Justo Pérez Benito.
Fotos de los hermanos de Matías Gómez Palomo junto con su recordatorio de defunción.
Fotos con la colaboración de Juan Pedro Velasco.
Vanguardia Segoviana, periódico del sábado 28 de abril de 1962, Año IX, Núm. 397.
El Adelantado de Segovia, periódico del martes 3 de julio de 1962, Año LXII, Número 18860.
El Adelantado de Segovia, periódico del jueves 4 de julio de 1962, Año LXII, Número 18861.
El Adelantado de Segovia, periódico del jueves 5 de julio de 1962, Año LXII, Número 18862.
La colección de fotos, folletos turísticos y papeles antiguos de Segovia de Pedro Luis Peñas.

viernes, 9 de octubre de 2020

Hostería TURÉ en la calle Resolana de Segovia (1952-1955)

      Muy probablemente ya a finales del año 1950 el negocio del hotel Casas en la calle Cronista Lecea Nº 11 funciona notablemente y el matrimonio de Justo Pérez y Agapita Gómez, ambos trabajadores incansables y con dos hijos, deciden hacer una inversión más propia, relacionada con 'su pueblo' y por eso lo llamarán Hostería TURÉ, de Turégano. En esos momentos debieron comprar la casa Nº 6 de la calle Resolana, que por detrás tenía una huerta, con vistas a nuestro maravilloso Acueducto y mantenía el mismo aspecto que veinte años antes. 


     Desde esa perspectiva viendo las partes traseras de los cinco números que tenía la calle Resolana, con sólo números pares, ya que en frente estaba el muro de carga de la calle San Juan, no llegamos a clarificar como la calle Resolana conectaba con la carretera de Arévalo. En cambio, sí vemos bien los cuatro olmos que había en la calle, tres a la derecha y uno a la izquierda junto al muro y cuyas ramas daban sombra a la calle de San Juan.

     Lo vamos a ver mejor usando otras perspectivas. En la imagen de la izquierda vemos la carretera de Arévalo y justo al empezar las casas solariegas, ya era la calle Resolana. Hemos marcado en verde la señal de atención de vehículos a 12 km/hora que se podían incorporar. En la imagen de la derecha vemos el inicio de la calle Resolana desde la parte superior de la calle de San Juan, aunque popularmente se decía la "cuesta de Santa Lucía", acaba la baranda de piedra con la señal de velocidad para automóviles, el hueco de la calle Resolana y las antiguas casas de la calle San Juan con número impar.


     Poco después, justo en la loma entre la carretera de Arévalo y la calle de Gascos vemos que ya se había construido el chalet de tres plantas que Carlos Tablada Maeso había encargado antes de fallecer en abril de 1932 y dejar viuda a su esposa Eutiquia.


     Finalizada la guerra, el arquitecto provincial Benito de Castro va a transformar ampliando una nueva planta la casa de la calle Resolana Nº 8 de modo que, a efectos, se construye un nuevo edificio con tres plantas para alquiler, con una vivienda por planta.     


     En junio de 1951 la esposa de Justo Pérez solicita al Ayuntamiento el derribo de la casa de su propiedad del Nº 6. Además, el matrimonio debía poseer la huerta del propio Nº 6 y parte de la huerta correspondiente al Nº 8.  Como vemos  al principio del verano de 1951 el derribo todavía no se había realizado y tenían de plazo, según el expediente, hasta octubre de 1951.


     Es muy probable que el arquitecto del proyecto del nuevo edificio de Resolana Nº 6 fuese el mismo que el de la casa contigua, Benito de Castro Rueda, pero no se encuentra en el Archivo Municipal. Suponemos que el derribo se realizaría en agosto o septiembre de 1951 y su correspondiente proyecto ya estaría realizado. Sin embargo, inicialmente se van a construir dos edificios separados, uno con entrada por la calle Resolana Nº 6 y el otro en su huerta correspondiente junto con la ampliación de la del Nº 8. Todo ello se debió realizar entre octubre de 1951 y finales de 1952.  

