domingo, 21 de febrero de 2021

Las intervenciones de MANUEL PAGOLA en la calle del Puente de Muerte y Vida (1940-1941), 1ª Parte

       Con motivo de la posible demolición del edificio del arquitecto Pagola en Puente de Muerte y Vida Nº 7 que hace esquina con la plaza de Santa Eulalia hemos considerado conveniente realizar un estudio para dar más valor a la obra segoviana de este arquitecto. En el caso de Santa Eulalia son obras no tan de diseño o grandiosas como puede ser el edificio de las calles del Serafín y Colón (1935) o la clínica del doctor Gila (1942).

    Tenemos presente que otros edificios de Pagola tienen protección como es toda la Colonia Varela, creada en 1938-39 en plena guerra civil para aumentar la urbanización en esa zona del paseo de Conde de Sepúlveda, que en cambio en frente siempre tuvo casas aunque muchas de ellas con entrada por la calle de José Zorrilla.

     Silvestre Manuel Pagola Bireben (1892-1943), arquitecto municipal de Segovia desde 1923 residiendo en Madrid, ya se instala en Segovia en 1934 junto con su esposa Margarita Pilar y sus cuatro hijos en la travesía de Estiradores Nº 2 (actualmente calle Los Relojeros) de modo que su barrio era Santa Eulalia.

      Podemos comprobar cómo era visualmente la calle del Puente de Muerte y Vida unos doce años antes de que Pagola llegue a Segovia. Para ello, disponemos de una imagen realizada por el segoviano Julio Duque en mayo de 1911 cuando era oficialmente fotógrafo de la Academia de Artillería que nos muestra una salida que hicieron los cadetes con destino a El Escorial.


      En la imagen podemos comprobar que ya se ha hecho una alineación eliminando una o varias casas que tenían un saliente como nos indica el plano de Odriozola y se utilizará para realizar las escuelas de Santa Eulalia. Además, hemos señalado en el plano los edificios que Manuel Pagola va a variar en 1941, junto con la eliminación de las casas con huerta que había, hacia Puente de Muerte y Vida y a la calle Buitrago, paralelas ambas a la calle de Somorrostro. 


       En la foto de Duque se ve el gran muro de refuerzo para la realización de la escuela de niños y niñas de Santa Eulalia terminada por Odriozola a finales de 1912, que seguramente en ese momento se estaba construyendo. Justo el muro que vemos, era para espacio de recreo de los niños, cerrado con una verja y posteriormente se plantarían varios árboles.


     Por orden cronológico comenzamos con el proyecto del mercado cubierto de Santa Eulalia. Pagola retoma su anteproyecto elaborado en septiembre de 1930 que no se llegó a realizar por las expropiaciones que había que hacer y la propia guerra civil. Todo el reconvertido y actualizado proyecto, lo firma Pagola a fecha del 14 de septiembre de 1940. El emplazamiento del anteproyecto del mercado nos indica perfectamente cómo se encontraba la zona en 1930. Nos muestra lo que entonces fue el Nº 1 de la calle del Puente de Muerte y Vida, que pensamos que es lo que se ve al fondo en la foto de Duque. Por ello, deducimos que esa casa del Nº 1 ya estaba expropiada y por eso no especifica nada, aunque no sabemos con certeza si entonces no se había demolido.


     Una foto de un cadete hacia septiembre de 1940 nos indica perfectamente qué eran las fincas a expropiar que aparecen indicadas en el anteproyecto que todavía se mantenían en pie diez años después. Hemos señalado lo que pensamos se ve en la planta, la división de los diferentes solares, en consonancia con el valor de la expropiación, que para el solar de Puente de Muerte y Vida fue de más del doble que el de Buitrago.


      Justo con otra foto de un cadete andaluz mostrando la nevada del 13 de enero de 1941 nos indica que ya se habían hecho las demoliciones para poder realizar el mercado y todo el solar está vacío. Además, podemos ver con claridad la casa saliente de números pares de la calle Buitrago que nos muestra el plano de Odriozola.


       La creación de varios mercados de zona partía de una planificación realizada por el propio Pagola a finales de los años 20, en 1927, que finalmente y nada más acabar la guerra se considera de necesidad en Santa Eulalia y en Los Huertos. La realización del mercado de Santa Eulalia comenzó con la contratación mediante subasta aprobada por unanimidad en sesión del 27 de septiembre de 1940. El 6 de diciembre se realizó la subasta y en sesión del 18 de diciembre de 1940 se adjudica al constructor y aparejador Moisés López. El 9 de enero de 1941 el constructor firma el recibí de la adjudicación municipal y finalmente el propio constructor comunica al Ayuntamiento que a fecha del 10 de febrero de 1941 dan comienzo las obras. Sin embargo, la imposibilidad de conseguir el hierro para las cubiertas del proyecto y las verjas, hace que se plantee el cambio por unas estructuras de hormigón que el propio Pagola, con su estudio técnico y con su ajuste monetario, firma el 22 de abril de 1941 como informe para la corporación. 

