viernes, 21 de agosto de 2015

LOS AUTOMÓVILES EN SEGOVIA (1900-1936): Los surtidores de gasolina (1ª parte)

     En las dos primeras décadas del siglo XX sólo había matriculados con matrícula SEG, de Segovia, 61 automóviles entre coches, camiones, autobuses y motocicletas. Y aunque hubiese más vehículos matriculados de otras ciudades no llegaría a las 150 unidades en toda Segovia. En ese momento, los automovilistas disponían de los garages (así llamados, como en Francia) para obtener el combustible, que comenzaron en Segovia hacia 1910.

      En la década siguiente la situación cambia vertiginosamente, entre 1921 y 1929 se matricularon en Segovia casi ochocientos sesenta vehículos y con los matriculados de otras ciudades habría unas mil unidades. A partir de abril de 1921 se hacen varias reales órdenes relativas al establecimiento de aparatos surtidores de gasolina. En particular, en Segovia es en mayo de 1923 cuando se empiezan a hacer solicitudes al Ayuntamiento de instalación de surtidores, siendo Manuel Silvestre Pagola el arquitecto municipal.

       En la memoria de un proyecto de las primeras solicitudes, de 1923, dice:
      La aplicación del motor de gasolina a la tracción de vehículos, ha tomado en los últimos años una extensión inusitada, aparejando como consecuencia, el extraordinario desarrollo a que ha llegado la industria de fabricación de tal combustible.
      El consumo de este líquido ha alcanzado una cifra fabulosa, que crece de día en día con la invasión del camión automóvil, destinado al transporte de mercancías.

     Entre 1924 y 1928 se instalaron seis surtidores en Segovia capital que vamos a detallar a continuación su historia inicial por orden cronológico. También, tenemos constancia de alguno instalado en la provincia, en Turégano, hacia 1930.

SURTIDOR SOLICITADO POR PEDRO PARAREDA
      Esta primera solicitud comenzó el 18 de mayo de 1923 proponiendo el Azoguejo "... desea instalar en el sitio que al efecto se le designe de la Plaza del Azoguejo de esta capital un depósito subterráneo de gasolina para proveer de ésta a los automóviles de la población...".

     Pagola como arquitecto municipal hace un informe para la comisión correspondiente en junio de 1923 e inicialmente propone en carretera de Boceguillas junto al pretil de la calle Gascos, desechando la plaza del Azoguejo.


    Sin embargo, teniendo en cuenta ordenanzas municipales y remitir el informe a la Jefatura de Obras Públicas no se acepta y se plantea un nuevo emplazamiento en octubre de 1923.


    Este lugar será definitivo, pero se retrasará casi un año, aunque la obra del vaciado para el depósito con las inspecciones de la Jefatura de Obras Públicas se hacían en unos cuatro meses. El surtidor era el típico de la época, tipo S.F. Bowser & Cª Inc.


      Se instalará junto al Parador del Norte y se pondrá en funcionamiento en febrero de 1925. En la siguiente imagen circa 1929 podemos ver el surtidor Bowser ya instalado con el precio de 0,70 pesetas el litro de gasolina.


      El depósito se mantuvo, aunque se cambiase con los años el poste distribuidor, hasta 1961 con el derribo de la manzana del Parador del Acueducto y habiendo hecho el derribo del Parador del Norte diez años antes, en 1951.

SURTIDOR SOLICITADO POR SERVILIO TORREGO
      Esta segunda solicitud comenzó el 3 de noviembre de 1923 por un vecino de Madrid proponiendo el terreno delante del garaje de La Castellana S.A. "... desea instalar un aparato tipo G.B. Industrias Babel y Nervión frente al garage de su propiedad en el 49 km 9 hm de la carretera Villalba a Segovia..." con la memoria justificativa firmada por un ingeniero industrial y un plano de situación.


     Pagola hace un informe interno a finales de diciembre de 1923 detallado, teniendo en cuenta los inconvenientes que había habido con el anterior y todas las condiciones revisadas y aprobadas por la Jefatura de Obras Públicas junto con la memoria del proyecto. El recibí del solicitante llega el 3 de enero de 1924 donde se especifica un plazo de ejecución de seis meses.

       La instalación y puesta en funcionamiento se terminó en abril o mayo de 1924, de modo que fue el primero existente en Segovia y presentó un recurso en la tramitación del anterior argumentando que se encontraba a 30 metros del suyo y pedía que lo desplazasen a 500 metros (ésta fue una de las causas del retraso del anterior). Con la imagen circa 1928 desde la muralla podemos situarnos en su distribución y su instalación definitiva por orden cronológico.


     El depósito cambió de titularidad en seguida, hacia 1929 y lo podemos ver en una imagen circa 1935 a través de los arcos de nuestro Acueducto con un coche a la puerta del garaje y taller de reparación que había en ese momento.


     Se mantuvo en funcionamiento más de treinta y siete años, aunque se cambiase el poste distribuidor, hasta 1962 con el derribo de la manzana del Parador del Acueducto.

SURTIDOR SOLICITADO POR EMILIO DE SOUSA
       La tercera solicitud comenzó el 27 de mayo de 1924 proponiendo la calle del Roble 20 delante de un garaje a su cargo "... Que deseando instalar un aparato subterráneo de gasolina con cabida de 20000 litros en la entrada del Nuevo Garage...".

     Pagola hace su informe que va a la comisión de fomento el 9 de junio de 1924 en el que advierte de posibles futuros edificios "... en el casco de la población y en una parte de ella de probable y fácil aumento de edificaciones, considero de algún peligro la concesión de la licencia solicitada..."  y la comisión  lleva para aprobar en la sesión de la comisión permanente del 17 de diciembre de 1924 en donde se aprueba pero con condiciones.

     El envío de la autorización de la licencia con la firma del alcalde Tomás Sanz y recibí firmado por Emilio de Sousa es del 22 de diciembre de 1924. De modo que el depósito con el surtidor se instalaría y se pondría en funcionamiento en abril o mayo de 1925.