     Gracias a las fotos facilitadas amablemente por la familia Pérez Gómez la más antigua tiene sello de Foto Río (Manuel Ríosalido) y fecha de abril de 1953. Vemos dentro del edificio a Justo Pérez Benito que invita a mostrar su nuevo establecimiento a su gran amigo, Cándido López, ya nombrado Mesonero Mayor de Castilla. Su gran amistad, por las fotos vistas, al menos procedía desde 1950, desde que ambos colaboraron en varios actos vestidos de segovianos y haciéndose bromas en los preparativos.


    Suponemos que la inauguración de la hostería, precisamente por el tiempo de construcción, sería hacia marzo o abril de 1953. El primer anuncio encontrado en un programa de fiestas de San Juan y San Pedro es precisamente el de junio de 1953 que nos indica que ya está en funcionamiento y curiosamente no especifica nada sobre su localización oficial, que es la calle Resolana Nº 6, si no que lo hace de forma popular aclarando "junto a la calle San Juan" y recordando que es una "filial del hotel Casas".


     Lógicamente Justo Pérez orgulloso de su proyecto pedirá al fotógrafo Río que haga un reportaje fotográfico sobre su Hostería Turé. Hace dos tomas de la fachada del restaurante de la Hostería cuya entrada era por la calle Resolana Nº 6.


     Para que nos hagamos una idea está justo al desembocar la carretera de Arévalo, en la calle Resolana, que popularmente por su inclinación se decía la 'cuesta de Santa Lucía'. Es decir es un restaurante pensado principalmente a los segovianos de la provincia que vienen subiendo por toda la carretera que está junto a la muralla viniendo por San Marcos. Además, Manolo Río sacará el comedor principal decorado con funcionalidad y presidiendo el típico reloj de pared, con unas lámparas con dragoncitos que sujetan con la boca el casquillo de las bombillas.


      Hace varias tomas del comedor, otra muestra los dos balcones que se ven en la fachada, con el hueco que hay muy probablemente para la cocina. Y es que entre el muro de apoyo de la calle Resolana y las antiguas casas había un hueco, por lo menos en las del Nº 6 y Nº 8, como podemos apreciar en las fotos de la década de 1930. 


    No mucho tiempo después, pensamos que en el propio año de 1953, se realiza el edificio que será más dedicado a parte residencial en el solar de lo que eran las huertas de las antiguas casas. Un edificio con tres plantas con dos galerías, una de ellas con cubierta, hacia el valle que salva el Acueducto y por encima de la calle Gascos.


    También la familia de Justo Pérez orgulloso de la situación de su Hostería a unos metros del Acueducto toma unas fotos desde la galería hacia el Acueducto.

   
      Además, desde la galería del segundo piso otra toma hacia la carretera de Boceguillas en el barrio de San Lorenzo y sobre la mitad de la calle Gascos.


      Justo Pérez encargó unas etiquetas para su Hostería Turé entre 1953 y 1955 siempre haciendo referencia a que era una filial del Hotel Casas.

 
      En 1955 hemos podido averiguar que ya durante ese año la familia Bella Sombría vivía en el edificio de las dos galerías y nos confirman que ya no estaba la Hostería Turé sino las dependencias de la sociedad anónima Unión Previsora Segoviana. Por lo cual la hostería tan sólo duró tres o como máximo cuatro años, aunque no hemos podido averiguar las razones por las cuales el conjunto de varios edificios pasaron a ser las dependencias de las oficinas y de la clínica de la Unión Previsora. Desde las lomas del cementerio vemos bien el conjunto de edificios en esta toma de 1958. Suponemos que en esta foto las ampliaciones en la parte trasera del Restaurante y el patio que había entre ese edificio y el de las galerías ya lo más probable es que fuesen intervenciones que hizo la Unión Previsora y no estaban en la construcción original de 1953.


    Como no disponemos del proyecto de los dos edificios, sí nos confirman de forma verbal que el acceso era por el antiguo edificio del Restaurante con los dos monolitos que vemos en las imágenes de arriba. Cuando se realizó la plaza Oriental y se hicieron los derribos de la calle San Juan de 1963 a 1968 y además se provocó la desaparición de la calle Resolana haciendo la explanación para el Paseo de Santo Domingo de Guzmán en 1969 es cuando se creó una nueva puerta de acceso al conjunto de la Unión Previsora.