      De nuevo un cadete andaluz de la Academia de Artillería nos muestra una imagen de la calle Buitrago con la nevada del 6 de enero de 1942. Como podemos comprobar están terminados los muros del mercado en esa calle y suponemos en todo el perímetro, pero no vemos si ya están hechas las estructuras de hormigón de las cubiertas.


      La petición del constructor de una prórroga para la terminación de la obra ante la dificultad de conseguir cemento hace que en la sesión ordinaria de la corporación del 11 de febrero de 1942 se le concedan dos meses  "a contar de la fecha en que sea en su poder el material expresado". Finalmente el constructor notifica al Ayuntamiento el fin provisional de la obra a falta de las verjas en agosto de 1942. A finales de 1942 Pagola sufre una grave enfermedad para fallecer cinco meses después, en abril de 1943, de modo que cuando ya el Ayuntamiento recibe la obra del mercado incluidas todas las verjas en enero de 1944 ya está como arquitecto interino Francisco Fernández-Vega. 


      Como podemos ver la obra totalmente finalizada tiene en cuenta el dibujo a lapicero sobre el anteproyecto de 1930, que se realizaría en 1940, marcando otra forma más redondeada. Los dos pequeños edificios que cerraban el solar con la verja eran las casetas de control sanitario para los productos de venta en el mercado. Y en el interior vemos la fuente con reloj que hoy se mantienen en la actual plaza de Somorrostro. 
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       Este estudio se lo dedico a los vecinos de la calle del Puente de la Muerte y la Vida para que vean cómo era su calle hace más de cien años y a Eva Pagola como nieta del arquitecto.
        Todo ha sido posible gracias a: 
Anteproyecto de Mercado de Santa Eulalia de S. Manuel Pagola Bireben de septiembre de 1930 del Archivo Municipal de Segovia.
Proyecto del Mercado cubierto de Santa Eulalia de S. Manuel Pagola Bireben de septiembre de 1940 del Archivo Municipal de Segovia.
La foto de las Escuelas de Santa Eulalia recién construidas por el arquitecto Odriozola poco después de realizarlas y una de sus últimas obras antes de jubilarse en mayo de 1913 y siete meses después fallecer.
La foto de la calle de Puente de Muerte y Vida facilitada por el amigo Juan Francisco Sáez.
Silvestre Manuel Pagola, Arquitecto de Miguel Ángel Chaves Martín y Alberto García Gil. Editado por la demarcación de Segovia del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla y León. Segovia 1997.
Nuevo Mundo del jueves 15 de junio de 1911, Año XVIII-Núm. 910.
Mapa del arquitecto municipal Joaquín de Odriozola Grimaud de 1901.
Las calles de Segovia, noticias, tradiciones y curiosidades de Mariano Sáez y Romero. Edición facsímil en offset por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia. Segovia, 1978.
Veinte años de paz en el Movimiento Nacional bajo el mando de Franco: provincia de Segovia. Impreso por Librería Herranz. Segovia, 1959 de la Biblioteca de la Diputación Provincial de Segovia.
El apoyo a la divulgación sobre Segovia y continuo aliento de Isabel y Rafa del Archivo Municipal de Segovia y en este estudio particularmente a Darío Núñez por sus sugerencias.
Mi colección de postales, fotos y libros antiguos de Segovia recopilada en los últimos veintidós años.

sábado, 26 de diciembre de 2020

EL GRAN INCENDIO DE SEGOVIA DE 1920 Y SUS CONSECUENCIAS (1917-1936)

      Hoy 26 de diciembre de 2020 se cumplen cien años del incendio de 1920 que provocó una gran transformación en la ciudad en varios lugares, en la muralla, la panorámica del Paseo del Salón o en la plaza Mayor, como vamos a mostrar. Después de conseguir nuevas fotografías con su adecuada datación y nuevos datos del gran incendio, rememoramos su centenario en este desgraciado año de pandemia. Entre 1921 y 1936 se realizaron grandes cambios y acabados todos ellos, en los primeros años de  nuestra guerra civil, son los que se mantienen en la actualidad.