     Poco después, el 25 de mayo, Emilio de Sousa ponía este sugerente anuncio para los automovilistas de gasolina Automovilina en El Adelantado de Segovia. En ese momento sólo había tres surtidores y algún garaje más que vendía combustible.



     Este depósito, con los cambios oportunos por mejoras tecnológicas, se ha mantenido básicamente más de ochenta años.
                                                                 Continúa
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     Esta entrada se la dedico a todos los segovianos que condujeron los primeros autobuses, camiones y automóviles que fallecieron antes y después de la guerra.
       Todo ha sido posible gracias a:
Historia de las comunicaciones en Segovia de Mariano Gómez de Caso Estrada editado por Caja Segovia Obra Social y Cultural, Segovia 2004.
Web SITIO DE LAS MATRÍCULAS ESPAÑOLAS de David Urios Mondéjar.
El Adelantado de Segovia, lunes 25 de mayo de 1925, Año XXV-NÚM 4932.
Proyectos de las diferentes solicitudes de surtidores de gasolina del Archivo Municipal de Segovia.
Libros de Matrícula de Contribución Industrial del Archivo Histórico Provincial de Segovia.
El apoyo en la divulgación sobre Segovia y aliento continuo de Isabel y Rafa del Archivo Municipal de Segovia.
Mi colección de postales, fotos y libros antiguos sobre Segovia de los últimos diecisiete años.

miércoles, 12 de agosto de 2015

SEGOVIA LA ABANDONADA (La Esfera, 12 de agosto de 1922)

COMENTARIOS  PREVIOS
     Un día como hoy de 1922 se publicó en la revista La Esfera un artículo en defensa de Segovia que queremos recuperar con el uso de nuevas tecnologías.


    El autor Ramón Gómez de la Serna y Puig (1888-1963), utiliza para ilustrar su alegato, un trozo de la imagen del fotógrafo madrileño Mariano Moreno y García (1865-1925), cuya fotografía realizaría circa 1900.

     La relación de Ramón con nuestra ciudad se debe a que su padre, estando viudo desde 1906, fue Registrador de la Propiedad en Segovia a partir de abril de 1914 con domicilio en la plaza de la Merced. Estuvo viviendo con él unas ocho breves temporadas hasta 1921 y después fallece el 22 de febrero de 1922. Pero sus precisos detalles sobre el Monasterio del Parral delatan que hacía grandes paseos y conocía bien sus vistas panorámicas, o incluso la vista de la meseta castellana desde la torre de Juan II del Alcázar (el trepado balcón de Castilla). Respecto al Acueducto (...distribuidor, á través de sus arcos bajos, de toda la arriería comarcana...) detallan como conocía la zona del Azoguejo, los comentarios sobre las golondrinas, en realidad vencejos, volando por el Acueducto (Las golondrinas están muy arrepentidas de haber venido).

    En el texto se comenta esos años entre 1918 y 1921 en que Segovia tiene una corriente Regeneracionista, y expone claros detalles como el famoso incendio de 1920 que provocó la falta de chapitel en la iglesia de San Miguel durante varios años (y cuando el fuego hace su nido de cigüeña negra en una torre, queda la torre mucho tiempo con el nido ennegrecido y destechado). También en esa época se está reconstruyendo la torre de San Esteban (... y retejar la ciudad. Hay que apuntalarla un poco, pues hay varios campaniles á los que les faltan diez minutos para caerse,...).

     Muy probablemente su buen conocimiento sobre las viejas casas segovianas tenía su origen en la conferencia sobre Casas segovianas que dió Juan de Contreras (Marqués de Lozoya) el 27 de marzo de 1919 en el Ateneo de Madrid utilizando fotos del propio Mariano Moreno, Tirso Unturbe y otros, del cual Ramón era asiduo.

     Justo en 1922 publicaría su novela El secreto del Acueducto de temática puramente segoviana, que muy probablemente redactó en el verano de 1921, y algún párrafo está trascrito literalmente tomado de la novela.

