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sábado, 10 de junio de 2017

EL POSTIGO DEL CONSUELO DE SEGOVIA Y LA MURALLA CONTIGUA (1900-1942)

PRESENTACIÓN
      Hace veinte días al mostrarle a Julián Herrero una foto de las escaleras del postigo del Consuelo ('el Postigo') de 1938, donde no aparecía postigo como tal, me comentaba algo sobre una restauración de la década de los cuarenta, pero no sabíamos exactamente cuándo se había realizado ni quién lo había hecho. De modo que empezamos a buscar más imágenes y estudiar, que artículos se habían publicado anteriormente, sobre ese postigo segoviano tan visitado por los turistas y ahora todavía más, para sacarse esas fotos propias con el palo selfie con nuestro maravilloso Acueducto de fondo.

    Cuando empezamos a acumular imágenes antiguas, comentarlas y leer algunos breves escritos sobre el postigo del Consuelo nos quedamos sorprendidos. Por fin, aunque creíamos que el proyecto era del arquitecto municipal Fernández-Vega conseguimos encontrar el proyecto original de 1947 de Francisco Javier Cabello Dodero. Con este proyecto del Archivo Municipal nos pudimos hacer una idea con los dibujos en plano de cómo era en 1947, cómo sería tres meses después y qué nos podíamos encontrar en las fotos antiguas.

EL POSTIGO DEL CONSUELO DE SEGOVIA Y LA MURALLA ENTRE 1900 Y 1942
     Gracias al amigo Juan Francisco Sáez podemos mostrar una imagen, circa 1898, de su colección de un cristal de cómo el postigo del Consuelo era una pequeña puerta con un arco de medio punto de unos dos metros y medio de altura. En la imagen podemos ver la procesión del Corpus, arriba el portillo del postigo, y junto a la fuente del Azoguejo la barbería de Plaza en la base del intento de reconstrucción de la iglesia de Santa Columba. A través del hueco de la ventana frontal superior apreciamos las faltas en el lienzo de la muralla, porque si no debería verse.


    Desde la parte oriental del Acueducto podemos mostrar con un detalle de una postal coloreada, de Photoglob Zurich, cómo era la zona del Postigo y la muralla en la zona del corralillo de San Sebastián realizada circa 1900. Entre los arcos del Acueducto se pueden apreciar las faltas en el lienzo de la muralla entre el cubo y el postigo. Además, ese lienzo estaba en pésimas condiciones como nos lo confirma la imagen de Alois Beer de 1907 que no llega a la zona de grandes boquetes.


     El postigo del Consuelo se debió mantener según lo vemos en el cristal anterior, de autor desconocido hasta 1899 que se debió hacer la demolición.

   En la siguiente fotografía también prestada generosamente por el amigo Juan Francisco Sáez, procedente de un cristal, podemos ver circa 1910 cómo el lienzo de la muralla tiene grandes faltas, pero no llegamos a ver si permanecía el postigo con el arco de medio punto de la toma inicial.


    Al ampliar la imagen detallada tomada desde la calle del Angelete podemos apreciar los desconchones en la base de la muralla, cómo lo veíamos en la foto de Alois Beer y las grandes faltas en la parte superior almenada hasta la parte del postigo.


      La parte de la muralla junto al Acueducto por la zona del corralillo de San Sebastián se mantenía bien, aunque no tuviese los correspondientes morlones. Lo podemos ver nítidamente desde la calle de Fernán García circa 1917 con sábanas tendidas en la ladera.


    Pero en el lienzo de la muralla de la huerta del seminario se mantenían varios importantes derrumbes de finales del siglo XIX y algún otro posterior debido a continuos desprendimientos, como nos muestra la foto de Wunderlich que datamos circa 1920.

Foto propiedad del IPCE, Archivo Wunderlich
   
      Hemos obtenido un detalle aumentado de la imagen anterior para ver cómo se ven las faltas en la muralla y tampoco hay postigo del Consuelo. Por lo cual cabría la posibilidad de que, debido a los derrumbes, se tomase la decisión de demoler el pequeño postigo. Si fue así, suponemos que se haría entre 1910 y 1920.