      Por el paseo del Salón se mantenía una parte de la casa noble de época renacentista, que el marqués de Lozoya en 1921 denomina de Pedro de Segovia, junto al cubo de la muralla que designamos como 1. A continuación toda la parte trasera que correspondía a la casa de Juan Bravo Nº 2, en la cual estaba la oficina central de Telégrafos y Teléfonos, los salones del Círculo de la Unión Mercantil e Industrial, la sucursal del Banco Castellano, desde junio de 1920 sustituyendo al antiguo café restaurant El Suizo y varias viviendas en la tercera planta. En el edificio residían la viuda y propietaria del edificio, Adela Chauvín Strudwick con su hijo Francisco, su hija Julia y su yerno Victoriano Villoslada Neira junto con sus hijos. Entre el cubo 2 y el cubo 3 vemos la gran galería acristalada realizada en 1912 por Benito de Castro Rueda para el casino de La Unión.

      La casa noble de Pedro de Segovia mantenía, la fachada, un patio renacentista y como podemos comprobar en la parte del Salón dos balcones que intuimos con arcos conopiales en origen, sobre una planta con matacán y una balconada típica de secadero de pieles del siglo XVI. Sobre el cubo 1 un balcón acristalado, típico de los primeros años del siglo XX y encima una especie de caseta de vigilancia. Ambos edificios por delante tenían una única fachada noble renacentista y hacia el Salón esta parte estaba justo detrás de las casas de plaza del Corpus Nº 3 que hacía un saliente con respecto a la casa noble.

       Gracias a una panorámica de Otto Wunderlich, muy probablemente tomada en el verano de 1920, podemos comprobar cómo se mantenían los edificios que conformaban parte de la muralla de la ciudad.


      Sin embargo, pasado el día de Navidad, el domingo 26 de diciembre de 1920 hacia las seis de la tarde desde un cuarto para la leña de la central de Telégrafos salta una chispa y rápidamente provocó un enorme incendio que se extendió por todo el edificio. A las pocas horas del comienzo del incendio Segovia se quedaba incomunicada por Telégrafo y por Teléfono. Aunque los bomberos de Segovia acudieron rápidamente y además tuvieron la ayuda de las bombas del Regimiento de Posición de la Casa Grande y de la Academia de Artillería, por el viento huracanado que había, toda la casa renacentista se destruyó por el interior. La fachada en la calle Juan Bravo Nº 2 se mantenía firme, pero también se incendiaron totalmente la casa donde tenía su peluquería Román Santamaría y a continuación se vio muy afectada la casa donde se encontraba una farmacia.


      Pero en la parte del Salón el derrumbamiento de las plantas segunda y tercera hizo que la fachada, cediese provocando un derrumbe de modo que gran parte cayó sobre el quiosco de música, que estaba justo debajo, provocando un fallecido que se encontraba en el interior del quiosco.


       Además, el mal tiempo con aire huracanado provocó que las vigas de madera volaran y que una de ellas a modo de un fósforo gigante entrase en el chapitel de la iglesia de San Miguel quemando sus vigas, fundiéndose las campanas y provocó que se destruyese totalmente. A su vez alguna otra viga cayó en la parte de la bóveda por lo leído en los periódicos de la época y también afectó mucho a la cubierta. Así lo podemos comprobar con un detalle de una panorámica que José Regueira realizó en 1921, donde marcamos como referencias la espadaña del convento del Corpus y los tres cubos.


       Durante todo el año de 1921 al comprobar que las estructuras de los dos edificios entre los cubos 1 y 2 estaban afectadas totalmente, se tuvieron que hacer grandes demoliciones. De modo que podemos apreciar que la parte antigua de la casa de Pedro de Segovia por la parte del Salón se había mantenido firme, como vemos en la foto anterior, pero estaba muy afectada por toda la parte interior. Análogamente quedó destruida casi toda la fachada con los nueve balcones por planta realizada por Joaquín Odriozola en 1900, excepto la parte junto al cubo 2. A lo largo de 1921 después de las demoliciones y limpiezas de los terrenos se vendieron mediante subasta dos grandes solares, uno lo compró el Banco Castellano que debía poseer parte del bajo y el otro el casino de La Unión (materializado éste último el 31 de enero de 1922).

    Hacia finales del verano de 1922 podemos comprobar muchas consecuencias del incendio. Muy probablemente durante 1921 se hizo una cubierta sencilla de la torre de San Miguel y repararon los problemas que se habían causado en las cubiertas de la nave de la iglesia. Pero con vista al Salón vemos un tremendo panorama, con todo el derrumbe casi terminado, excepto las dos casas de plaza del Corpus de la peluquería y la farmacia. Para los escombros de los derrumbes se utilizó el propio talud del paseo del Salón como se aprecia por el movimiento de arenas. 