SEGOVIA   LA   ABANDONADA
La típica Plaza Mayor de Segovia antes de derruir todo el fondo, en el que hoy se eleva el Teatro de Juan Bravo
       El viajero, el turista, el evocador español, toma primero el tren de Toledo, después el del Escorial, después el de Ávila, y si es caso, como excursión de merendola, de galantería y muy verdosa, el de Aranjuez. El de Segovia apenas se toma y se va abandonando día tras día, llegado en vano los trenes á esa estación de paso hacia viajes más largos, pues para llegar á Segovia hay que avanzar por una vía muerta y retroceder después para reanudar el camino recto.
      No está bien que se tenga á Segovia en este abandono, porque es una noble, legítima y auténtica gran ciudad. Ella se morirá en silencio de pura hidalga y ni siquiera llama á nadie con programas de fiestas, ni con los programas jarifos y bermejazos que anuncian las corridas de toros.
     Segovia, solemne y silenciosa, vive asomada á su ventanal, mirando el tiempo franco, eternal, con su gran rostro clarividente. No necesita espiar extranjeros. No es una comadreadora. Vive de si misma, sin comercio con nadie. Come sólo pan candeal. De pobre que es no enciende sus candiles á la noche.
       (Su fábrica de luz eléctrica se apaga á cada instante, y no admite abonados, sino accionistas, porque sólo la puede ayudar el que la da una gran cantidad. No la sacaría de pobre el abonado. El abonado más bien la robaría lo que consumiese).
       La resignación de Segovia es la que tienen los monarcas en sus palacios, aquellos monarcas que levantaban el rastrillo bien temprano y se acostaban en seguida. Al pasar frente á las puertas obscuras que respiran la paz de la noche y respiran el aire de la sombra y sus meditaciones, presiento sentados en los tramos de la escalera que da al piso único de la casa gentes conformes que viven su vida con la certeza humana y que, por mucho que lo adornen, no pueden salirse de esos límites.
      Segovia es el imafronte, el pináculo, el trepado balcón de Castilla. Es pura como ella sola y está solado su solar por las lápidas ó laudas que perpetúan á los varones más caballerescos, los hidalgos más sobrios y liberales.
     Segovia es la atrilera, el facistol para el gran libro de la Historia de España, abierto en la primera página de su renacimiento y en la hora de su unidad.
     Su acueducto, el decano de los monumentos enterizos y enhiestos de España, señala más ese sitio central que es Segovia, y más que distribuidor, á través de sus arcos bajos, de toda la arriería comarcana, parece que es el distribuidor de diferentes vías de ferrocarril que pasasen bajo él, ordenando así la afluencia de los trenes que vienen de Europa para ver Segovia y pasar por su numeroso túnel sin fondo.
     Y, sin embargo, esta ciudad señera, cuyo acueducto figura en la portada de nuestras guías de ferrocarriles, está apartada del tren, y si allí se ve que el tren enhebra el acueducto, no es verdad eso, porque la ciudad queda lejos de la estación, en una vía muerta á la que llegan por cumplimiento los trenes porque está eso estipulado en el fuero viejo de los ferrocarriles de Castilla.
     ¡Gran injusticia! Durante el verano, Segovia debía ser un centro populoso de veraneo, porque en Segovia es el único sitio en que reaparece en pleno verano el invierno. En San Sebastián, y quien dice en San Sebastián, dice en todo el Norte, reaparece el otoño en pleno verano, formándose de vez en cuando un día gris perla negra; pero nada más.
      En Segovia aparece el día completamente invernal, erigidas de nuevo las piedras de frío del invierno. La tierra se sobrecoge y el rostro del cielo se pone serio, como sólo se pone en invierno.
      Los pájaros se esconden. Las golondrinas están muy arrepentidas de haber venido.
       El Monasterio del Parral se pone fosco y su piedra toma la color del invierno.
     Esto, que es admirable de ver en plena canícula, sucede en una gran ciudad con empaque cortesano, donde llegan los periódicos temprano, y es modesto el coste de la casa y el sustento. No se cambia de paisaje ni de psicología al veranear allí, y se cambia, sin embargo, de temperatura.
      Hay que conservar por eso de todas maneras Segovia y retejar la ciudad. Hay que apuntalarla un poco, pues hay varios campaniles á los que sólo les faltan diez minutos para caerse, y cuando el fuego hace su nido de cigüeña negra en una torre, queda la torre mucho tiempo con el nido ennenegrecido y destechado.
      También hay que defender las viejas casas, pues todavía se conduele la ciudad de que tirasen aquellas casas que había en la Plaza -esas que va á perpetuar mi fotografía-, y cuyos pisos avanzaban como crecientes repechos sobre el aire de la Plaza, el más saliente el último, habiendo una ventanita á cada lado de cada balcón y viéndose las maderas antiguas de las antiguas construcciones hidalgüelas.
        Hay que ir de vez en cuando á Segovia, porque en ella se ve con más lógica y con más nitidez que en Toledo el alma española, sin la brevedad que ese espectáculo tiene en Ávila y sin la tétrica, solitaria y desesperante visión del Escorial.
    En Segovia el turista encontrará la pura cepa y comprenderá con seriedad y sobriedad, en toda su pobreza y en toda su altivez, lo que es el alma castellana.

RAMÓN  GOMEZ DE LA SERNA
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     Esta entrada se la quiero dedicar a todas y todos los que sienten pasión por la Segovia que fue.
     Todo ha sido posible gracias a:
La foto Segovia-41-Plaza Mayor del Archivo Mariano Moreno con Nº de inventario 0081_C del Instituto de Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La Esfera, Año IX, Núm 449, sábado 12 de agosto de 1922 de mi colección.
El secreto del Acueducto de Ramón Gómez de la Serna. Edición de Carolyn Richmond, segunda edición. Ediciones Cátedra. Madrid 2000.
Segovia en tres tiempos. fotografías de Laurent, Moreno y Loty 1856-1936. Fundación MAPFRE Instituto de Cultura.Madrid 2006.
Las fotos antiguas de placas de cristal del Ateneo de Madrid.
Arquitectura y Urbanismo en la ciudad de Segovia (1750-1950). Miguel Ángel Chaves Martín. Editado por la Cámara de la Propiedad Urbana de Segovia. Segovia 1998.

domingo, 9 de agosto de 2015

LA TIENDA DE FRANCISCO ROMÁN LÓPEZ (1950-1959)

      Muy probablemente la tienda de muebles más popular de Segovia en los últimos cien años sea la de Francisco Román López con la gran ayuda de estar situada en uno de los lugares más transitados de Segovia, la calle Juan Bravo en la calle Real. Pero la causa de esto seguramente sea, como diríamos actualmente, a que era un gran emprendedor, o bien en expresión popular de la década de los años cincuenta 'sabía latín'.

APUNTES BIOGRÁFICOS
      Francisco Román López y Martín nace en Medina del Campo en 1901, hace el servicio militar en el Rif y se establece en Segovia hacia 1923, después se casa en Segovia con la segoviana Petra González García y se dedica unos años a la venta de harinas, piensos y legumbres como podemos ver en El Adelantado de Segovia.


      Pocos años después, y viendo el aumento en la venta de los automóviles entre 1927 y 1930 se hace agente oficial de automóviles y camiones Peugeot. Durante este tiempo, tuvo sus dos primeros hijos:


       Sin embargo, en 1930 muy probablemente porque era una marca que no tuviese muchas ventas comparada con las de Ford, Fiat, Citroën y Renault abandona la concesión de los automóviles y toma el traspaso de la tienda de muebles de Sucesores de Redolat (Cristóbal Alcón Porcar), sita en C/ Juan Bravo, Nº 24. En los años de la II República tiene a sus tres hijos medianos. Después viene, la catastrófica guerra civil y la dura posguerra, pero mantiene notablemente el negocio de su tienda de muebles. Con la alineación urbanística realizada frente al edificio de la antigua cárcel terminada en 1946 la tienda pasaría a tener el actual número 20 de la calle Juan Bravo.

LA DÉCADA DE 1950 Y SU TIENDA
     Justo al comenzar la década de los años cincuenta tiene a su último hijo y así de jovial se mantenía para darle un paseito.

