domingo, 23 de diciembre de 2018

CASA SOLERA de Segovia, en la guerra y en la posguerra hasta 1952

      El fundador de Casa Solera hacia finales de la guerra con unos 29 años ya tiene, muy probablemente, su negocio en pleno barrio de Santa Eulalia. Ausencio Pascual Bernardo se centra en la venta de máquinas para coser y bordar, por debajo de su vivienda en la calle Somorrostro Nº 2, junto al edificio del establecimiento del hijo de Maximino Gómez que ha fallecido poco antes, en 1935. Podemos apreciar cómo era en ese año de 1941 la calle de Buitrago accediendo a la plaza de Santa Eulalia y el inicio de la calle del Puente de Muerte y Vida. 


      Pero veamos más detalladamente cómo anuncia su tienda con un cartel pintado en la pared VENTA DE MÁQUINAS PARA COSER Y BORDAR CASA SOLERA en la imagen con nieve de enero de 1941.


     En mayo de 1942 sabemos que el negocio de Ausencio en Segovia, en plena posguerra, florece con la venta de las máquinas de coser Alfa realizadas en Eibar (Guipúzcua) frente a la americana Singer. En particular, da a las máquinas guipuzcoanas un valor científico, pero que en realidad tendrían muchas más posibilidades a causa del proceso de autarquía.


    Veamos una máquina de esa época, finales de la guerra, que era propiedad de una modista profesional de Turégano. Con ella pudo hacer, en plena posguerra, numerosos vestidos principalmente para niñas y mujeres.


      La máquina con la rueda de la correa de transmisión debía estar protegida con un armazón de madera que se podía cerrar con una llave.


     Con el tiempo las máquinas Alfa también se adaptaron para que formasen parte de un mueble y así lo vemos en anuncio de junio de 1944. La tienda se mantiene en la calle de Somorrostro, pero ya con teléfono para dar mejor servicio.


     Nada más desaparecer el Bar Restaurant Ketama en la plaza del Corpus Nº 8 en 1944 Ausencio Pascual abre allí un nuevo establecimiento aprovechando la buena situación junto a la calle de Juan Bravo. Además, mantiene todo el aspecto exterior del elegante Bar para su floreciente negocio centrado principalmente en las máquinas de coser Alfa e incluso mantuvo el teléfono del primer establecimiento que tuvo Dionisio Duque. Según anuncio de El Adelantado de Segovia el 24 de julio de 1944 abrió al público ese nuevo establecimiento de Casa Solera, en el bajo de la casa de Casto Fernández Shaw.


     En la calle de Somorrostro Nº 2 se mantuvo durante algún tiempo según nos consta en la guía de teléfonos de finales de la década de 1940, aunque ya estuviese construido el mercado cubierto de Santa Eulalia desde el verano de 1942. Además, la casa del establecimiento de Maximino tuvo un recrecimiento de un piso con proyecto de 1945 del arquitecto municipal Francisco Fernández Vega, pero llevado a cabo hacia 1946.


     A mediados de la década de 1940 el negocio debía ser boyante y hacía publicidad continuamente, como en la demolición de la antigua casa de la plaza del Azoguejo donde estuvo Casa Aurelio y la tienda de ultramarinos de Tomás Cerezo.


    A principios de la década de 1950 el negocio de la venta de máquinas, Ausencio lo va a complementar con la creación de una academia, Academia de Bordados Casa Solera de coser y bordar. Como leemos en la elegante publicidad especifica "Alfa para trabajos delicados..."


    En ese marco mi propia madre debió realizar alguno de esos cursos gratuitos en los cuales las alumnas del curso se hacían fotos de recuerdo con el propio dueño del establecimiento, Ausencio Pascual Bernardo, en el centro sin gafas. La mayoría de las jóvenes segovianas llevaban revistas que editaba la casa Alfa.


    En otra instantánea veo a mi madre, Cándida Álvarez, con su Revista de labores Alfa y soltera necesariamente cuando tendría alrededor de 20 o 21 años. La imagen que nunca había visto hasta después de su fallecimiento hace unas semanas, me hace admirarla todavía más como enorme luchadora. Vendría de su Turégano natal muy probablemente al curso y permanecería algunos días en la capital con Ciselia, la prima carnal de mi abuela, que vivía en la calle Infanta Isabel.


     Durante el curso debió realizar un paño de trabajos de costura y bordados que al aparecer junto con sus mantelerías y sábanas bordadas me dio la pista investigadora sobre estas máquinas de coser de la posguerra. Me hizo pensar detenidamente el cómo se había formado de soltera y de cómo al quedarse viuda con 42 años y cinco hijos se refugiaba en esos trabajos manuales creativos. A lo largo del curso supongo que iba centrándose en cada uno de los bordados que componen el mosaico.


     Una de las aplicaciones que yo recuerdo siempre de sus aprendizajes de bordado fue en la realización de festones para sábanas y mantelerías.

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     Esta entrada está dedicada a mi madre, Cándida Álvarez Tarragato (1931-2018), fallecida una semana antes de cumplir 87 años. Ella siempre fue para mi un ejemplo de fortaleza mental y de la enseñanza con el ejemplo vital.
        Todo ha sido posible gracias a:
El anuncio publicitario de la Academia de Bordados Casa Solera facilitada amablemente por el amigo Juan José Bueno.
La antigua máquina de coser Alfa que mi suegra heredó de su tía comprada en época de guerra.
La foto de Casa Solera en la plaza del Corpus que la familia de Ausencio facilitó en 2015.
Programa Homenaje a nuestra Santísima Virgen de la Fuencisla. Imprenta HACE. Segovia, mayo de 1942.
Programa de Ferias y Fiestas de junio de 1944 del Archivo Municipal de Segovia.
Guía de Segovia. Carlos Martín Crespo. Segovia, 1934.
El Adelantado de Segovia, martes 14 de mayo de 1940, Año XL-Número 11036.
El Adelantado de Segovia, jueves 20 de julio de 1944, Año XLIV-Núm. 13599.
El Adelantado de Segovia, lunes 28 de diciembre de 1981, Año LXXXI-Núm. 24871.
Revista de labores Alfa, Nº 22, número de invierno, 1949.
Veinte años de paz en el Movimiento Nacional bajo el mando de Franco: provincia de Segovia. Impreso por Librería Herranz. Segovia, 1959. De la Biblioteca de la Diputación Provincial de Segovia.
Mi colección de postales, fotos, libros y folletos antiguos sobre Segovia recopilados en los últimos veinte años.

lunes, 5 de noviembre de 2018

EL TEATRO DE LA ZARZUELA EN LA PLAZA MAYOR DE SEGOVIA (1883-1891)

     Nada más hacer el derribo del Mesón Grande, en el número 17, y los dos edificios contiguos a partir del 12 de diciembre de 1880 se queda un hueco con un solar con mucho fondo en plena plaza Mayor. En una imagen circa 1873 de Jean Laurent hemos marcado los tres edificios que desaparecieron. 