      Aunque la imagen procede de una fototipia y no es muy nítida, es suficientemente aclaratoria. Como vemos el cubo 1 está desmochado hasta la altura algo por encima de la valla del convento del Corpus, ya no hay ningún resto de la fachada antigua de la casa de Pedro de Segovia y las tres plantas con 9 balcones cada una, de la casa de Adela Chauvín tampoco. Justo a la izquierda del cubo 2 quizás se intuye una construcción con mayor altura que el cubo, de modo que podría estar ya realizándose el nuevo edificio propiedad del Banco Castellano. 

       Con un detalle de una imagen procedente de un archivo alemán podemos comprobar cómo se está ya realizando el edificio del Banco Castellano que da al paseo del Salón y que datamos en 1924. No sabemos quién proyectó ese edificio modernista porque no consta en ningún documento del Archivo Municipal de Segovia. Ahora bien, sí sabemos que Manuel Cuadrillero Sáez ya desde 1919 trabajaba intensamente como arquitecto para el Banco Castellano para la remodelación de su edificio de Valladolid y muy probablemente para reformas en sucursales del banco en otras capitales castellanas.


      Al igual que la foto de Regueira la imagen está tomada desde los altos de la iglesia de San Millán viéndose las cubiertas de las mismas casas. Podemos comprobar como el edificio del Banco Castellano excede dos plantas y el bajo cubierta con respecto a la altura del cubo 2. Según El Adelantado de Segovia a finales de mayo de 1925 se anuncia la inauguración del nuevo edificio del Banco Castellano en la calle Juan Bravo Nº 2.

      Por otra parte con el aire huracanado y las vigas sobrevolando provocó que muchas de las siete casas con asignación del Nº 23 al Nº 29 de la plaza de la Constitución que estaban adosadas a la iglesia de San Miguel se vieran afectadas. El día del incendio provocó que todos los vecinos de esas casas fueran desalojados y se acumularon muchas de sus pertenencias en la elipse de la plaza provocando pillajes. Analizadas todas las casas provocó que finalmente se demoliesen casi todas entre 1921 y 1922, excepto tres de ellas como podemos ver en la foto de Wunderlich en 1925 con los solares limpios. Todo ello provocaría que el arquitecto municipal, Manuel Pagola, en septiembre de 1931 realizase un "proyecto de construcción de un edificio destinado a comercios en planta baja y sótanos, y a viviendas en las otras dos plantas, en el solar situado en la plaza mayor contiguo a la iglesia de San Miguel".  


     Entre 1923 y 1929 en el solar de la propiedad del casino de La Unión en la plaza del Corpus se organizaron todos los años bailes 'al aire libre' durante los felices años veinte. Además, como hemos comprobado se alquilaba por los anuncios vistos del presidente de la sociedad Antonio Herrero. En una imagen aérea de noviembre de 1925 podemos comprobar claramente el hueco del solar limpiado.

 
       Ya inaugurado el edificio del Banco Castellano podemos ver en el balcón central principal el cartel de BANCO CASTELLANO y en el portal de la derecha el de SUCURSAL. En cambio, en el portal de la izquierda estaba el acceso a las viviendas y la oficina central de la Compañía Telefónica Nacional de España.

   
       En las panorámicas desde La Piedad en los primeros años de la República todo se mantenía similar. Ahora, podemos seguir viendo el desmochado del cubo 1, pero parece que todavía un poco por debajo de la valla del convento del Corpus.


      Pasados dos años tenemos otra imagen que nos muestra nítidamente el solar vacío que ya no era propiedad del casino de La Unión.


     Habiendo cambiado la propiedad del solar Francisco Gálvez Alcaraz promueve un proyecto de edificio al arquitecto 'futurista' Casto Fernández-Shaw e Iturralde en julio de 1935 que terminará de construirse en 1939 o 1940. En este caso, incluso se hizo el vaciado del terreno y se construyó un local comercial al nivel del Paseo del Salón. A partir de entonces la vista panorámica segoviana en el paseo del Salón se mantuvo hasta la actualidad. 


      Por otra parte, para terminar, la otra gran consecuencia del incendio de 1920 fue la realización del edificio de la plaza Mayor adosado a la pared de la iglesia de San Miguel que incluía el acceso a la iglesia. Podemos ver como en 1932 ya han construido los arcos, están realizando la primera planta y suponemos que se terminaría ese año o en 1933.