 
     En 1952, se había acabado oficialmente con las cartillas de racionamiento y la situación económica del país empieza a mejorar lentamente con lo cual las ventas aumentarían.
   
      Con el arte de comerciante que le caracterizaba hizo un llamativo cartel con letras en madera y lo podemos intuir en la preciosa imagen del fotógrafo Río de abril de 1952.


      Como podemos comprobar baja el paso de La Dolorosa y leemos en la tienda, lámparas y artículos para regalo. Pero veamos la entrada con los escaparates con todo detalle unos meses después con publicidad de colchones Numancia  según me cuenta su hijo.


     Para los que no conocen bien la situación se lo aclaramos con la preciosa foto de Roberto Kallmeyer tomada desde el atrio de la iglesia de San Martín en el primer lustro de la década de 1950.

Esta foto es del amigo Aku Estebaranz tomada de su blog arqueologiadeimagenes
     
      A mediados de los años cincuenta Fco. Román López introduce en Segovia los colchones Flex como agente oficial. En la mayoría de las casas se tenían los clásicos colchones de lana o de borra en los que cada cierto tiempo había que varear debido a que se iban apelmazando, perdiendo el mullido, y era tal magnitud de trabajo que había una profesión que era colchonero.

      Según pasaba el tiempo la situación iba mejorando, pero su arte de vendedor de muebles se mantenía y lo vemos en la creación de una curiosa poesía publicada en un programa de fiestas de junio de 1956.


       Es en el segundo lustro de la década cuando en España hay una fiebre futbolística con las victorias del Real Madrid en la copa de Europa. En Segovia en el escaparate de Fco. Román López estaba el cartel del partido de la Gimnástica Segoviana contra el C.D. Femsa a la izquierda. Y es que su hijo Carlos jugaba en el equipo segoviano, pero después llegó a jugar varias temporadas en equipos de primera división


      Desde el principio de la década se mantenía la publicidad del agente oficial de colchones Flex e incluso se tenía un cartel saliente a la calle. En la foto podemos apreciar que la calle tiene un adoquinado y una pequeña acera porque todavía había circulación de automóviles por toda la calle Real.

    
     Si bien en todas las fotos de la portada de la tienda no se ven personas la calle Juan Bravo siempre ha estado muy transitada y lo vemos en esta última imagen de 1959 con la que acabamos la década.

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      Esta entrada se la dedico a todos los segovianos y segovianas que subieron y bajaron, como siempre, por la calle Real en toda la década de los cincuenta. También a los descendientes de Fco. Román Lopez para que tengan conciencia de la valía de su persona.
       Todo ha sido posible gracias a:
Las fotos facilitadas amablemente por Luis Fernando López hijo menor de Francisco Román López que se mantiene en el negocio, pero ahora más como Interiorismo y Decoración.
Programa de Ferias y Fiestas de junio de 1956 editado por Miguel Piquero.
El fascinante fotógrafo Kallmeyer visita Segovia del blog del amigo José Manuel Estebaranz.
Algunas anécdotas, personajes y establecimientos del corazón de Segovia a mediados del siglo XX. Félix S. de la Fuente Contreras. Editado por el autor. Segovia, 2004.
El Adelantado de Segovia, martes 3 de septiembre de 1929, Año XXIX-NUM 7289.
El Adelantado de Segovia, miércoles 7 de noviembre de 1934, Año XXXIV-Número 9610.
Mi colección de postales, fotos y libros antiguos sobre Segovia de los últimos diecisiete años.

viernes, 10 de julio de 2015

LOS AUTOMÓVILES EN SEGOVIA (1900-1936): El primero visto en Segovia

      Comenzamos con esta entrada una serie dedicada al estudio de los automóviles, y todo lo que les rodea, en Segovia desde los inicios hasta la guerra civil: el auto visto por primera vez, los vehículos, los agentes oficiales, los surtidores, las matrículas.... Es decir, unos pequeños estudios sobre lo que ahora nos resulta tan habitual, pero que en los momentos iniciales fue muy diferente y mucho más lento de lo que podríamos pensar, de modo que veremos muchas cosas curiosas.

      Con el Reglamento para el servicio de coches automóviles por las carreteras del Estado de 17 de septiembre de 1900 conocemos en esa época a qué se llamaba automóvil por su Artículo 2º, Bajo el nombre de coche automóvil, ó simplemente automóvil, se comprenden todos los carruajes movidos por fuerza mecánica.

       EL PRIMER AUTOMÓVIL QUE SE PUDO VER EN SEGOVIA
     La fuente más antigua que tenemos de un automóvil en Segovia nos viene de la prodigiosa memoria de Agapito Marazuela en charla con Manuel González Herrero.

      En el siglo XIX, el año 96 ó 97, fue cuando vi yo el primer automóvil; cada cosa que venía nueva nos causaba una emoción y una impresión enormes, como luego más tarde pasó con el gramófono y con los aviones y demás.
      Le ví un día de San Luis, viniendo de La Granja, y nos impresionó a todos los que lo presenciamos. A mí eso de ver un coche sin caballos, ni burros, ni machos, me pareció una cosa incomprensible.
      - ¿Quién llevaba el coche ese?.
     - Era un coche francés, muy destartalado, pero que fue el primero que habíamos visto, y la cosa desde luego fue de emoción. Un niño que iba con su padre, un niño de nueve años, al ver aquel primer automóvil, exclamó: "papa, papa, papa"...
      - "Qué te pasa, hombre, le preguntó el padre".
      - "Un coche que se ha vuelto loco, un coche que se ha vuelto loco...".
      - ¿Cómo llamábais aquel artefacto?.
      - Pues nosotros, un cacharro que andaba solo, je, je, je ...

     Por todo lo leído sobre el tema y teniendo en cuenta que Agapito nació en noviembre de 1891, parece un poco aventurado, pero sí es posible, ya que en Madrid según la amiga Isabel Gea, fue sobre 1898. Tampoco nos informa sobre si era eléctrico o de petróleo, pero cuadra todo: procedente de Francia, cuna de los automóviles, y en el verano de San Ildefonso, donde se situaba la Corte. Por la documentación utilizada con imágenes publicadas en revistas gráficas de la época Agapito pudo ver algo del tipo


o bien de otro tipo.