     Todas las hipótesis para el Postigo son confirmadas con esta imagen de una fototipia de Hauser y Menet que datamos circa 1923. En ella, vemos el revoco en la casa que encargaría el pintor Lope Tablada Maeso porque había trasladado su estudio y su residencia a la calle del Angelete. Se aprecia que en la calle del postigo realmente hay una abertura sin puerta e incluso la imagen nos engaña porque vemos hasta la parte final del último arco del Acueducto.


     En 1928, desde el Acueducto podemos ver que se han reforzado los lienzos del seminario y el propio cubo porque no están las vegetaciones en la base, excepto en la parte superior, pero no se ha reconstruido el lienzo, después del merlón número 19. Suponemos que estas reparaciones se habían realizado a mediados de los años 20.


       La situación de las escaleras del postigo hacia el Azoguejo, realizadas a finales del siglo XIX, nos muestran como acababa la barandilla de granito en el último arco haciendo un ángulo recto cortando el acceso a la otra parte del Acueducto. En 1930 podemos apreciar que no hay merlones en el lienzo de la parte oriental hasta llegar al otro cubo correspondiente a la huerta que había junto al corralillo de San Sebastián. Básicamente se mantiene como estaba en la foto de 1917, pero la hiedra desde el canal del Acueducto ha ido ensanchando y creciendo.


     Como en agosto de 1930 se hace la demolición de los restos de intento de realización de una iglesia de Santa Columba la visión, desde el Azoguejo, de las faltas en la muralla entre el cubo del seminario y el postigo debía ser grotesca. Por ello, las fotos que se realizaban para la muestra con motivo turístico se centraban más en sacar el Acueducto con la parte de la muralla, pero sin postigo. En el lado occidental por la foto de Passaporte para la casa Loty tomada desde la entonces calle Ruiz de Alda, que datamos circa 1930, se mantiene la abertura en lo que sería la calle del postigo y podemos apreciar personas en la barandilla de granito.

Foto propiedad del IPCE, Archivo Loty
 
     Toda la situación de la muralla y sus derribos nos lo muestra desde el aire la foto de Ortiz Echagüe realizada circa 1933, aunque no sea nítida, obtenida de un huecograbado. Desde el merlón numerado como 19 la muralla tiene varias faltas y desperfectos, pero no se aprecia la abertura del postigo.


       Respecto a la terminación de la barandilla de las escaleras en ángulo recto en el último arco del Acueducto, podemos mostrar la barandilla desde la cual los turistas de antes de la guerra civil sacaban fotos con una preciosa imagen circa 1935. Desde este ángulo se tomaban las típicas panorámicas con el cerrillo de la iglesia de San Justo y la de el Salvador.


     Por tanto, entre 1930 y 1938 la muralla mantuvo esas faltas y de nuevo con una foto de las congresistas del Consejo Nacional de la Sección Femenina realizado en enero de 1938, podemos ver perfectamente como no hay postigo si no que hay una abertura. En ese momento el lienzo de la muralla en la huerta del seminario está a la espera de una gran reconstrucción que se realizará a partir de 1943.