      En esos momentos en Segovia tan sólo está el pequeño Teatro Principal de la calle de la Victoria (actual Valdeláguila), pero hay una gran afición al teatro, a la representación de comedias y zarzuelas y se agotan las pocas entradas con facilidad. Este hecho se refleja en el periódico jocoso La Tempestad, en el que se hacía mucha crónica sobre acontecimientos artísticos y teatrales por José Rodao y por su director Vicente Rubio Lorente. En el periódico del 2 de enero de 1881 se sugiere la creación de otro teatro con una cuarteta.

                      Y por eso más de cuatro
                      quieren, con mucha razón
                      que se construya un teatro
                      en el local del Mesón.
 
     A los cinco meses del derribo del famoso Mesón se montó un pabellón encarnado de madera en el que se vendían collares, pendientes, sortijas, abanicos, peines o incluso algún juguete según anuncios de La Tempestad y después se utilizó para guardar coches de caballos.

     Poco después el pintor asturiano Darío de Regoyos (1857-1913) hace un cuadrito sobre una tabla titulado "Pláce á Segovie" fechado en 1882, que muestra el derribo realizado estando el solar libre aunque parece que no llega a querer representar la casa Nº 20 y siguientes que se deberían ver en esa perspectiva. En cambio, sí se ven los carros sueltos en el descampado.


      Por esa época en la plaza Mayor hay dos populares y reconocidos establecimientos de café, el café de Ruiz (apodado el montañés) y en frente el café de Manzanares. En el Nº 4 desde finales de la década de 1860 se encontraba el café propiedad del segoviano Manuel Manzanares Nogales, casado con la tureganense Eulalia Espinar Gimeno que vivían por encima, con sus cuatro hijos: Bernardo, Teresa, Abdón y Manuel. Este gran café era muy concurrido y había conciertos los jueves y los domingos supongo que por aprovechar que eran días de mercado. Incluso se acondicionó un pequeño teatrillo en el que se hacían representaciones teatrales o de revistas refiriéndose popularmente como Liceo Manzanares.

     El 31 de marzo de 1883 Manuel Manzanares presenta una instancia al Ayuntamiento que entre otras cosas dice "...deseando cooperar en algun tanto al engrandecimiento de las prosimas ferias de esta capital, segun esa corporacion desea, el esponente se compromete a dar ciertas funciones de Concierto, siempre que se le ceda con dicho objeto y hasta tanto que se disponga para su venta, el local denominado Meson Grande, el cual tendrá desde luego vistas que no hagraden al publico, siempre contando con el apoyo de esa Excma Corporacion".

      El alcalde Antonio de Llanos dirige esa instancia a la comisión de Propios y Policía y en sesión del 13 de abril de 1883 el Ayuntamiento acuerda hacer la concesión del solar Mesón Grande durante los meses de Junio, Julio y Agosto para establecer un local portátil en condiciones de seguridad y ornato, que deberá certificar el arquitecto municipal, dejando completamente libre todo el solar al levantar la construcción. La concesión oficial, realizado el certificado de Joaquín Odriozola sobre algunos inconvenientes en reparar adecuadamente una bodega que había bajo el mesón, es dirigida a Manuel Manzanares con fecha de 7 de mayo de 1883. Además, el consistorio da las órdenes de que se retiren los coches de caballos que hubiese en el solar antes de dos días.

   Rápidamente Manuel Manzanares encarga la construcción de un pequeño teatro de madera y después de notificarlo al Gobierno Civil el arquitecto municipal hace un examen a fondo. Firmado el 11 de junio, Odriozola inspecciona la armadura con el cerramiento y cubierta para el teatro considerando además que ofrece la necesaria seguridad, en caso de incendio, para las funciones que se intentan llevar a cabo.

    El nuevo teatro con el nombre de Teatro de la Zarzuela se inaugura el jueves 14 de junio de 1883 con capacidad aproximadamente para 300 personas. El escritor Vicente Fernández Berzal (1858-1928) nos describe el interior del teatro segoviano con anheloso recuerdo: "contaba con dos plateas a cada lado, 150 butacas de patio y una pequeña galería para la entrada general".

     En el número extraordinario de La Tempestad del jueves 14 de junio de 1883, se inserta el anuncio de toda la función dentro de las ferias de San Juan y San Pedro que en esos años se habían adelantado.


      Según la crónica teatral publicada en La Tempestad del domingo 17 de junio de 1883:
       "El jueves se inauguró el teatro de la Zarzuela con un lleno completo; pues desde una hora antes de empezar la funcion, no quedaba en el despacho ni una entrada general.
       El Juicio final, Música clásica y El lucero del alba, fueron las obras escogidas para dicha funcion, que fué á beneficio de los pobres.
      El cuadro de la compañía es excelente; y la prueba es que el público colmó de aplausos, en más de una ocasión, á los actores, y en particular a la primera tiple señora Ávila.
     El teatro, para ser provisional, reune las mejores condiciones. Las butacas son cómodas, los palcos espaciosos y el paraiso es deshagodísimo.
      En la Zarzuela, yo creo / que pasar puede un buen rato / el bello sexo y el feo, /  por ser este coliseo / bueno, bonito y barato ###
    Según nota que nos ha facilitado el Sr. Manzanares, el importe de las localidades vendidas para la funcion inaugural del Teatro de la Zarzuela, asciende á 1500 reales, de los cuales hay que deducir 800 reales de gastos, quedando para repartir entre los pobres 700 reales, que se distribuirán en esta forma:
      A las Siervas de María......... 60  / A los presos de la cárcel........ 60 / A las Hermanitas de los pobres.....60 / A los pobres de las cuatro parroquias (25 de cada una).......400 / A los pobres vergonzantes......120 / Total.............................  700
       Digno es de los mayores elogios el caritativo proceder del señor Manzanares, quien se ha hecho acreedor á las bendiciones de los pobres y á las simpatías del público, con su generoso desprendimiento".  

       Suponemos que en la elección de las obras de la inauguración influyó que Ruperto Chapí Lorente (1851-1909) en 1872 había ganado la oposición de Músico Mayor de la Academia de Artillería de Segovia de modo que en su estancia en Segovia es cuando compuso su Fantasía Morisca. La zarzuela en un acto Música Clásica se había estrenado en Madrid en septiembre de 1880, pero Chapí en 1883 ya estaba residiendo en Madrid y centrado totalmente en la composición musical.


    En esa primera temporada prevista de junio a agosto de 1883 en el Teatro de la Zarzuela se representaron muchas obras de género chico, sainetes líricos, algunas comedias e incluso debido al éxito de público la temporada se extendió hasta septiembre con un espectáculo de títeres, Los Fantoches. Pero el teatro provisional no se desmontó como se tenía previsto inicialmente a primeros de septiembre. En La Tempestad del 10 de octubre de 1883 nos hablan de la función celebrada para socorrer a las familias que sufrieron pérdidas por el incendio ocurrido en Turégano pocos meses antes. Sin duda, en este caso influyó el origen de la esposa de Manzanares, Eulalia Espinar, que muy probablemente había afectado a algunos de sus familiares.