     En estos modelos iniciales los diseños todavía eran muy similares a los coches de caballos. Habrá que esperar al impulso de la Exposición Universal de París de 1900 en cuyo vídeo podemos ver el continuo tránsito de coches de caballos, el tranvía y un triciclo con motor. Con este impulso internacional los constructores de automóviles mejoraron mucho los motores, los mecanismos y los diseños.

     La segunda fuente, por escrito, de un automóvil en Segovia es del pintor Ignacio Zuloaga Zabaleta (1870-1945) que en carta dirigida en 1902 a su tío Daniel Zuloaga, en Segovia, le pide que vaya en ferrocarril a Miranda a su encuentro, en la que le dice Iremos despacio para pararnos en donde nos guste y tirar de kodak. Mi automóvil tiene tres velocidades... Lógicamente lo adquiriría en París y lo utilizaba para desplazarse fácilmente entre París y San Sebastián. Debemos recordar que ya entre el 27 y el 29 de junio de 1901, L'Automobile Club de France, con más de 2200 socios, había organizado la carrera internacional París-Berlín de modo que crearon varios salones y exposiciones de automóviles en París desde 1898.

     Sin embargo, no tenemos ninguna prueba gráfica, a día de hoy, de un automóvil en Segovia hasta octubre de 1905. En el viaje de Émile Loubet, séptimo presidente de la República Francesa, a España, el 25 de octubre, día de San Frutos, el rey Alfonso XIII prepara en el programa del día una cacería en Riofrío y fuera de programa una visita a Segovia:

      Alfonso XIII acababa de cumplir diecinueve años el 17 de mayo anterior y desde julio de 1904 ya disponía de su primer automóvil cumplidos los dieciocho años necesarios para poder conducirlo por el Reglamento de 1900. El tren partió desde la estación del Norte de Madrid a las nueve menos cuarto con los séquitos respectivos y llegó a La Losa de Riofrío a las once. En la estación de La Losa subieron los expedicionarios en los tres automóviles del Rey y en el del Marqués de la Mina con dirección al Palacio de Riofrío.

      En la foto publicada en La Ilustración Española y Americana de la estación de La Losa, adornada con guirnaldas y banderolas, podemos ver el maravilloso Panhard & Levassor de 35 caballos conducido por el joven Rey, detrás el presidente francés con barba, junto al ministro de Fomento, conde de Romanones.


      El Panhard & Levassor de Alfonso XIII era un modelo de cuatro plazas con carrocería realizada por Henry Blinder. Era uno de los automóviles más modernos y caros alrededor de 1904 con un coste, en su momento, superior a los 17500 francos.


      En la postal fotográfica que se editó en la época podemos ver algo mejor el potente automóvil en la estación de La Losa que Alfonso XIII, utilizaba entre otros, en sus continuos viajes desde el palacio Real de Madrid a La Granja de San Ildefonso en el verano de 1905. Uno de los viajes fue a la inauguración en julio del Tiro de Pichón y poco después, en agosto, llegó a tener fuertes críticas en la prensa comentando la posibilidad de que tuviese un accidente.

    En otra postal del mismo día veinticinco podemos ver al Rey llevando quizás al puesto correspondiente dentro del bosque de Riofrío al señor Loubet, pero ya lleva puesto el gorro correspondiente, las gafas reglamentarias y el mismo abrigo bien cerrado para resguardo del frío.


      Al día siguiente  y siete días después, en la revista ilustrada Nuevo Mundo, se publican reportajes sobre la cacería en Riofrío con fotos conversando y su automóvil esperando.


      A la derecha, con capa y sombrero vemos al ministro de Fomento, conde de Romanones que había cazado la mejor pieza, un ciervo de cinco puntas.

      Acabada la cacería, recorrer el Palacio de Riofrío, ir al Palacio de La Granja y saludar a la población de San Ildefonso hicieron una vista a Segovia fuera del programa oficial:

     A las cinco y diez llegaron en el automóvil de 35 caballos S.M. y el Presidente de la República francesa, el infante D. Carlos, el príncipe Reniero y el embajador de Francia en España, Mr Cambón.
    Los egregios excursionistas se detuvieron un momento en el Azoguejo, contemplando el acueducto, y girando velozmente el automóvil, emprendió éste una marcha moderada por las calles de San Juan, San Agustín y la Trinidad.
       Al llegar a la Plaza S.M. consultó el reloj, y el carruaje tomó la dirección del Alcázar.
      El público ya se habia apercibido de la presencia de los ilustres viajeros y la gente en grandes grupos, corría tras del automóvil.
     Como no había noticia de la llegada del Rey, en el Alcázar solo fueron recibidos los excursionistas por el oficial de guardia y el sargento afecto del Archivo militar.
       No se permitió la entrada al público, pasando tan solo un ordenanza de telégrafos que entregó á S.M. un telegrama.
       La falta de luz y la premura del tiempo hicieron que la visita fuera breve, limitándose al piso bajo del edificio.
      A los ocho minutos los excursionistas en automóvil, cuando ya se había congregado en la plaza del alcázar numeroso público y correspondiendo sonrientes á los respetuosos saludos de la concurrencia, emprendieron la marcha por la Ronda del Rey D. Juan, calles del Socorro y San Valentín al Paseo Nuevo, dirigiéndose á la estación. 
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      Esta entrada se la dedico a Mariano Gómez de Caso por todos sus estudios sobre Segovia y lo segoviano.
       Todo ha sido posible gracias a:
Gaceta de Madrid del jueves 20 de septiembre de 1900, Año CCXXXIX, Núm 263 de la Agencia Estatal Boletín Oficial del Estado del Ministerio de la Presidencia.
Agapito Marazuela o el despertar del alma castellana de Manuel González Herrero editado por segunda vez en 1995 por la Excma. Diputación Provincial de Segovia.
Nuevo Mundo semanario ilustrado del 26 de octubre de 1898, Año IV de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.
La Ilustración Española y Americana semanario de información gráfica del 30 de octubre de 1905, Año XLIX, NÚM XL de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.
Historia de las comunicaciones en Segovia de Mariano Gómez de Caso Estrada editado por Caja Segovia Obra Social y Cultural, Segovia 2004.
Nuevo Mundo semanario ilustrado del 26 de octubre de 1905, Año XII, Núm 616 y del 2 de noviembre de 1905, Año XII, Núm. 617 de la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional de España.
Diario de Avisos. Segovia diario del jueves 26 de octubre de 1905, Año VII, NÚM 2312 de Biblioteca virtual de prensa histórica del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
http://www.tours13.fr/histoire-du-quartier/panhard-levassor
https://automobileclubdefrance.fr/fr/salon-panhard-levassor-2/
Mi colección de postales y fotos antiguas acumulada en los ultimos dieciséis años.