PEDRO LUIS PEÑAS
JULIÁN HERRERO
Continúa
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      Esta entrada se la dedicamos a todos los guías turísticos para que puedan ilustrar más su labor informativa sobre nuestra ciudad Patrimonio de la Humanidad.
       Todo ha sido posible gracias a:
Las fotos amablemente prestadas por el amigo Juan Francisco Sáez que una es inédita y la otra la publicó en su libro El Acueducto en la fotografía. Colección Sáez-Laguna. Edita Ayuntamiento de Segovia. Segovia, 2009.
La foto del Archivo Wunderlich, del IPCE, número de inventario WUN-01463_P  de Otto Wunderlich (1887-1975) realizadas en Segovia entre 1915 y 1930. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La foto del Archivo Loty, del IPCE, número de inventario LOTY-02115_P de Antonio Passaporte (1901-1983) realizadas en Segovia entre 1927 y 1936. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
Y Revista de las mujeres Nacionalsindicalistas, Año I, Número 2, marzo 1938 de la Biblioteca Nacional de España.
Arte Español, revista de la Sociedad Española de Amigos del Arte. Conservación de los monumentos de Segovia (1938-1952) por F. Javier Cabello Dodero. Tercer cuatrimestre. Madrid 1952.  De la Biblioteca d'Humanitats de la Universitat Autònoma de Barcelona.
Guía de Segovia por F. Javier Cabello Dodero. Editada por la Junta Provincial del Turismo. Segovia 1949.
España, Pueblos y Paisajes de José Ortiz Echagüe. Prólogos de Azorín y Salaverría, 312 láminas impresas en Huecograbado. Editorial Mayfe, cuarta edición. Madrid, 1950. [La primera edición se publicó en 1939].
El apoyo en la divulgación sobre Segovia y aliento continuo de Isabel y Rafa del Archivo Municipal de Segovia por su gran disposición para buscar esos detalles tan decisivos para disfrute de todas las personas que nos interesamos por la Segovia antigua.
Mi colección de postales, fotos, y revistas antiguas de Segovia recopiladas en los últimos diecinueve años.

sábado, 15 de octubre de 2016

LA VIRGEN DEL ACUEDUCTO Y SU FAROL, (2ª Parte)

    Continuamos con la entrada anterior, teniendo en cuenta el éxito precedente. De momento, sólo hemos encontrado como fuente escrita la memoria del arquitecto Alzaga para aclarar que había un farol.

      La hipótesis gráfica que planteamos de cómo estaba la disposición del farol junto a la Virgen, muy probablemente hacia 1800, la queremos justificar razonadamente.


     Si suponemos que la función del tejadillo fuera la de proteger el farolillo de las inclemencias del tiempo y que su luz se mantuviese, consideramos que sobresaldría algo más que lo que las marcas en la piedra nos parecen indicar. Interpretamos que la estructura que forman las barras C y D sirven para sustentar el peso del tejadillo, que de lo contrario, sólo se apoyaría de manera inestable en la barra grande superior. Todo ello nos lleva a considerar añadir unas barras verticales A engarzadas en las barras D.

      Así, el farolillo estaría sujeto por su parte superior a la barra central y por abajo, engarzado a la barra oblícua B que conecta la barra superior de gran diámetro con la C. Esa situación del farol parece la más adecuada para dejar bien visible, desde el Azoguejo, el grupo escultórico que mide aproximadamente 1,85 m de alto ya que la hornacina tiene una altura de 2,10 m.

      Respecto a la estructura E parece que en la parte superior tendría una especie de cavidad auxiliar para el encendido del farol y a su vez, las barras casi perpendiculares a las piedras harían de peldaños en una especie de escalera para apoyarse en el encendido. Algunas de estas hipótesis se podrían comprobar si supiésemos dónde se encuentran actualmente las dos piezas de la armadura que se retiraron en las restauraciones entre 1970 y 1972.

    Posteriormente estuvimos buscando todos los posibles grabados originales realizados entre 1780 y 1850 con la gran colección del amigo Juan Francisco Sáez y sólo encontramos una referencia al tejadillo en el grabado que aparece del libro de Alexandre de Laborde (1773-1842), que se editó entre 1806 y 1812, con el título PERSPECTIVA del AQUEDUCTO de SEGOVIA.


    Al hacer un aumento de los arcos centrales superiores comprobamos que en el grabado no detalla el sotobanco entre los cuatro arcos centrales del Azoguejo, pero sí quiere reflejar intencionadamente el tejadillo, quedando cubierto el farol.