     La siguiente temporada veraniega de 1884, que comenzaría a primeros de junio y terminó casi a mediados de octubre, continuó en la misma línea de hacer funciones de un día de tres obras que solían durar menos de una hora entre el jueves y el domingo. Durante esta temporada en muchas actuaciones la música estaba dirigida por el maestro Luis Arnedo y un sexteto de profesores de Madrid, Sarmiento, Goñi, Torá, Vidal, Gracia y Mateos. La temporada finalizó con una función a beneficio del Asilo de Sancti Spiritus el viernes 10 de octubre de 1884, recaudando líquidos 1586 reales para el asilo.

     Curiosamente, en el periódico del 12 de octubre de 1884 se anunciaba el proyecto de la creación de un gran teatro en Segovia que ocupase todos los solares del Mesón Grande y los adyacentes. Para ello se pensó en crear una suscripción de 300 acciones de 500 pesetas cada una, pero ya sabemos que se quedó en intención hasta 32 años después que empezó a tener forma definitiva.


     Entre marzo de 1884 y abril de 1885 se construyó la arcada en la plaza Mayor justo delante del Teatro de la Zarzuela aunque se había pensado inicialmente haberla realizado en 1882. Según Manuel Manzanares la temporada de 1885 no dió ganancias si no más bien pérdidas y suponemos que influyó notablemente la epidemia de cólera que hubo ese año en Segovia.

   En esta imagen fechada en mil ochocientos noventa y uno se puede apreciar perfectamente cómo debía ser el teatro de nuestro estudio. Encargado inicialmente por Manuel Manzanares no se desmontó como se tenía previsto inicialmente a final del verano de 1883. Más bien se mantuvo durante unos nueve años debido a la popularidad que consiguió y por utilizarse todos los años para recaudar dinero con motivos de desgracias o de caridad.


      Antes del comienzo de la temporada de 1886 Manuel Manzanares sabiendo que se había anunciado en abril de 1886 una subasta pública para la venta del solar del Mesón Grande a realizar el 8 de mayo de 1886 suplica al Ayuntamiento que tenga la consideración de que si hubiese algún licitador se retrase su entrega ya que según el pliego de condiciones el primer pago era cuatro meses después de aprobada la subasta. La corporación municipal no tiene inconveniente y en la sesión del 14 de mayo de 1886 se autoriza al alcalde Mariano Torre Agero a revisar las condiciones de cesión con Manuel Manzanares.

     La temporada de 1887 comenzó con una función el lunes 30 de mayo con una variada función con el actor Núñez y la actriz Srta. Sugrañes en la que tomaban parte aficionados segovianos como Valentín García y Gerardo Failde. A lo largo de los meses de la temporada en las funciones se fueron introduciendo zarzuelas de dos actos y se representaron algunas zarzuelas o revistas recién estrenadas en Madrid, como La Gran Vía y Los Lobos Marinos. Todo ello debía ser idea del director de escena José Portes que remató la temporada con L'Hereu y Una casa de fieras el domingo 11 de septiembre.

   Después de que en el año anterior los aficionados segovianos tuvieran alguna participación en los sainetes va a llegar un momento, en 1888, todavía más importante. El bajo cómico segoviano Valentín García forma parte de una compañía toda la temporada.


    Ese año las actuaciones comenzaron el 11 de junio con lleno completo todos los días representando La Gran Vía, Nicolás y ¡Chateau Margaux!. Después irían renovando y ampliando las obras, pero alguna como La Gran Vía llegó a tener representación hasta catorce días seguidos teminando el día de San Juan, por lo cual aunque el teatro no tuviese mucho aforo sí nos muestra la afición que había en ese momento en nuestra capital. Hacia el 8 de septiembre se dio por terminada la temporada.

    Vendido el solar por parte del Ayuntamiento, en el que se encontraba el teatro, que con seguridad en una memoria de un proyecto de Odrizola firmada en septiembre de 1888, consta como propietario Guillermo Martínez Pérez (Presidente en ese momento de la extinta Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia) las condiciones para el empresario encargado del Teatro de la Zarzuela debían ser diferentes a las anteriores. Y por otra parte, el Ayuntamiento estaba haciendo las negociaciones de las ventas sin expropiación forzosa de todas las casas colindantes al teatro durante agosto y septiembre de 1888.

      El año 1889 es decisivo en la historia del Teatro de la Zarzuela porque el martes 9 de abril fallece su creador Manuel Manzanares Nogales. Sin embargo el establecimiento se mantuvo varios años más y es que el programa de la temporada ya estaría medio elaborado y sus hijos intentarían darlo continuidad. La temporada comenzó el 15 de junio con la interpretación entre otras obras de Los baturros en homenaje a su libretista José Jackson Veyán que se encontraba invitado en Segovia, donde se hizo con él un almuerzo en el Restaurant de Suárez.

      Durante ese verano llega una  nueva compañía dirigida por Antonio Povedano y formada por las actrices Srta. Martín Gruas, Sra. Martínez, Srta. Prado y los actores Salvador González, Quevedo, Leon y el segoviano Gerardo Failde con la música dirigida por el maestro Luis Arnedo. Representaron entre otras zarzuelas Mam'zelle Nitouche, ¡Al agua, patos!, El Alcalde Interino, La Diva, El señor Gobernador y otras muchas. A finales de julio y agosto estuvo la compañía de Pedro Ruiz de Arana con otras tantas representaciones. El final de la temporada del Teatro de la Zarzuela acabó con dos conciertos extraordinarios dados el miércoles 11 y el domingo 15 de septiembre por la Orquesta formada por profesores de la Sociedad de Conciertos y del Teatro Real dirigidos por el maestro Enrique Fernández Arbós (pensionado por la Infanta Isabel desde 1877 hasta 1885 en diferentes países europeos) cuando sólo contaba con 25 años.

     La temporada de 1890 fue muy irregular empezando tarde y acabando pronto. Da comienzo el sábado 21 de junio organizando el inicio de la temporada la compañía de José Portes pretendiendo estrenar en Segovia las obras que más hayan llamado la atención en Madrid. Se comenzó con El año pasado por agua, estrenada el año anterior, junto con otras clásicas Niña Pancha y Lucifer continuando con De Madrid a París, Los Langostinos, ¡Ole, Sevilla!, Lo pasado...pasado, Las doce y media y sereno. Pero esta compañía se va hacia el 10 de julio. Más de diez días después, hay una nueva compañía con la primera tiple Antonia García y Salvador González que representan entre otras La chiclanera, Cádiz, Las doce y media y sereno, pero el 2 de agosto dejan Segovia y se van a Ávila. Para acabar la temporada la compañía que había en el Liceo Ramírez a cargo del Sr. Barta, con Francisca Alcalde, Pilar Lugo, y los actores Gil y Las Santas empiezan a representar su repertorio en el teatro de la plaza Mayor al menos desde el 10 de agosto Los carboneros, Certamen nacional, Renta infalible, El plato del día, La cruz blanca, Niña Pancha, pero hacia el 20 de agosto se van a Medina del Campo.
 
     Prácticamente ya no hay más actuaciones musicales, tan sólo a primeros de octubre una muestra de extrañas características de personas, la mujer tigre, una niña con dos cabezas, o bien de vegetales, una cebolla de muchas libras y otras rarezas por el estilo según se comenta en La Tempestad.