      El edificio inicial del Restaurante de la Hostería Turé se quedaría sin acceso ya que el nivel del Paseo se hizo a un metro por debajo del antiguo nivel de la calle Resolana en el Nº 6, de modo que la puerta con dintel de granito se quedó muerta para el acceso. Podemos ver bien el edificio del Restaurante en una imagen de hace más de cuarenta años ya inaugurado el Paseo de Santo Domingo de Guzmán el 8 de octubre de 1970.

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      Esta entrada se la dedico a los nietos de Justo Pérez que me han facilitado las fotos y con ello hemos podido desarrollar la investigación del establecimiento de su abuelo que terminó antes de que ellos naciesen.
       Todo ha sido posible gracias a:
Las fotos facilitadas por la familia Pérez Gómez, en particular a los nietos de Justo y Agapita, Blanca y José Luis.
Toda la información con todos sus grandes recuerdos de Mª Carmen Bella Sombría.
Programa de Fiestas de San Juan y San Pedro de 1953 del Archivo Municipal de Segovia.
Segovia, Revista Oficial del Centro Segoviano de Madrid, Año II, Número 3, Junio 1953.
Algunas anécdotas, personajes y establecimientos del corazón de Segovia a mediados del siglo XX. Félix S. de la Fuente Contreras. Editado por el autor. Segovia, 2004.
La foto del IPCE viendo la panorámica del paseo de Santo Domingo, que hemos tratado informáticamente.
El apoyo a la divulgación sobre Segovia y continuo aliento de Isabel y Rafa del Archivo Municipal de Segovia que aunque no disponíamos del proyecto debíamos dar a conocer esta zona tan poco recordada.
Mi colección de postales, fotos, papeles significativos, programas de fiestas y guías antiguas de Segovia de los últimos veintidós años.

domingo, 20 de septiembre de 2020

HOTEL CASAS de SEGOVIA (1944-1966) Segunda parte

     Continuamos con la historia del Hotel Casas cuando un gran emprendedor toma el arriendo del negocio de los hermanos Casas. En el verano de 1944 Justo Pérez Benito junto con su esposa, la tureganense, Agapita Gómez Izquierdo, harán alguna pequeña trasformación en el hotel disminuyendo el número de habitaciones temporales y manteniendo varias en alquiler de renta fija a modo de pensión. En particular, la profesora de la Escuela Normal del Magisterio, María Victoria Jiménez Crozat vivió en el hotel entre 1945 hasta su jubilación en septiembre de 1950. Y el dueño de la librería Herranz en la plaza Mayor, Primitivo Herranz con su esposa, también vivieron de forma permanente durante varios años en esa época.

     Justo Pérez tenía gran experiencia como joven cocinero en establecimientos de la Gran Vía de Madrid con proyección nacional en la década de 1930, de modo que desde allí será cocinero en diferentes ciudades españolas. Cuando el matrimonio de Justo Pérez y Agapita Gómez se hacen cargo del Hotel y Bar Restaurante Casas, con una juventud vivida en Turégano, ya tienen a su hijo, Justo Pérez Gómez, nacido en Cádiz a principios de 1932.


    Rápidamente comenzará con una nueva publicidad llamando la atención para las celebraciones de los banquetes de bodas. Justo Pérez encarga unas tarjetas en las que recalca las características de las instalaciones del hotel "Amplias habitaciones con agua corriente, calefacción central y cuarto de baño" y por supuesto lo que fue su gran negocio "Servicio esmerado, espaciosos comedores para bodas y banquetes"


     Con la idea de la pequeña transformación mezclando el negocio de hotel y de pensión y manteniendo trabajo constante sigue con la publicidad en los programas de fiestas de Segovia consiguiendo reafirmar la popularidad del Hotel. 