     Como siempre los grabados son figurados y no se suelen ajustar completamente a la realidad, pero suponiendo cierto el aspecto que edita Laborde reconstruimos la hipótesis gráfica con un tejado a tres aguas manteniendo presente el razonamiento inicial con la necesidad de las barras verticales A.


    Pensamos que el tejadillo se quitaría antes de 1819 ya que Andrés Gómez de Somorrostro no hace mención alguna cuando estuvo trabajando en su famoso libro publicado en 1820. En cuanto a su instalación, pensamos que posiblemente sería en el siglo XVIII o finales del XVII.

    Cuando estuvimos hablando con Juan Francisco Sáez nos facilitó una imagen todavía más antigua de una acuarela atribuida a Francois Ligier de principios del siglo XIX. En ella, todavía se mantienen las casas que había a un par de metros del Acueducto en el Azoguejo continuando por la calle del Angelete (actual Teodosio el Grande).


     Al hacer un aumento de la parte de los arcos del sotobanco el artista, aunque no lo detalla, pensamos que quiere reflejar el tejadillo desde su perspectiva.


    Para terminar, por lo investigado hasta ahora, resumimos en forma gráfica la disposición desde hace doscientos años de lo que, según Alzaga, se llamó el farol de la Virgen.


PEDRO LUIS PEÑAS
JOSÉ GÓMEZ APARICIO
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      Esta entrada se la dedicamos a todos los segovianos y segovianas interesados por su Patrimonio Arquitectónico.
       Todo ha sido posible gracias a:
Memoria Descripitiva del Puente Acueducto de la ciudad de Segovia por el arquitecto Don Juan José de Alzaga, Año de 1835. Collectánea Histórica. El arquitecto Alzaga de Mariano Quintanilla. Memoria. Estudios Segovianos, Tomo V, Número 15 pp. 311-346. Segovia, 1953.
Voyage Pittoresque et historique de L'Espagne par Alexandre Laborde et une societé de gens de lettres et d'artistes de Madrid. A Paris de L'imprimier de Pierre Didot L'aine avec des caracteres de Bodoni. Tome Premier MDCCVI, Tome Premier Second Partie MDCCCXI, Tome Second MDCCCXII. Tome Second Seconde Partie MDCCCXII. [Obra completa de la Biblioteca Nacional]
Acuarela fechada hacia 1805 del amigo Juan Francisco Sáez Pajares que nos facilitó y permitió tomar imágenes de ella.
EL ACUEDUCTO Y OTRAS ANTIGÜEDADES DE SEGOVIA. Ilustradas por el doctor Don Andrés Gómez Somorrostro. Imprenta de D. Miguel de Burgos. Madrid 1820. Edición facsímil por la Editorial Confederación Española de Cajas de Ahorros. Segovia, 1983.
Supervivencia de una obra hidráulica, El Acueducto de Segovia de Aurelio Ramírez Gallardo. Colección de Ciencias, Humanidades e Ingeniería Nº 40. Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. 2ª edición corregida. Madrid, 1992.
El Acueducto de Segovia. Director José Arronis Capablo. VV. AA: Juan de Contreras y López de Ayala, Marqués de Lozoya; Carlos Fernández Casado; Aurelio Ramírez Gallardo; Félix Tamayo Royuela. Edita CIBA-GEIGY S.A. Barcelona 1973.
Arquitectura y Urbanismo en la ciudad de Segovia (1750-1950) de Miguel Ángel Chaves Martín. Editado por la Cámara de la Propiedad Urbana de Segovia. Segovia 1988.
Mi colección de postales, fotos y libros antiguos sobre Segovia de los últimos dieciocho años.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

LA VIRGEN DEL ACUEDUCTO Y SU FAROL

      La primera vez que vi una foto de cerca de la Virgen del Acueducto me llamó poderosamente la atención las marcas que veía en las piedras que la rodean de modo que me puse a investigar detalladamente en mi colección de imágenes antiguas de Segovia y buscar documentación. 

     En la actualidad la Virgen se puede ver detalladamente en la foto que tomé el domingo pasado por la tarde.
     