    Finalmente, la temporada de 1891 será todavía más irregular y anómala que la anterior. Aunque se anunciaba en el programa de festejos para las ferias el 25 de mayo que "...en el Teatro de la Zarzuela y en el de Ramírez, actuarán notables compañías de zarzuela y verso" durante las fiestas, ni en junio, ni julio hubo actuaciones ni crónicas teatrales que lo avalen. Prácticamente sólo hubo una función que se anunció para el domingo 9 de agosto representando la compañía que había estado antes en el Liceo Ramírez, las obras La leyenda del Monje, el sainete El señor Luis el tumbón o Despacho de huevos frescos y El Monaguillo. Y después el 30 de agosto hubo una "Gran función de prestidigitación y ventriloquía por el primer ventrílocuo español Sr. Aragrev, con sus cinco figuras mecánicas". El Teatro de la Zarzuela como tal está agonizando.

     Durante estas ocho temporadas, según Fernández Berzal, se llegaron a estrenar algunas obras de autores segovianos como De la Plaza al Azoguejo, Segovia ante la cultura, ¿Responde usted de la niña?, aunque no hemos conseguido averiguar las fechas exactas. En varios casos el autor de la música fue Silverio de Ochoa (con pseudónimo Silvio) que a su vez escribió alguna obra literaria como Tierra de Segovia (Dibujos y ficciones).

    En el siguiente detalle, circa 1910, podemos ver que el antiguo teatro está transformado. Por la portada decorada con una corona no dudamos que entonces es el Cinematógrafo Reina Victoria inaugurado en 1907.

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       Esta entrada se la dedico a todos esos segovianos y segovianas que tienen afición al teatro y a la Zarzuela (sobre todo a Vidal Espinar).
        Todo ha sido posible gracias a:
La foto facilitada por el amigo Juan José Bueno, gran coleccionista de fotos antiguas de Segovia.
Proyecto de construcción de la segunda arcada en la Plaza Mayor (fachada del Mesón Grande) y Proyecto para terminar los arcos de la Plaza Mayor en la manzana del Mesón Grande. Ambos de Joaquín Odriozola y Grimaud.
Expedientes y peticiones oficiales de Manuel Manzanares al Ayuntamiento de Segovia.
Todos los anteriores del Archivo Municipal de Segovia.
Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Arquitectura y Urbanismo en la ciudad de Segovia (1750-1950). Miguel Ángel Chaves Martín. Editado por la Cámara de la Propiedad Urbana de Segovia. Segovia 1998.
Antología de Vicente Fernández Berzal. Prólogo y selección de José Montero Padilla. Publicaciones de la Academia de Historia y Arte de San Quirce. Imprenta El Adelantado. Segovia, 1974.
Toda la colección del periódico La Tempestad del Archivo Municipal de Segovia
La Tempestad semanario festivo del 14 de junio de 1883, Año IV, Tormenta 144.
La Tempestad semanario festivo del 14 de abril de 1889 dirigido por Vicente Rubio Lorente, Año X, Tormenta 457, del Archivo Municipal de Segovia.
El Adelantado de Segovia diario del lunes 23 de mayo de 1988, Año LXXXVIII-Núm 26857.
Padrón de Segovia de 1885 del Archivo Municipal de Segovia.
Las aclaraciones de Isabel y Rafael del Archivo Municipal de Segovia, junto a su aliento y total colaboración para la divulgación de cómo era la Segovia antigua.
Mi colección de fotos, postales antiguas, folletos antiguos de Segovia de los últimos 20 años.

sábado, 6 de octubre de 2018

La Fonda EL SIGLO (1899-1905) de la plaza Mayor de Segovia

      Desde 1861 hay referencias escritas sobre una fonda en el edificio de plaza Mayor Nº 7, de modo que se puede decir que durante más de ciento veinte años en ese lugar hubo un establecimiento para los viajeros y finalmente para los turistas, el Hotel Victoria, durante ochenta años. Actualmente este edificio se encuentra en gran ruina con claras dificultades para el planteamiento de una compra y posterior rehabilitación, por su coste desorbitado.  

      Hacia 1860 Ventura del Águila Olmos tiene una fonda y así la describe el Arcipreste de la Catedral de Segovia, Andrés Gómez Somorrostro y Martín, en 1861, refiriéndose al Nº 7 de la plaza Mayor:

      "En la misma plaza Mayor está situada la única fonda, establecida por Don Ventura del Águila que lleva este nombre, aunque casa también muy antigua y algo deteriorada, tiene sin embargo bastantes habitaciones y en ella pueden hospedarse los viageros con decencia y comodidad".

     Desde principios de la década de 1880 aprovechando la estancia de la fonda se utiliza como administración para los billetes de la empresa de transporte con caballos La Madrileña de Juan Sacristán López, apodado Cotorena.


      Hacia principios de 1887, Ventura del Águila deja su fonda ya que fallecerá viudo en marzo de 1887. La fonda tomará entonces el nombre de Fonda del Comercio que suponemos que tomará Lucio Ruiz Cayón que después con ese nombre se trasladó a la calle de Reoyo.


      Durante más de siete años Cotorena cambia el lugar de la administración para los billetes de sus líneas de carruajes, por diferentes números de la plaza Mayor. Poco después, entre 1892 y 1894 se encargará de la fonda Manuel Martínez Capa en la que consta en carteles como Casa de Huéspedes. En junio de 1894 se hace cargo de la fonda, el esposo junto con su hijastro, de la dueña de LA BURGALESAManuel Matos del Pozo junto con su esposa Isabel y una sirvienta que acaba de llegar a Segovia desde Aguilafuente, nada menos que Luisa Torrego Illanas (la dueña de la famosa pensión a la que acudirá Antonio Machado poco después de su llegada a Segovia en noviembre de 1919). Pero no se mantendrá mucho tiempo ya que desde 1900 ya tiene a su cargo por herencia su propio establecimiento de LA BURGALESA fonda y restaurant en el edificio frente al Ayuntamiento, en el Nº 30 de la plaza Mayor.

     Por fin, hacia finales de 1899 se establece una nueva fonda en el edificio del Nº 7 a cargo de Jerónimo Bermejo Álvaro, que pondrá un curioso nombre EL SIGLO. La experiencia en el sector de la restauración de Jerónimo era por tener a su cargo el Café de La Unión, en la calle Juan Bravo Nº 6. Uno de los criados al servicio del establecimiento, nada más llegar a Segovia desde Aguilafuente, es un hermano de Luisa, Florentino Torrego Illanas (que después montará el ventorro de Chamberí en los años 20).


      Como podemos comprobar en la fototipia circa 1900 la fonda ocupa los tres pisos del edificio de plaza Mayor Nº 7 y tiene un toldo extendido hacia la entrada al soportal. En el bajo muy probablemente hay un restaurant en el cual debía trabajar su hermano pequeño Feliciano, que hacia 1921 tomará el traspaso del Bar La Alegría del Nº 43 de los soportales de la plaza Mayor y posteriormente el Bar del Casino de La Unión.