 
     Cuando se celebraba alguna boda con más de cincuenta invitados en Turégano se intentaba hacer la boda en la iglesia de San Miguel y el banquete en el Hotel Casas de Segovia. Parece ser qué en la década de los años 40 el menú habitual era Paella y Pollo. Por ello, de forma interesada y manteniendo sus amistades tureganenses de juventud (aunque había nacido en Fuentepelayo por la profesión de su padre, peón caminero), en el programa de fiestas de septiembre de 1948 de Turégano inserta también publicidad de su gran establecimiento de la capital.


      En ese año de 1948 va a nacer su segundo hijo José Luis. Teniendo en cuenta las circunstancias pensamos que el negocio en unos años tan duros lo mantuvieron muy bien en el segundo lustro de la década de 1940. Justo en 1950 se hace en Segovia el cambio a la central telefónica automática, cambiando los números hasta cuatro cifras. Para poder aprovechar la asociación de números se hicieron los cambios correspondientes teniendo en cuenta que el número de teléfonos en Segovia no llegaba a los tres millares. Justo Pérez realiza precisamente un tríptico publicitario a dos tintas y precisamente tiene asignado el número de teléfono 2107. En octubre de 1950 colabora con su gran amigo, Cándido el mesonero, para la comida realizada en el Palacio de Riofrío con más de mil comensales en el II Congreso Internacional del Notariado Latino realizado en Segovia. 


     En Europa ya está empezando la recuperación económica después de la segunda guerra mundial y los primeros turistas europeos empiezan a venir en el verano a Segovia con más asiduidad. La creación del ministerio de Información y Turismo en 1951 va a potenciar la afluencia de visitantes europeos y americanos. Algún acto oficial con una comida durante el verano se realiza en el restaurante del Hotel Casas con todas las autoridades de Segovia junto con el Gobernador civil y Jefe provincial del Movimiento, Pascual Marín que da el correspondiente discurso.

   
      El negocio hotelero de Justo Pérez se mantiene bien y va en aumento (las cartillas de racionamiento acaban de desaparecer en España) y el tradicional chateo en Segovia, con aperitivo empieza a implantarse.


      Una muestra de las diferentes habitaciones con dos camas del hotel. Alguna de ellas era más grande y tenía una especie de recibidor y una puerta hacia el dormitorio-baño con dos balcones hacia la fachada principal de Cronista Lecea. 
 

       Las visitas de los turistas nacionales y extranjeros sigue aumentando continuamente en las ciudades españolas más monumentales. Las juntas provinciales de Información y Turismo y Educación Popular realizan una clara labor de divulgación promocionando las ciudades. En Segovia uno de los alicientes turísticos era la visita a la torre de la catedral para realizar impresionantes vistas.


      En esos primeros años de la década de 1950 cuando el negocio está en su máximo esplendor Justo Pérez y su esposa inauguran hacia principios de 1953 la Hostería Turé, con entrada oficial por la calle de Resolana Nº 6. La calle Resolana era la calle que saliendo desde la calle de San Juan conectaba con la cuesta que llegaba a la plaza de la Resolana y de ahí su nombre según Mariano Sáez, pero popularmente se hablaba de la 'cuesta de Santa Lucía'. Sólo tenía cinco números pares porque a la izquierda estaba el muro de carga de la calle San Juan. A continuación estaba en esos años la carretera de Arévalo (antiguamente carretera de Santa Lucía debido a la ermita que había por allí). Todo ello se transformaría desapareciendo la cuesta por la nivelación al crear el actual paseo de Santo Domingo de Guzmán entre 1969 y 1970. Como hemos podido comprobar esta hostería que empieza con el derribo de la antigua casa de calle Resolana Nº 6 en junio de 1951 suponemos, aunque no está el proyecto de construcción de nuevo edificio en el Archivo Municipal, se realizaría en unos doce meses de modo que ya está terminado en el verano de 1952 e inaugurado con seguridad en marzo de 1953, pero sabemos que duró pocos años porque en 1956 el conjunto de edificios ya lo utilizaba la sociedad anónima Unión Previsora Segoviana.

  
      Sigue pasando el tiempo y en ese segundo lustro de la década de 1950 Justo Pérez y su esposa tienen dos grandes negocios relacionados con el turismo, pero principalmente el de mayor rentabilidad era el restaurante del Hotel Casas en Cronista Lecea para los banquetes de bodas. Así era el comedor principal, con las dos columnas de hierro que actualmente se mantienen como parte de la estructura de construcción original.