viernes, 26 de junio de 2015

LOS AUTOBUSES DE LA RENFE DE SEGOVIA (1947-1959)

      Como la estación de trenes se encontraba a más de un kilómetro del centro de la ciudad, la RENFE (Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles) fundada en 1941, disponía de una serie de pequeños autobuses que trasladaban a los usuarios, con sus equipajes, al centro de la ciudad o de la ciudad a la estación. Precisamente en febrero de 1946, Francisco Franco vino a Segovia a la inauguración de la electrificación de la línea férrea Villalba-Segovia y a partir de ese momento recibiría un impulso a nivel nacional.

        En un plano guía de la Dirección General del Turismo circa 1946 nos hablan de los citados autobuses.


       En estos primeros años para los usuarios que se desplazaban a la estación para coger el tren hacia Madrid  había una línea que partía de la Plaza bajaba al Azoguejo por la calle Real y se dirigía a la estación del tren cruzando las calles Perocota, San Clemente y Gobernador Fernández Jiménez porque entonces todavía no existía la Avenida Fernández Ladreda. Así lo muestra el folleto turístico hacia 1946.


        Estos autobuses de la década de 1940 que partían de la Plaza eran de reducido tamaño con una capacidad de poco más de dieciocho asientos, pero sus conductores los dejaban aparcados, con las cuatro ventanucas laterales abiertas, a la sombra de las acacias de la Plaza en el verano.


     Como podemos comprobar en la imagen circa 1946 tenían en la parte trasera una escalerita para subir a la baca los equipajes de los viajeros. En ese momento la baca está vacía porque muy probablemente está esperando la hora de salida y el que está sentado en el banco de granito sea su conductor.

       Parece ser que en esos primeros años debía haber dos autobuses que esperaban a la llegada de los trenes a la estación segoviana desde Madrid. Uno, debía tener como destino la Plaza Mayor, entonces Plaza de Franco, y otro la Plaza del Azoguejo. Estos destinos tenían su lógica, el de la Plaza Mayor para el centro de la ciudad y todos los Hoteles céntricos para los turistas: Comercio Europeo, Victoria, Casas y el de la Plaza del Azoguejo para todos los usuarios que cruzando el Acueducto después tenían los autobuses para la provincia de Segovia, en el Parador del Norte y el garaje de La Serrana.

      En particular, tenemos esta imagen circa 1949 del bullicio en el Azoguejo, junto al Columba, que por la ropa de las personas, podría ser un domingo o un día festivo. En la baca, llena de maletas y equipaje, leemos claramente RENFE DESPACHO CENTRAL DE SEGOVIA y vemos una bocina que sale por encima del cristal del conductor.


       Observamos que en la parte delantera estaban numerados, y hemos llegado a ver hasta el número cuatro en otras fotos. Me han comentado que la parte clara de la carrocería sería de color amarillo y quizás por otros autobuses, de color verde la parte oscura.

        El tiempo pasa y llegamos a principios de la década de 1950, pero las costumbres se mantienen y vemos otra vez, hacia 1951, como tenemos un autobús de Renfe esperando la salida a la sombra de una acacia de la elipse de la Plaza y en ese momento, un guardia civil junto al pequeño autobús, con las ventanas abiertas para que entre el fresco.


      Vemos curiosamente una puerta en la parte trasera, que según me cuentan era la única puerta de entrada y salida para los pasajeros.

        Pero no sólo tenemos fotos del verano, también hemos conseguido en este detalle de la Semana Santa de abril de 1952 uno de los citados autobuses esperando el traslado del paso de la Dolorosa que habría bajado por la calle San Francisco un domingo de Resurrección.


      Intuimos en este caso el número dos en la parte delantera junto a los niños con su elegante gabardina y el militar con su casaca reglamentaria empujando el paso de Santa Eulalia. Acompañan al paso los vecinos del barrio en procesión.

    Hacia el verano de 1952 también tenemos el autobús número cuatro lleno de pasajeros y toda la baca llena de maletas y equipaje.


     Justo entre los pilares de los arcos del Acueducto en Fernán García leemos el cartel del Bar Turismo de Gil Escribano Núñez y sus hijos.

    Acabadas las cartillas de racionamiento oficialmente a partir de junio de 1952, aumenta el movimiento turístico hacia Segovia inaugurándose en ese año el Gran Hotel Las Sirenas y al año siguiente, en el Nº 2 de Fernández Ladreda, el Hotel Alcázar.  La apertura al exterior comenzaba, pero básicamente el uso de los autobuses era por parte nacional porque comienza la gran emigración de los pueblos a Madrid.


      El despacho de billetes de los trenes se encontraba en la Plaza, en la esquina de los soportales junto a la iglesia de San Miguel y así nos lo refleja una guía con datos de 1957.


     Esa es la razón por la cual siempre conseguimos imágenes con los autobuses esperando en la elipse de la Plaza o a la puerta del despacho de billetes para salir hacia la estación.