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      Esta entrada se la quiero dedicar a mis amigos con interés en la historia del patrimonio histórico segoviano.
        Todo ha sido posible gracias a:
Las fotos recopiladas de Otto Wunderlich, Ortiz Echagüe, La Fundación Telefónica, otras de mi colección y mis amigos Aku y Juan Santamaría, que hemos utilizado para aclarar los cambios.
Las fotos en panorámica de Segovia de José Regueira que el amigo Aku Estebaranz divulgó en su blog.
Padrones Municipales de 1900 y 1920 del Archivo Municipal de Segovia.
Archivos de Contribución Industrial de 1917 y 1919 publicados en el Boletín Oficial de la Provincia de Segovia de la Biblioteca Digital de Castilla y León.
Diario de Avisos, miércoles 14 de julio de 1915, Año XVIII-Núm. 4986.
La Tierra de Segovia, miércoles 21 de abril de 1920, Año II-Número 288.
La Tierra de Segovia, miércoles 23 de junio de 1920, Año II-Número 338.
La Tierra de Segovia, sábado 3 de julio de 1920, Año II-Número 347
La Tierra de Segovia, martes 28 de diciembre de 1920, Año II-Número 475.
La Tierra de Segovia, viernes 31 de diciembre  de 1920, Año II-Número 478.
Mundo Gráfico, miércoles 5 de enero de 1921, Año XI-Número 479.
El Diario Palentino, lunes 31 de enero de 1921, Año XXXIX-Núm. 11365.
El Adelantado de Segovia, lunes 18 de mayo de 1925, Año XXV-Núm. 4927 del Archivo Municipal.
Guía de Poblaciones Españolas. Segovia. Precio 2,50 pesetas. Segovia, 1926. De la Biblioteca Digital de Castilla y León.
Memoria y lugar. Segovia en la fotografía de Otto Wunderlich. Comisariado por Miguel Ángel Chaves Martín, Torreón de Lozoya, diciembre de 2016-marzo de 2017. Instituto del Patrimonio Cultural de España, Diputación Provincial de Segovia y Fundación Caja Segovia. Segovia, 2016.
Silvestre Manuel Pagola, Arquitecto por Miguel Ángel Chaves Martín y Alberto García Gila. Demarcación de Segovia del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla y León Este. Segovia, 1997.
Casino La Unión. Biografía incompleta. Siglos XIX y XX por Rafael Cantalejo San Frutos. Casino de la Unión, con la colaboración de Caja Segovia, Ayuntamiento de Segovia y el Hotel Residencia las Sirenas. Segovia, 2008.
La Casa Segoviana. De los orígenes hasta nuestros días por Alonso Zamora Canellada, José Antonio Ruiz Hernando, Miguel Ángel Chaves Martín y Juan de Contreras y López de Ayala, marqués de Lozoya. Edita Caja Segovia, Obra Social y Cultural. Segovia, 2010.
El apoyo en la divulgación sobre Segovia y aliento continuo de Isabel y Rafa del Archivo Municipal de Segovia por su incansable disposición para buscar esos pequeños detalles tan decisivos.
Mi colección de postales, fotos y revistas antiguas de Segovia recopiladas en los últimos veintidós años.

sábado, 7 de noviembre de 2020

Memoria de la vida truncada de un brillante discípulo de Justo Pérez

     Matías Gómez Rodríguez con su esposa Águeda Palomo del Pozo y sus seis hijos Francis, Antonia, Matías, Dori, Antonio y Reme, naturales de Abades, se establecieron en Segovia en busca de mejores perspectivas, a principios de los años cincuenta. Con el dinero de la venta de unas pocas tierras, compraron una vieja casa en la plaza de Santa Ana, donde en la planta baja Matías guardaba el carro y el caballo con los que hacía portes y recados y criaba unos cerdos. 


     Recuerdan los hijos que la vida era dura y los mayores tuvieron que contribuir al sustento familiar. Las muchachas empezaron como sirvientas y trabajar en tiendas o fábricas. Con sólo trece años el tercer hijo, Matías Gómez Palomo, entró a trabajar como botones en el Hotel Casas en 1953, sus hermanas todavía recuerdan lo guapo que estaba con el uniforme del hotel.

      Matías era espabilado, inteligente y trabajador y, o bien el muchacho mostró interés por la cocina o bien Justo Pérez supo ver que sería un buen aprendiz y no dudó en ponerle a su lado en los fogones, como había hecho y seguiría haciendo con muchos otros que pasaron por la cocina del Casas. De la mano de Justo, Matías pronto mostró ser un excelente aprendiz y además tener dotes excepcionales como cocinero. Cuando se casó su hermana mayor, mi madre, en 1957, el banquete de boda fue, por supuesto, en el Hotel Casas, preparado con especial esmero por Justo y un Matías que ya despuntaba en los fogones.