      Además, estaba el comedor pequeño que actualmente es el gran bar de Pedro y sus sabrosas tortillas de patata.


     La fachada exterior se mantenía a escasos metros de la plaza Mayor y salía como decorado natural en el rodaje de 1956 de la película "Aventura para dos" protagonizada por Carmen Sevilla que va montada en el elegante automóvil descapotable.


      La apertura al exterior de España del segundo lustro se hace clasificando para los turistas los hoteles y hospedajes. En los primeros años de la década se habían inaugurado los nuevos hoteles, en 1952 el Hotel Sirenas, en 1953 el Hotel Alcázar y el viejo Comercio Europeo, el que tenía más habitaciones, se mantenía con algunas mejoras. De los antiguos los más pequeños estaban catalogados de 3ª categoría, como el Casas y el Victoria, por sus instalaciones.


      En esos años finales de la década de 1950 el hijo mayor de Justo, Justo Pérez Gómez empieza ya a tener cada vez más responsabilidades para la continuidad del negocio. Justo Pérez Benito ya más desahogado, como gran profesional de la cocina, forma parte del jurado en un concurso de restauración realizado en 1962.


     De manera que con su popularidad tanto en Turégano como en la capital hacía publicidad en el programa de fiestas de San Juan y San Pedro en 1964. Como siempre caracterizado por una cocina selecta y llamando la atención de los banquetes de bodas.

    
     Como en la década anterior los banquetes de boda más numerosos de Segovia se hacían en el Hotel Casas, en el Victoria o en el Comercio Europeo. Los jóvenes cocineros tenían un gran profesional para su aprendizaje, con especialidad en la repostería creativa de la época. Haber pasado por el Casas era una garantía de futuro éxito. Podemos mostrar un menú de boda de septiembre de 1966 y el autor de la tarta nupcial que se la llevaba a los novios.


     Por circunstancias familiares Justo, con sesenta y cuatro años, en 1966, junto con su esposa se van a vivir a Madrid de modo que deja el negocio a cargo de su hijo mayor Justo Pérez Gómez. Viviendo en Madrid siempre cuando volvía a Segovia algún fin de semana se pasaba a echar una mano en la cocina y saludar a los que fueron sus cocineros y aprendices. Fallecería nueve años después, pero consciente de su enfermedad, se vino a morir al Hospital de la Misericordia de Segovia a mediados de 1975. 

Continuará con la parte tercera (1966-1981)
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     Esta entrada se la dedico a la única nieta que Justo Pérez conoció y que gracias a ella hemos pretendido recuperar y valorar adecuadamente la memoria de su abuelo en la historia de la hostelería segoviana del siglo XX.
       Todo ha sido posible gracias a:
Las fotos facilitadas por la familia Pérez Gómez, en particular a los nietos de Justo y Agapita, Blanca y José Luis.
Programa de Fiestas de San Juan y San Pedro de 1947, 1953 y 1964 del Archivo Municipal de Segovia.
La foto facilitada por Ignacio Davía para las Exposiciones del Museo Rodera Robles.
La tarjeta de los inicios del Hotel Casas de la colección de Juan Pedro Velasco.
Proyecto de la construcción de nuevo edificio de febrero de 1931 por Manuel Pagola para Eustasio Casas del Archivo Municipal de Segovia.
Folleto turístico de 1960 que se repartía en la oficina de Información y Turismo.
Segovia, Guías turísticas andar y ver. Marqués de Lozoya. Editorial Noguer, tercera edición. Barcelona, 1963.
Algunas anécdotas, personajes y establecimientos del corazón de Segovia a mediados del siglo XX. Félix S. de la Fuente Contreras. Editado por el autor. Segovia, 2004.
El apoyo a la divulgación sobre Segovia y continuo aliento de Isabel y Rafa del Archivo Municipal de Segovia.
Mi colección de postales, fotos, papeles significativos, programas de fiestas y guías antiguas de Segovia de los últimos veintidós años.