      Si nos fijamos entre las barandillas del piso superior aparece el nombre de EL SIGLO, en el segundo piso la palabra FONDA a medias por la persiana extendida y entre las barandillas del primer piso RESTAURANT. En la ampliación detallada lo podemos ver mejor.


     En 1903 se hace en la plaza de la Constitución un acto castrense en el que podemos ver los mismos carteles, pero en el piso primero los tapices o banderas cubren las letras de Restaurant.


     A la derecha estaba la arcada que proyectó en 1869 el arquiteco municipal Nicomedes Perier García con diez arcos, que Joaquín Odriozola construyó en 1885 con ocho arcos después de haber hecho el derribo del Mesón Grande, pero al no haber expropiado el Ayuntamiento las casas contiguas provocó que los ocho arcos que marcaban la alineación estuviesen más de treinta años sin construcciones encima. Aprovechando el hueco del edificio del Mesón Grande en 1883 se construyó provisionalmente un teatrillo de tablas llamado Teatro de la Zarzuela por iniciativa del industrial Manuel Manzanares Nogales para representar comedias y zarzuelas cortas. Este teatro de Manzanares se mantuvo unos nueve años hasta su fallecimiento. Como podemos ver en otro acto castrense de 1906, con las puertas abiertas y las paredes de tablas, donde ya no estaba el teatrillo de Manzanares, pero que se utilizó como cine a partir del año siguiente.


     De nuevo Cotorena a partir de 1904 confía los avisos de las peticiones en Jerónimo Bermejo su nuevo arrendatario del edificio con la nueva fonda y en su propia casa de la calle Capuchinos.


       Sin embargo, en marzo de 1905 Jerónimo Bermejo con menos de cincuenta años deja la fonda EL SIGLO muy probablemente por grave enfermedad que provocará su fallecimiento el 16 de abril de 1906. A su vez Cotorena buscará otro sitio de recepción de avisos, pero también poco después fallece en enero de 1907 dejando viuda y dos hijas sin posibilidad de continuar con su empresa de carruajes.

      Durante más de tres años, consideramos que no hay fonda en el edificio, pero ya en 1909 toma el traspaso Marcos García Arrranz que pondrá un nuevo nombre teniendo en cuenta a la reciente esposa, desde 1906, del Rey Alfonso XIII y ya con la nueva categoría de hotel. Justo en ese momento nace el Hotel Reina Victoria, que con la proclamación de la II República, siendo uno de sus hijos concejal republicano se quedó oficialmente sólo como Hotel Victoria.

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        Esta entrada se la dedico a los segovianos que en algún momento han pensado en qué pasará con el edificio del Hotel Victoria y qué soluciones podría tener.
         Todo ha sido posible gracias a:
Manual del viajero en Segovia, ó sea Reseña Histórica-Descriptiva de los principales establecimientos de esta Ciudad de Don Andrés Gómez de Somorrostro y Martín. Imprenta de Don Pedro Ondero. Segovia 1861 [Edición facsímil preparada por Rafael Cantalejo. Colección San Frutos de Estudios Segovianos Nº 4. Librería Cervantes Segovia. Madrid 1999]
Antología, de Vicente Fernández Berzal. Prólogo y selección de José Montero Padilla. Publicaciones de la Academia de Historia y Arte de San Quirce. Segovia 1974.
Crónicas Segovianas (Tiempos pasados) de Mariano Sáez y Romero. Editado por Carlos Martín. Segovia, 1930 de la Biblioteca Digital de Castilla y León
El anuncio del Gran Hotel Reina Victoria facilitado por el amigo Juan Pedro Velasco.
Ferias y Fiestas Segovia junio 1925. Editor M. Piquero.
Padrones Municipales de 1885, 1895, 1899 y 1900 del Archivo Municipal de Segovia.
Libros de Contribución Industrial de 1905, 1906, 1909 y 1910 del Archivo Histórico Provincial.
La Tempestad del 21 de diciembre de 1890, Año XI-Tormenta 550.
La Tempestad del 11 de febrero de 1894, Año XV-Tormenta 727.
Diario de Avisos del lunes 2 de enero de 1905, Año VII-NÚM. 2067.
Diario de Avisos del lunes 26 de marzo de 1906, Año VIII-NÚM. 2376.
El Adelantado de Segovia del sábado 27 de diciembre de 2008, Año CVII-Número 33995.
El apoyo a la divulgación sobre Segovia y continuo aliento de Isabel y Rafa del Archivo Municipal de Segovia para disfrutar de la Segovia pasada.
Mi colección de postales, fotos y libros antiguos de Segovia recopilada en los últimos veinte años. 

domingo, 23 de septiembre de 2018

SEGOVIA, FOTOS DE AYER Y DE HOY: Desde la Canaleja hacia la iglesia de San Clemente

      Uno de los miradores más impresionantes para ver panorámicas de la propia ciudad y hacia la sierra de Guadarrama es el de La Canaleja. En este caso nos centramos en la vista en dirección hacia la iglesia de San Clemente.


     Al ir acumulando fotos de diferentes décadas para desarrollar un estudio más profundo sobre la realización de la avenida de Fernández Ladreda he querido hacer una comparativa de la transformación total de la panorámica cuando la avenida empezaba a gestarse al construir los edificios a ambos lados de la carretera. Decimos bien, la carretera, porque era la realización directa de la C. N. 110 a su paso por Segovia. Ésta conllevaba la apertura de un nuevo tramo de carretera, expropiando sobre todo los terrenos de una huerta que corresponderían al edificio del hospital de la Encarnación, cuyo acceso estaba en la calle del Gobernador Fernández Jiménez Nº 4. Lógicamente también cruzaría transversalmente el curso del río Clamores, cuyo tramo se había cubierto a finales de los años 20.

     En el siguiente mapa realizado en 1945 hemos hecho un trazado aproximado de la nueva carretera siendo conscientes de los errores cometidos, como mal menor, queriendo significar determinadas zonas, y de los errores que el propio mapa tiene. Como podemos imaginar suponía expropiaciones de propietarios que afectaba a partes de la calle San Clemente, varios números de la parte intermedia de la calle del Escultor Marinas, a varias casas que correspondían a una travesía a la calle de Santo Domingo de Silos y una zona triangular de los jardinillos de San Roque. La obra del trazado y la explanación se hizo en 1949 y tuvo que suponer en algunos tramos un gran rellenado, hasta de cuatro metros de altura.


     El trazado de la carretera se planificó desde el Ministerio de Obras Públicas, siendo ministro el General de Artillería, José María Fernández Ladreda en un proyecto que empezó en 1946. En un Plan de Ordenación Urbana municipal que se debió hacer hacia 1948 debía ser una calle con grandes edificios a ambos lados, de modo que se pensaba como una avenida con soportales. Se barajaron varios nombres, como pudimos comprobar en varios proyectos fechados en marzo de 1950 y que algunos no se llegaron a realizar, pero finalmente por acta municipal del 26 de abril de 1950 se puso avenida de Fernández Ladreda.