      Antes de cumplir los veinte ya participaba en concursos de cocina y ganó varios de ellos, recuerdo todavía los trofeos en casa de mi abuela Águeda. Hacia 1962, con apenas 21 años, ya era el Jefe de cocina en el restaurante El Bernardino.


     Poco después, el miércoles 25 de abril de 1962 se celebra en el Gran Hotel Las Sirenas el primer Concurso provincial de Cocina. En el concurso concurrieron cinco jefes de cocina de varios establecimientos segovianos que quedaron clasificados por orden de puntuación según el jurado calificador, (uno de ellos Justo Pérez Benito): 1º) Matías Gómez Palomo, 2º) Fermín García Casado, 3º) Manuel Rojas Santa Ana, 4º) Fidel Urrialde Prior y 5º) Tomás Urrialde Garzón. El vencedor acudiría al certamen nacional en Palma de Mallorca.

     El fotógrafo Manolo Río realizaba varias fotografías, entre ellas mostraba el menú galardonado con el primer premio. 


     En la prensa segoviana se publicaba alguna fotografía de los participantes, Matías junto al maitre y Justo Pérez, como director técnico del jurado, a la derecha del presidente de la sección social del Sindicato Nacional de Hostelería.


    Después en Palma de Mallorca obtuvo el segundo premio, y ello según le dijo a Justo Pérez un cocinero amigo, miembro del jurado, porque "el primero estaba ya dado a un cocinero de Madrid". Justo siempre le alentó a que progresara y volara alto y a principios de los sesenta entró como segundo de cocina en el restaurante El Bernardino, entonces muy afamado, donde siguió ganando renombre y donde también empezó su hermano pequeño Antonio, quien siempre nos ha contado que quería progresar y poner su propio restaurante. 

     Unos meses después, con tan sólo 21 años y con la recomendación de Justo, le ofrecieron ser jefe de cocina en el Gran Hotel de La Toja. El lunes 2 de julio de 1962, pocos días antes de trasladarse a Galicia, regresando de un pueblo de dar una comida de pedida de mano, el coche en el que viajaban los trabajadores de El Bernardino se salió de la carretera, resultando heridos de pronóstico gravísimo Matías y Carmelo del Pozo, hijo del dueño, e Irineo Álvarez herido grave, lo que causó gran conmoción en la ciudad. El día 4 falleció Matías y el día 5 Carmelo.

     Yo tenía dos años y tengo un vago recuerdo de un hombre que jugaba con sus sobrinos pequeños y nos daba golosinas, pero su recuerdo ha estado muy presente en la familia de mi madre, en el luto perenne de mi abuela Águeda y en las historias que nos contaban mis tías y yo hoy cuento a mis hijos.

     No me cabe duda de no ser por este trágico suceso, que Matías hubiera tenido una excelente carrera como cocinero y ese restaurante que quería montar con su hermano Antonio, tendría hoy justa fama en Segovia, ni tampoco que ello habría sido gracias a que la cocina del Hotel Casas fue la excepcional escuela de Justo Pérez, quien le tuvo gran cariño, como bien recuerdan todos sus hermanos, y Matías siempre tuvo devoción por su maestro que le inició e impulsó como profesional.


LUIS MIGUEL PASCUAL GÓMEZ
Edición, Segovia y Matemáticas, 2020
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      Este escrito está dedicado a los hermanos de Matías Gómez Palomo y en particular a su hermana mayor Francis.
      Todo ha sido posible gracias a:
Fotos del archivo familiar de los nietos de Justo Pérez Benito.
Fotos de los hermanos de Matías Gómez Palomo junto con su recordatorio de defunción.
Fotos con la colaboración de Juan Pedro Velasco.
Vanguardia Segoviana, periódico del sábado 28 de abril de 1962, Año IX, Núm. 397.
El Adelantado de Segovia, periódico del martes 3 de julio de 1962, Año LXII, Número 18860.
El Adelantado de Segovia, periódico del jueves 4 de julio de 1962, Año LXII, Número 18861.
El Adelantado de Segovia, periódico del jueves 5 de julio de 1962, Año LXII, Número 18862.
La colección de fotos, folletos turísticos y papeles antiguos de Segovia de Pedro Luis Peñas.

viernes, 9 de octubre de 2020

Hostería TURÉ en la calle Resolana de Segovia (1952-1955)

      Muy probablemente ya a finales del año 1950 el negocio del hotel Casas en la calle Cronista Lecea Nº 11 funciona notablemente y el matrimonio de Justo Pérez y Agapita Gómez, ambos trabajadores incansables y con dos hijos, deciden hacer una inversión más propia, relacionada con 'su pueblo' y por eso lo llamarán Hostería TURÉ, de Turégano. En esos momentos debieron comprar la casa Nº 6 de la calle Resolana, que por detrás tenía una huerta, con vistas a nuestro maravilloso Acueducto y mantenía el mismo aspecto que veinte años antes. 