      Hacia 1959 había matriculados en Segovia, capital y provincia, poco más de cinco mil vehículos, de modo que estos pequeños autobuses de RENFE tenían un uso habitual. A las horas correspondientes para la salida del tren desde Segovia, media hora antes se recogía a los usuarios en la Plaza y bajaba el autobús por la calle Real con sentido único.

      Alejandro Sáez nos recuerda de su niñez segoviana respecto a la bajada por la calle Real 'cuando aumentaron el tamaño de los autobuses y los comercios tenían toldos extendidos enfrentados debían salir un momento para subirlos un poco y pudiera pasar el autobús sin tocarlos'. Después llegaban a la siguiente parada, el Azoguejo, recogían a más usuarios y muy probablemente ya cruzaban Fernández Ladreda y subían por el Paseo de Ezequiel González.


      El madrileño José Manuel Seseña, nos informa de sus gratos recuerdos de finales de los cincuenta cuando venía a Segovia con su abuelo en el verano 'A la llegada de los trenes a la estación había tres destinos, uno a La Granja, otro al Azoguejo y finalmente el otro a la Plaza Mayor, con los cobradores en la puerta voceando el destino. Los conductores charlaban delante del frontal de los autobuses hasta recibir la orden de salida. Para arrancar precisaban manivela y después se montaban. Uno de los autobuses, lo recuerdo como si lo estuviera viendo ahora tenía la puerta de acceso y salida, pues era única, en la parte trasera, no en el lateral como era lo normal'.

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      Esta entrada se la dedico a José Manuel Seseña que al preguntarme sobre si tenía fotos de unos autobuses con una sola puerta atrás me motivó para la búsqueda de material y a consultar detalladamente las guías de la época.
       Todo ha sido posible gracias a:
La colaboración de José Manuel Seseña y Alejandro Sáez Huertas por los buenos recuerdos de su niñez.
Segovia, Guías turísticas andar y ver. Marqués de Lozoya. Editorial Noguer, tercera edición. Barcelona, 1963 [primera edición de 1957].
Plano Guía. Editado por la Junta Provincial del Turismo. Impr. y Lib. Vda. de Mauro Lozano. Plano de Segovia de López Aldana 1945.
Programas de Ferias y Fiestas de 1956.  Editor M. Piquero.
Segovia y el Ferrocarril. Asociación Cultural Plaza Mayor de Segovia, publicación nº 21, Segovia, junio 2009.
Libros de Matrícula de Contribución Industrial del Archivo Histórico Provincial de Segovia.
Mi colección de postales, fotos y guías antiguas de Segovia de los últimos quince años.

miércoles, 10 de junio de 2015

POLIEDROS REGULARES para 2º de ESO

     Para que los alumnos de 2º de ESO puedan visualizar en movimiento los llamados Sólidos Platónicos, hemos recopilado esta hoja en formato de Word. En los enlaces podrás ver en movimiento un tetraedro, un octaedro, un icosaedro, un hexaedro y un dodecaedro.

      Puedes descargar la hoja modelo en este enlace seguro. Después simplemente usando tecla CTRL y con el ratón clic situado en el enlace del poliedro que se quiera ver.

sábado, 16 de mayo de 2015

LA CALLE DE LOS COCHES DE SEGOVIA (1919-1950)

     Estudiamos ahora una de las calles del arrabal de San Millán, desde principios del siglo XX, aunque en los padrones más antiguos corresponde a la parroquia de San Clemente, con el curioso nombre de calle de los Coches.


      La calle en esa época era parte de una de las dos vías principales para ir desde la plaza del Azoguejo a la iglesia de San Millán: por Perocota-Plaza del Carmen-calle del Carmen-Carretas-Escultor Marinas o bien por Perocota-Plaza del Carmen-San Clemente-de la Asunción-de los Coches. Hemos marcado los dos recorridos acabando en dos de las tres puertas de acceso en el muro que rodeaba a la iglesia, que en el segundo lustro de los años cuarenta se eliminará. Veámoslo en el mapa de Odriozola de 1901 y así se mantendría, en esa zona, hasta 1948 que comenzará a cambiar por la nueva travesía del Camino Nacional 110.


      Pero centrémonos en la calle de los Coches. Siguiendo a Sáez y Romero en 1918 "Principia por la calle del Escultor Marinas y sale a la del Roble...Es paralela al curso del Clamores, que pasa con cauce hondo, atravesándose para entrar en la población por un antiguo puente llamado del Verdugo...". Podemos comprobar que su descripción es totalmente fiel en el plano anterior y así se mantendrá básicamente hasta 1949. Hemos marcado, para comparar, la calle de los Coches en un plano dibujado en 1945 señalando en rojo la numeración de la calle y el número quince de Escultor Marinas.


     Inicialmente lo primero que nos llama la atención es el trazado del arroyo Clamores. En el periodo que nos centramos ya se ha realizado, entre 1916 y 1919, el encauce y cubrimiento del arroyo desde el puente de Muerte y Vida, paralelo a la calle de la Independencia, hasta el puente del Verdugo. Después, entre 1922 y 1923 se realiza el encauce y cubrimiento entre el puente del Verdugo y la parte trasera del Nº 1 de la calle del Escultor Marinas, que vemos en el mapa anterior, aunque no se rellena la vaguada. Habrá que esperar hasta 1949, cuando se replantea la calle de los Coches después de realizar el nuevo trazado de lo que se llamaría, ya en 1950, avenida Fernández Ladreda.

     Podemos ver cómo era la calle de los Coches con el detalle de la parte izquierda de la maravillosa panorámica que hace José Regueira García (1880-1953) hacia 1920 desde el puente del Verdugo, que se ve señalado en los planos anteriores.


    Aclaremos que la calle de los Coches es ese camino de tierra que se ve a la izquierda, limitado por la pared de una fábrica (con dos obreros mirando) y el talud que se hace en la vaguada del arroyo Clamores. Las casas que se ven en frente, junto a la iglesia de San Millán, en 1919, pertenecen a la calle del Escultor Marinas (en particular, se corresponden con los números 7, 9, 11, 13 y pasada la de los Coches continúa con los números 15 y 17). Es decir, la calle de los Coches era una calle muy poco poblada tan sólo llegó a tener tres números en pares y otro número en impares en todo el periodo analizado, ya que la vaguada del Clamores ocupaba la mitad de la zona (esto provoca algunas humedades en los garajes de esa zona a causa de la capilaridad).