       La comparativa con sesenta y ocho años de diferencia es espectacular justo después de haber construido los dos primeros edificios referentes de la nueva avenida. El correspondiente al inicial Nº 10 de la avenida y el edificio que marcaba la alineación de la avenida en números impares y hacía esquina con el Nº 2 de la calle del Gobernador Fernández Jiménez por donde tenía, y hoy tiene, su entrada.


       Entre ambas imágenes podemos distinguir básicamente tres casas que se mantienen: la del actual edificio de la avenida del Acueducto Nº 18 que entonces todavía no se ha terminado, la primera casa de la calle Bajada de la Canaleja y entre ambos la Casa de la Tierra, que en la actual sólo podemos ver una pequeña parte del tejado. El resto de las casas de la panorámica fue cambiando totalmente entre las décadas de 1950 y 1980.

      Pero ahora vamos a documentar algunas casas que podemos ver en la antigua imagen, muy probablemente realizada en agosto de 1950 por un turista francés. Empezamos en primer término con el edificio que actualmente corresponde al Nº 18 de la avenida del Acueducto con bajo y tres plantas. Pensamos que muy probablemente se realizó entre el propietario del solar y el propietario de la agencia de transportes Auto LA UNIÓN.

       Nada más terminar el edificio y tener su permiso de habitabilidad, que suponemos fue a finales de 1950 o principios de 1951, se va a trasladar la agencia de transportes de la carretera de San Ildefonso Nº 4 al bajo, con soportales, de la avenida de Fernández Ladreda Nº 10.


     Como podemos comprobar por los anuncios publicitarios los teléfonos pasaron de tres cifras a cuatro cifras debido a que a finales de 1950 ya estaba en funcionamiento la central automática de la C.T.N.E. en la plaza de los Huertos con lo cual con la mejora aumentó el número de abonados y ya eran necesarios cuatro dígitos en Segovia.

    Los edificios poco a poco se iban realizando principalmente en los números pares de forma simultánea. Tan sólo tres años después, en 1953, estaban haciéndose o casi terminados los edificios actuales de los números 14 y 16. Y desde el mirador de La Canaleja lo podíamos ver utilizando una instantánea de un turista alemán.


     E incluso en 1959 ya se había terminado el edificio que se tenía que construir a continuación utilizando obligatoriamente la alineación de las arcadas de granito que formarían los actuales soportales y que podemos ver en la imagen. Para ello, debían rellenar con una o dos plantas sótano el hueco que dejaba ese muro de carga de la carretera que se aprecia claramente. En frente vemos, en un segundo plano, el lateral del edificio de transportes LA ESPERANZA, el que servía de referencia para mantener la alineación de números impares en la avenida y un poco más a la derecha la parte trasera del cine Victoria. En ese momento todavía no estaba, ni en proyecto, el famoso edificio con el actual Nº 25 más conocido popularmente por la discoteca Ladreda 25.

      Este nuevo edificio sobre las arcadas de la imagen anterior se corresponde con el actual Nº 20 de la avenida del Acueducto, pero para la mayoría de los segovianos con más edad es conocido como el del 'portal de los espejos'. En una imagen de principios de la década de 1960 podemos apreciar todos ellos terminados, el Nº 18 nítidamente con las letras de hierro de Transportes La Unión, el Nº 20 y el actual Nº 16 cuyo lateral da a las escaleras de la calle Juan de Segovia. Este último provocó un ajuste en el ala izquierda de la Casa de la Tierra.


     Otra casa curiosa de la foto antigua es la que se ve a la izquierda de la iglesia de San Clemente que correspondía con el Nº 9 de la antigua calle de San Clemente que desaparecería. Una casa no muy ancha con bajo y dos plantas con un balcón en cada una.


     El edificio que lo sustituyó terminado en diciembre de 1962 corresponde al actual Nº 19 de la avenida del Acueducto y se hizo para el establecimiento de Sederías Oncala. El propietario del edificio era el industrial, apodado 'el jabonero', que tenía una fábrica de jabón y lejía líquida denominada LA FUENCISLA en la calle San Francisco Nº 46 y una sucursal en plena calle Real frente a la iglesia de San Martín. La sucursal según consta en el cartel LA FUENCISLA JABONERÍA 32 en el momento de la foto, circa 1952, era oficialmente el Nº 28, pero mantenía la antigua fachada de madera desde mediados de la década de 1910.

     
     Podríamos comentar algunas más de las originales casas que se ven en la foto antigua que fueron desapareciendo en la calle de San Clemente o incluso de la nave que incidía de forma oblicua a la nueva avenida en números pares, que sólo se ve el tejado y que fue el cuartel de bomberos (hoy correspondería al Nº 12 de la actual avenida del Acueducto), pero lo dejamos para futuras ocasiones.
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      Esta entrada se la dedico a dos amigos que vivieron durante mucho tiempo en el portal de los espejos, Manolo y Julián, que siempre se quedaron sorprendidos al ver esos antecedentes de su casa.
        Todo ha sido posible gracias a:
Algunas anécdotas, personajes y establecimientos del corazón de Segovia a mediados del siglo XX. Félix S. de la Fuente Contreras. Editado por el autor. Segovia, 2004.
Programa de fiestas de Segovia de 1947.
Archivo Salvany de la Biblioteca de Catalunya.
Plano Guía. Editado por la Junta Provincial del Turismo. Impr. y Lib. Vda. de Mauro Lozano. Plano de Segovia, López Aldana 1945.
El Acueducto en la fotografía. Colección Sáez-Laguna. Edita Ayuntamiento de Segovia. Segovia, 2009.
El Adelantado de Segovia del viernes 12 de diciembre de 1962, Año LXII-Número 18996. 
Segovia. Andar y ver, guías de España. Tercera edición. Marqués de Lozoya. Editorial Noguer, S.A. Barcelona, 1963.
Mi colección de fotos, postales y folletos turísticos de Segovia acumulada en los últimos veinte años.

martes, 28 de agosto de 2018

ENRIQUE PÉREZ TORRECILLA Y LA FUNDACIÓN DE LA BANDA MUNICIPAL DE TURÉGANO EN 1918

     Por el padrón de Segovia de 1907 sabemos que Enrique Pérez Torrecilla, vive en C/ Puente de Muerte y Vida Nº 2 junto con su esposa segoviana María [Florencia] Madurga Montero y su suegra María Montero Aguado. En ese padrón consta que lleva empadronado desde 1897. Suponemos que procede de Murcia donde nació el 13 de abril de 1873 y llega a su destino de músico en la Academia de Artillería. En esos años la banda de la Academia consigue sus mayores éxitos. Su director es Ildefonso Urizar Asurmendi y presenta a la banda en el Concurso Internacional de Bandas Militares de Música que se celebró el 6 de junio de 1897 en Marsella. En este concurso obtiene tres premios en solitario y otro compartido con una banda francesa.

      En 1916, última referencia del músico Enrique Pérez en Segovia, reside en la calle de Almira, siempre alrededor de su destino como músico de la Academia de Artillería, la familia está formada por su esposa, su suegra y sus seis primeros hijos, los Pérez Madurga. Todos ellos nacidos en Segovia: Joaquín, Amparo, Enrique, Julio, Rosario y Pilar.