     Desde esa perspectiva viendo las partes traseras de los cinco números que tenía la calle Resolana, con sólo números pares, ya que en frente estaba el muro de carga de la calle San Juan, no llegamos a clarificar como la calle Resolana conectaba con la carretera de Arévalo. En cambio, sí vemos bien los cuatro olmos que había en la calle, tres a la derecha y uno a la izquierda junto al muro y cuyas ramas daban sombra a la calle de San Juan.

     Lo vamos a ver mejor usando otras perspectivas. En la imagen de la izquierda vemos la carretera de Arévalo y justo al empezar las casas solariegas, ya era la calle Resolana. Hemos marcado en verde la señal de atención de vehículos a 12 km/hora que se podían incorporar. En la imagen de la derecha vemos el inicio de la calle Resolana desde la parte superior de la calle de San Juan, aunque popularmente se decía la "cuesta de Santa Lucía", acaba la baranda de piedra con la señal de velocidad para automóviles, el hueco de la calle Resolana y las antiguas casas de la calle San Juan con número impar.


     Poco después, justo en la loma entre la carretera de Arévalo y la calle de Gascos vemos que ya se había construido el chalet de tres plantas que Carlos Tablada Maeso había encargado antes de fallecer en abril de 1932 y dejar viuda a su esposa Eutiquia.


     Finalizada la guerra, el arquitecto provincial Benito de Castro va a transformar ampliando una nueva planta la casa de la calle Resolana Nº 8 de modo que, a efectos, se construye un nuevo edificio con tres plantas para alquiler, con una vivienda por planta.     


     En junio de 1951 la esposa de Justo Pérez solicita al Ayuntamiento el derribo de la casa de su propiedad del Nº 6. Además, el matrimonio debía poseer la huerta del propio Nº 6 y parte de la huerta correspondiente al Nº 8.  Como vemos  al principio del verano de 1951 el derribo todavía no se había realizado y tenían de plazo, según el expediente, hasta octubre de 1951.


     Es muy probable que el arquitecto del proyecto del nuevo edificio de Resolana Nº 6 fuese el mismo que el de la casa contigua, Benito de Castro Rueda, pero no se encuentra en el Archivo Municipal. Suponemos que el derribo se realizaría en agosto o septiembre de 1951 y su correspondiente proyecto ya estaría realizado. Sin embargo, inicialmente se van a construir dos edificios separados, uno con entrada por la calle Resolana Nº 6 y el otro en su huerta correspondiente junto con la ampliación de la del Nº 8. Todo ello se debió realizar entre octubre de 1951 y finales de 1952.  

     Gracias a las fotos facilitadas amablemente por la familia Pérez Gómez la más antigua tiene sello de Foto Río (Manuel Ríosalido) y fecha de abril de 1953. Vemos dentro del edificio a Justo Pérez Benito que invita a mostrar su nuevo establecimiento a su gran amigo, Cándido López, ya nombrado Mesonero Mayor de Castilla. Su gran amistad, por las fotos vistas, al menos procedía desde 1950, desde que ambos colaboraron en varios actos vestidos de segovianos y haciéndose bromas en los preparativos.


    Suponemos que la inauguración de la hostería, precisamente por el tiempo de construcción, sería hacia marzo o abril de 1953. El primer anuncio encontrado en un programa de fiestas de San Juan y San Pedro es precisamente el de junio de 1953 que nos indica que ya está en funcionamiento y curiosamente no especifica nada sobre su localización oficial, que es la calle Resolana Nº 6, si no que lo hace de forma popular aclarando "junto a la calle San Juan" y recordando que es una "filial del hotel Casas".


     Lógicamente Justo Pérez orgulloso de su proyecto pedirá al fotógrafo Río que haga un reportaje fotográfico sobre su Hostería Turé. Hace dos tomas de la fachada del restaurante de la Hostería cuya entrada era por la calle Resolana Nº 6.