    Justo después de la valla de esa fábrica y antes del puente del Verdugo, se construyó hacia 1923 un edificio de tres plantas por encargo muy probablemente de Modesto Gil Álvarez al arquitecto Benito de Castro Rueda. Este edificio era el más voluminoso de la zona y se correspondía con el número 2 de la calle de los Coches. En él había cuatro o cinco viviendas y el bajo estaba ocupado totalmente por el Almacén de materiales de construcción de Modesto Gil Álvarez que anteriormente lo tenía disperso entre la calle de la Independencia y la calle de la Asunción (desde los años veinte Gobernador Fernández Jiménez), según nos muestra un anuncio de 1915.


      Este gran edificio se podía ver desde la terraza de el postigo debido a su volumen. Así lo podemos ver circa de 1929 a la izquierda de la iglesia de San Clemente.


         En la imagen hemos señalado el número 2 de la calle de los Coches, el número 15 de la calle del Escultor Marinas y la puerta del muro que rodeaba a la iglesia a la que nos referíamos antes.

       También podemos hacernos la idea del volumen del edificio para la época, con este detalle tomado desde la Catedral, aunque no sea nítida la imagen, circa 1929.

  
       Poco después, llega la II República y la calle de los Coches sigue tan poco poblada como siempre, pero concentrada en el edificio del número dos. Modesto Gil prospera con su Almacén de materiales de construcción y ahora también tiene una Fábrica de cal en el solar que rodeaba al edificio por detrás. Así lo hemos recogido en un anuncio de un programa de fiestas de 1933.


      En 1935 se proyecta un nuevo edificio encargado a Benito de Castro en la calle que consta como número 8, pero no podemos asegurar que se llegase a construir. Después llega el desastre de la guerra civil y la angustiosa posguerra. Modesto Gil Álvarez fallece antes de 1945 y su hijo se hace cargo de la empresa en pleno periodo de autarquía, haciendo unas tarjetas publicitarias mostrando su imponente edificio.

      También hace publicidad de materiales de construcción en El Adelantado de Segovia en 1943.


      Pero veamos el voluminoso edificio en el conjunto de la calle de los Coches en un claro día del verano de 1946.


      En la imagen, tomada desde el Salón, hemos señalado los pocos edificios que se ven en los números pares de la calle de los Coches y comprobamos como han construido una valla en la calle para protegerse de la vaguada del arroyo Clamores. A la izquierda del número cuatro parece intuirse el Puente del Verdugo que sólo tenía el ojo mirando a San Millán. Entre el número 2 y el número 4 está ya el final de la calle del Gobernador Fernández Jiménez y comienza la cortita calle del Puente del Verdugo para terminar en la calle del Roble.

      Incluso desde la Canaleja, poco después en 1949, podemos ver en un día soleado la calle de los Coches. En ese momento, se está haciendo el nuevo trazado del Camino Nacional 110 a su paso por Segovia y vemos claramente que están derribado el muro que rodeaba a la iglesia de San Millán.












     Finalmente, podemos comprobar la nueva planificación para la calle de los Coches realizada a consecuencia de la nueva travesía del Camino Nacional 110, en un proyecto del arquitecto segoviano Pedro Escorial de abril de 1950, que no llegó a realizarse, pero que es básicamente la actual. Todo ese plan es anterior a la construcción de la Casa Sindical hacia 1958 y lógicamente antes de construirse el actual aparcamiento subterráneo.


     El edificio del Almacén de materiales de Modesto Gil se mantuvo hasta su derribo en 1972 y actualmente correspondería al solar del edificio asignado como el número 8 de la calle de los Coches.
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         Esta entrada se la dedico a todos esos segovianos y segovianas que vivieron en las inmediaciones del Puente del Verdugo entre 1940 y 1950. En particular, a los descendientes de Modesto Gil Álvarez.
         Toda ha sido posible gracias a:
Vida y muerte del Río Clamor. Una biografía del río de Segovia. Manuel González Herrero. Editado por la Diputación Provincial de Segovia. Segovia 1997.
Arquitectura y Urbanismo en la ciudad de Segovia (1750-1950). Miguel Ángel Chaves Martín. Editado por la Cámara de la Propiedad Urbana de Segovia. Segovia 1998.
José Regueira. Panorámicas de Madrid (1919-1930). Ricardo González, Acu Estebaranz y Eduardo González Calleja. Editado por Fundación Cultural Mapfre Vida. T.F. editores. Madrid 2010.
Las calles de Segovia, noticias, tradiciones y curiosidades de Mariano Sáez y Romero. Edición facsímil en offset por la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Segovia. Segovia, 1978.
Guía de Segovia. Carlos Martín Crespo. Segovia 1934.
El plano del arquitecto municipal de Segovia de 1870 a 1913, Joaquín Odriozola Grimaud  de 1901.
Plano Guía. Editado por la Junta Provincial del Turismo. Impr. y Lib. Vda. de Mauro Lozano. Plano de Segovia, López Aldana 1945.
Programas de Ferias y Fiestas de 1915 y 1933 del Archivo Municipal de Segovia. 
El Acueducto en la fotografía. Colección Sáez-Laguna. Edita Ayuntamiento de Segovia. Segovia, 2009.
El Adelantado de Segovia del sábado 17 de julio de 1943, Año XLIII-Número 13287.
Foto del archivo personal del amigo Nacho Davía.
Padrón de Segovia de 1930 del Archivo Municipal de Segovia.
Proyectos de diferentes edificios y derribos del Archivo Municipal de Segovia.
Las aclaraciones de Isabel y Rafael del Archivo Municipal de Segovia, junto a su aliento y total colaboración para la divulgación de cómo era Segovia hace más de 60 años.
Mi colección de fotos, postales antiguas, folletos antiguos y planos de Segovia.