     Con fecha 24 de febrero de 1917 se concede retiro en el cuerpo de Artillería como músico de segunda clase con destino en la Academia de Artillería a Enrique Pérez Torrecilla. Después, con fecha 12 de enero de 1918 pide oficialmente la baja del padrón de Segovia capital, porque se va a dar de alta en el municipio de Turégano.


       En la sesión del Ayuntamiento de Turégano del 8 de febrero de 1918 se admite como vecino a Enrique Pérez Torrecilla con toda su familia, pero pensamos que lleva más tiempo en el pueblo, probablemente desde diciembre de 1917. Además, en la misma sesión podemos comprobar que se funda la banda municipal oficialmente:
      "La Presidencia manifiesta que el Director de la música tiene en la Academia treinta y seis muchachos, cuyos padres satisfacen para dicho director una peseta y cincuenta céntimos mensuales por su educación e instrucción, importando cincuenta y cuatro pesetas y como lo trae todo como indicado Sr. Director parece funcionar dicha academia es la de asignarle un sueldo de sesenta pesetas al mes para organizar la banda y ponerla en condiciones de actuar, ante idea tan cultural y de realce si esta nuestra villa proponía que la diferencia hasta las sesenta pesetas la abone o subvencione el municipio, toda vez que según el Reglamento porque se rige será Banda municipal.
     Enterada la Corporación está conforme y acuerda que la diferencia que exista para percibir las sesenta pesetas mensuales en esa forma se le abone por este municipio del capítulo para toda clase de festejos, por así figurar en esa consignación."

       Por tanto, deducimos que Enrique Pérez Torrecilla lleva unos dos meses enseñando música a todos los niños del pueblo que sus padres consideran y el grupo numeroso de 36 alumnos nos indica que es un gran transmisor de amor por la música en un lugar donde no hay aparente tradición musical, excepto de música de dulzaina. En ese momento sólo había dos bandas en la provincia de Segovia, por orden cronológico en Cuéllar y en Coca.

     El alcalde promotor de la banda sería Frutos Canto Pérez, que había comenzado su cargo precisamente el 1 de enero de 1918, siendo Teodoro Heredero Gómez el Teniente alcalde 1º y el anterior alcalde, Elías González Pérez el Teniente alcalde 2º manteniéndose como secretario del Ayuntamiento, Julio Romeo Cuartero.

    Van transcurriendo los meses de 1918 y el comerciante tureganense Victoriano Borreguero García edita una serie de tarjetas postales que a su vez sirven de recordatorio para los turistas que se acercan al pueblo. Una de ellas, era la plaza mayor que poco tiempo antes había tomado el nombre de plaza de Alfonso XIII.


      Día a día la banda va tomando cuerpo y los niños tureganenses se instruyen musicalmente siendo la mayoría hijos de labradores. Así llega el verano de modo que se refleja en las actas del Ayuntamiento. En la sesión del 17 de julio de 1918 podemos leer la próxima primera actuación oficial de la banda:
    "Ocupándose el Ayuntamiento de la marcha y funcionamiento de la Banda Municipal de esta población, siendo que se veen en ella grandes progresos y considerando ser su definitoria realización de indudable importancia y renombre para la localidad, es de rigor que el Ayuntamiento ponga en ello todo su interés por su prosperidad y al efecto, la Corporación acuerda para que pueda sostenerse el Sr. Director aumentarle la subvención y en consecuencia en lugar de seis pesetas que viene percibiendo de estos fondos municipales, se le aumente hasta veinte y cinco pesetas empezando a recibirlas yá en este mes en las propias condiciones de tener obción dicho Director a percibir la retribución mensual que hacen los padres de los músicos mejorando así en parte la situación de tan referido Director con motivo de las actuales circunstancias sin perjuicio en adelante de aumentar o disminuir la subvención según se considere.
      ...Se dispone que se inaugura la bandera en el cuartel de la Guardia Civil el día veinte y cuatro del corriente a las cuatro de la tarde invitando al Sr Teniente coronel Jefe de esta Comandancia por si se digna presidir el acto, cuya invitación se hará extensiva a los Ayuntamientos de los pueblos de la demarcación que la costean y autoridades de esta, toda vez que en dicho día tocará por primera vez la Banda para amenizar el acto."

        Es decir, que oficialmente la primera actuación de la banda fue el 24 de julio de 1918, víspera de la fiesta patronal de Santiago. Para ello, se inaugura una bandera en la Casa cuartel de la Guardia Civil que ese momento estaba en la calle San Juan Nº 9.

     En la serie de postales editada por Victoriano Borreguero la número 15 hace un recuerdo inmemorial de la banda municipal infantil como un logro del pueblo. Muy probablemente, de los 38 niños de la foto realizada en 1918, unos son los hijos del director, Enrique y Julio Pérez Madurga que tendrían entre nueve y once años. Los adultos, con mucha probabilidad son de izquierda a derecha: Elías González Pérez (Alcalde en 1916 y 1917), Pantaleón García Escudero (Párroco), Enrique Pérez Torrecilla (Director de la banda) y Julio Romeo Cuartero (Secretario del Ayuntamiento). En los niños sentados en la primera fila su hijo Eugenio ha creído reconocer a su padre Hipólito de Diego Gordillo, nacido el 30 de enero de 1904, con el clarinete que tocaba. Además, entre los 38 niños de la foto también debían estar los hijos del secretario, Dinoaldo y Joaquín, amantes de la música y el futuro gran músico tureganense Santiago Berzosa González, nacido en mayo de 1907.


      Habiendo realizado ya su primera actuación leemos en la sesión del 31 de julio de 1918: "Considerando que para que la banda municipal pueda dar sus conciertos musicales en la plaza de Alfonso XIII, es preciso construir en frente a estas Casas Consistoriales un Kiosco, por ahora acuerda que por la alcaldía se solicite licencia de la Jefatura de Obras Públicas, por estar próximo a la Carretera y en el sentido de que será permanente."


       En la foto de Kurt Hielscher realizada circa 1917, falta poco tiempo para la construcción del quiosco y parece que el Ayuntamiento de Turégano no consigue fácilmente todos los permisos. Ya por fin, casi un años después, se habla oficialmente del quiosco en el Ayuntamiento y leemos en la sesión del 30 de julio de 1919:
      "Aproximándose la fiesta de esta localidad y considerando preciso y necesario la construcción definitiva del kiosco en la plaza de Alfonso XIII de esta localidad para instalar la Banda municipal y pueda en él dar sus conciertos..."

       Como es una obra para tener continuidad permanente se convoca una subasta pública celebrada el 3 de agosto de 1919 para su construcción por un montante de seiscientas setenta y cinco pesetas. Durante el mes de agosto y los primeros días de septiembre de 1919 se hace el pequeño quiosco y en particular, en la prensa segoviana de la época ya se anuncia el 2 de septiembre que en Turégano "Están tocando a su fin las obras para la construcción de un magnífico kiosco...". En el Ayuntamiento en la última sesión antes de las fiestas del 10 de septiembre de 1919 lo expresan literalmente:
        "57 pesetas 21 céntimos por un cornetín y cañas...
        La Presidencia dió cuenta de haberse terminado el Kiosco para la música."  
      