     Para que nos hagamos una idea está justo al desembocar la carretera de Arévalo, en la calle Resolana, que popularmente por su inclinación se decía la 'cuesta de Santa Lucía'. Es decir es un restaurante pensado principalmente a los segovianos de la provincia que vienen subiendo por toda la carretera que está junto a la muralla viniendo por San Marcos. Además, Manolo Río sacará el comedor principal decorado con funcionalidad y presidiendo el típico reloj de pared, con unas lámparas con dragoncitos que sujetan con la boca el casquillo de las bombillas.


      Hace varias tomas del comedor, otra muestra los dos balcones que se ven en la fachada, con el hueco que hay muy probablemente para la cocina. Y es que entre el muro de apoyo de la calle Resolana y las antiguas casas había un hueco, por lo menos en las del Nº 6 y Nº 8, como podemos apreciar en las fotos de la década de 1930. 


    No mucho tiempo después, pensamos que en el propio año de 1953, se realiza el edificio que será más dedicado a parte residencial en el solar de lo que eran las huertas de las antiguas casas. Un edificio con tres plantas con dos galerías, una de ellas con cubierta, hacia el valle que salva el Acueducto y por encima de la calle Gascos.


    También la familia de Justo Pérez orgulloso de la situación de su Hostería a unos metros del Acueducto toma unas fotos desde la galería hacia el Acueducto.

   
      Además, desde la galería del segundo piso otra toma hacia la carretera de Boceguillas en el barrio de San Lorenzo y sobre la mitad de la calle Gascos.


      Justo Pérez encargó unas etiquetas para su Hostería Turé entre 1953 y 1955 siempre haciendo referencia a que era una filial del Hotel Casas.

 
      En 1955 hemos podido averiguar que ya durante ese año la familia Bella Sombría vivía en el edificio de las dos galerías y nos confirman que ya no estaba la Hostería Turé sino las dependencias de la sociedad anónima Unión Previsora Segoviana. Por lo cual la hostería tan sólo duró tres o como máximo cuatro años, aunque no hemos podido averiguar las razones por las cuales el conjunto de varios edificios pasaron a ser las dependencias de las oficinas y de la clínica de la Unión Previsora. Desde las lomas del cementerio vemos bien el conjunto de edificios en esta toma de 1958. Suponemos que en esta foto las ampliaciones en la parte trasera del Restaurante y el patio que había entre ese edificio y el de las galerías ya lo más probable es que fuesen intervenciones que hizo la Unión Previsora y no estaban en la construcción original de 1953.


    Como no disponemos del proyecto de los dos edificios, sí nos confirman de forma verbal que el acceso era por el antiguo edificio del Restaurante con los dos monolitos que vemos en las imágenes de arriba. Cuando se realizó la plaza Oriental y se hicieron los derribos de la calle San Juan de 1963 a 1968 y además se provocó la desaparición de la calle Resolana haciendo la explanación para el Paseo de Santo Domingo de Guzmán en 1969 es cuando se creó una nueva puerta de acceso al conjunto de la Unión Previsora.


      El edificio inicial del Restaurante de la Hostería Turé se quedaría sin acceso ya que el nivel del Paseo se hizo a un metro por debajo del antiguo nivel de la calle Resolana en el Nº 6, de modo que la puerta con dintel de granito se quedó muerta para el acceso. Podemos ver bien el edificio del Restaurante en una imagen de hace más de cuarenta años ya inaugurado el Paseo de Santo Domingo de Guzmán el 8 de octubre de 1970.

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      Esta entrada se la dedico a los nietos de Justo Pérez que me han facilitado las fotos y con ello hemos podido desarrollar la investigación del establecimiento de su abuelo que terminó antes de que ellos naciesen.
       Todo ha sido posible gracias a:
Las fotos facilitadas por la familia Pérez Gómez, en particular a los nietos de Justo y Agapita, Blanca y José Luis.
Toda la información con todos sus grandes recuerdos de Mª Carmen Bella Sombría.
Programa de Fiestas de San Juan y San Pedro de 1953 del Archivo Municipal de Segovia.
Segovia, Revista Oficial del Centro Segoviano de Madrid, Año II, Número 3, Junio 1953.
Algunas anécdotas, personajes y establecimientos del corazón de Segovia a mediados del siglo XX. Félix S. de la Fuente Contreras. Editado por el autor. Segovia, 2004.
La foto del IPCE viendo la panorámica del paseo de Santo Domingo, que hemos tratado informáticamente.
El apoyo a la divulgación sobre Segovia y continuo aliento de Isabel y Rafa del Archivo Municipal de Segovia que aunque no disponíamos del proyecto debíamos dar a conocer esta zona tan poco recordada.
Mi colección de postales, fotos, papeles significativos, programas de fiestas y guías antiguas de Segovia de los últimos veintidós años.