     Terminado el quiosco hacia el 5 de septiembre de 1919 vemos que tiene una base en forma de prisma octogonal cerrado con paredes entre pilastras de madera. La base sirve para guardar el material, partituras e instrumentos que son numerosos ya que la banda tenía habitualmente más de treinta componentes.

      Pocos días después la banda municipal amenizó los actos religiosos y profanos del domingo 7 de septiembre de 1919 en la romería de los Santos de Caballar. El fin de semana siguiente actuaban lógicamente en todos los actos de las fiestas de Turégano celebradas entre el sábado 13 y miércoles 17. Es decir, solían hacer actuaciones durante fines de semana y los meses de verano en la comarca del pueblo.

      De nuevo amenizaron las fiestas en Honor al Dulce Nombre de María de 1920 celebradas entre el sábado 11 y el miércoles 15 de septiembre, pero la banda municipal tuvo su primer mayor éxito provincial en la contratación para las fiestas que comenzaban el sábado siguiente en Nava de la Asunción celebradas entre el 18 y el 22. Según podemos leer en el artículo de La Tierra de Segovia comenzaron el 18 por la tarde con el anuncio de las fiestas dando un concierto, continuaron con las dianas del domingo junto a los dulzaineros locales Coche y Patala para luego hacia las doce participar en la parte musical de la misa, pero actuaron todos los días.

      "En la plaza que lleva el nombre del Santo patrón de esta villa y en un kiosco que se construyó recientemente, la banda de música de Turégano nos hizo oir lo mejorcito de su repertorio todos los días de fiestas."


       Además de los actos organizados por su Ayuntamiento, también amenizaron los bailes de sala en el teatro y el café de don Anastasio García y de don Tomás Gómez. De modo que tuvieron un gran éxito que se refleja en la expresiva despedida del miércoles:

    "Al salir de esta villa el día 22, la banda de música de Turégano, tributósela una despedida calurosísima, lloviendo sobre el director de esa artística agrupación las felicitaciones más efusivas por el acierto con que los infantiles músicos a sus órdenes interpretaron un vasto y notable repertorio."

      Varios curiosos actos se realizaron en las fiestas de Turégano entre los días 10 y 14 de septiembre de 1921 en los cuales intervinieron la banda y su director. En los actos programados: el domingo 11 a las diez de la mañana se planteó una
     "misa solemne a gran orquesta en la que actuará una selecta masa coral compuesta de distinguidas señoritas y seminaristas de esta localidad acompañados por el distinguido y estudioso violinista don Joaquín Romeo, hijo del ilustrado secretario de este Ayuntamiento y varios aventajados músicos de la banda, dirigiendo este elenco musical el competente director de nuestra banda don Enrique Pérez, cantándose la gran misa del maestro don Lorenzo Perosi y otras varias composiciones" 

      El lunes se planificó un acto para la recaudación de dinero para la Cruz Roja, hospitales y para los hijos de la villa que combatían en Marruecos. Todo ello en el marco del Desastre de Annual en el mes de julio anterior y así se expresaba:
       "...el primer día de toros, o sea el día 12, se hará una cuestación pública en el intermedio de la corrida, para lo cual distinguidas damas y señoritas de esta población ayudadas de las autoridades y precedidas de nuestra banda municipal, irrumpirán en la plaza en brillantísimo desfile, dedicándose acto continuo a postular entre el público en tanto que la banda ejecuta patrióticas y bellas composiciones"

      Según pasaba el tiempo, con tres años de existencia, y con los conciertos que daba la banda en el quiosco, desde el consistorio se hace una remodelación en 1922 en la plaza principal de Turégano. Se instala un caño de piedra en los soportales del Ayuntamiento para poder tener agua corriente y poder refrescarse entre otros momentos para las audiciones. Suponemos que es en esos años 1922 ó 1923 cuando se llega a nombrar, entre las cinco concejalías de la corporación, una relacionada con la banda debido a la demanda de contratación por toda la provincia.

   
     Seguimos comprobando como además de las actuaciones durante las fiestas y también en los carnavales, la banda municipal actuaba por contratación en algunos notables acontecimientos del pueblo, ya que según hemos podido comprobar el padre del novio, Frutos Gómez Rodríguez, se puede decir que era el más rico del pueblo. Según refleja El Adelantado de Segovia en una boda en Turégano celebrada el 27 de mayo de 1923 la parte musical estuvo a cargo de la banda municipal.
      "En el día de ayer se celebró en la iglesia de esta villa el enlace matrimonial de los jóvenes de esta localidad Gaudencio Gómez Mateo y Felipa Domingo Borreguero, hijos respectivamente de don Domingo [Frutos] Gómez, conocido Industrial, y de don Bernardo Domingo, propietario. Bendijo la unión, el ilustrado Sacerdote don Vicente González [González Casanova]..."

     Como hemos podido aclarar la familia Pérez Madurga tenía una gran estabilidad y reconocimiento en el pueblo. Dejamos para una segunda parte su mantenimiento en Turégano entre 1923 y 1929, año en el que la banda acude a un concurso provincial realizado en las fiestas de Segovia. En este periodo tendrá sus dos últimos hijos, nacidos en Turégano, José y Andrés. Después se trasladaría a Segovia y allí fallecería Enrique Pérez Torrecilla en diciembre de 1934.
Continuará
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      Esta primera entrada se la dedico a todos los descendientes del gran músico, Enrique Pérez Torrecilla que, sin duda, muchos de ellos se han dedicado profesionalmente a la música. Si alguno de los datos consideran con algún error los podemos corregir gustosamente.
         Todo ello ha sido posible gracias a:
La colaboración de varios concejales del Ayuntamiento de Turégano y sus amables administrativas.
Actas de plenos 1916-1920 del Excelentísimo Ayuntamiento de Turégano.
Padrones Municipales de 1907 y 1916 del Archivo Municipal de Segovia.
La postal del amigo Juan Pedro Velasco.
Diario Oficial del Ministerio de la Guerra del domingo 25 de febrero de 1917, Año XXX, Núm. 46, tomo I.
Las bandas de música en Segovia, 150 años de música de banda de Héctor Guerrero Navarro. Ayuntamiento de Segovia. Segovia, 2002.
La Tierra de Segovia, Año I, Número 93 del martes 2 de septiembre de 1919.
La Tierra de Segovia, Año I, Número 95 del jueves 4 de septiembre de 1919.
La Tierra de Segovia, Año I, Número 104 del domingo 14 de septiembre de 1919.
La Tierra de Segovia, Año II, Número 398 del domingo 12 de septiembre de 1920.
La Tierra de Segovia, Año II, Número 410 del sábado 25 de septiembre de 1920.
La Tierra de Segovia, Año III, Número 671 del sábado 10 de septiembre de 1921.
El Adelantado de Segovia, Año XXIII, Núm. 3424 del viernes 1 de junio de 1923.
Mi colección de fotos antiguas de Segovia recopilada en los últimos veinte años.