    Al buscar entre las fotos antiguas y apreciar un amasijo de hierros empecé a escanear con detalle ampliando imágenes datadas entre 1967 y 1860. Además, cuando leí la anécdota del silletero del libro de mi amigo José Luis, y con todas las imágenes en mi cabeza, propuse al amigo Pepe, profesor de Dibujo, hacer una reconstrucción de cómo estaba la Virgen hace más de doscientos años de modo que con los estudios, las hipótesis, las deducciones y las aclaraciones ambos nos quedamos gratamente sorprendidos por lo cual queremos mostrarlo para todo el mundo.

      A continuación, vamos a ver cómo estaba la Virgen a través del tiempo hasta llegar lo máximo posible con imagen fotográfica a mediados del siglo XIX. Comenzamos con una imagen de 1967 en la que podemos apreciar el amasijo de hierros que la rodeaban.


     En esta postal no conseguimos ver bien la disposición de los hierros, pero sí apreciamos que se utiliza para sujetar la bandera de España a modo de mástil perpendicular.

      Continuamos viajando en el tiempo y presentamos ahora una imagen circa 1959 en la cual sí hemos conseguido aumentar a gusto y poder mostrar la estructura de hierro que había.


     Desde esta perspectiva tomada desde la izquierda del Azoguejo apreciamos algo mejor una especie de estructura de hierro con una barra central y una sujección hasta la base rectangular. Esa sujección que se retiró en las restauraciones del Acueducto entre 1970 y 1973, ¿Qué objetivo tenía?.

       Al comienzo de la década de 1930 conseguimos mostrar la estructura metálica con una vista lateral.


      Ahora, podemos apreciar los pilares de hierro para mantener estable la estructura superior y a la izquierda debajo una especie de barandilla. De nuevo nuestro fotógrafo segoviano Julio Duque Berzal (1871-1936) nos iba a facilitar gratamente la investigación.

Negativo propiedad del George Eastman Museum
     
    El negativo que el Museo de Rochester atribuye al fotógrafo francés Charles Chusseau Flaviens lo conseguimos este año como positivo en sepia en una fotopostal con el típico membrete de Julio Duque cuando era fotógrafo de la Academia de Artilllería y además circulada con la fecha de 2 de febrero de 1910. Al escanear el positivo con gran resolución pudimos ver bien la estructura.


     Pero como el segoviano era un gran fotógrafo y consecuentemente también hacía buenos positivos, pudimos aumentar con nuestra máxima resolución.


     Como tiene su sello de diez céntimos de peseta circulado en 1910 pensamos que la foto incluso la pudo tomar antes, en 1909, y podemos ver detalladamente la estructura de hierro. Sin embargo, la estructura ¿de cuándo procedía?. Buscamos fotos más antiguas y conseguimos hacer de una, de autor desconocido (muy probablemente de las primeras de J. Laurent de Segovia), el detalle siguiente.


     Si nos fijamos bien está la estructura en una foto que podemos datar circa 1865. En ella, podemos ver las dos casetas de centinelas de las guerras carlistas e incluso se adivina una bandera ondeando entre las casetas en el canal del Acueducto.

     Para la documentación acudimos a las fuentes originales, la Memoria Descriptiva del Puente Acueducto de la Ciudad de Segovia firmada por el arquitecto Juan José de Alzaga en primero de octubre de 1835.

     "... y a uno y a otro lado de este pilar están dos huecos o nichos rectangulares, hallándose colocada en el que mira a Oriente una efigie de madera enteramente deteriorada que por tradición se dice que es de San Sebastián (pero la que hoy se ve a nada se parece), y en el que mira al Occidente o plaza del Azoguejo está colocada la de la Virgen que llaman del Consuelo, de una escultura muy inferior, en piedra blanca del país (9)" .

    Ahora, no queremos discutir qué Virgen es ni tampoco aclarar por qué la otra figura es San Sebastián, pero lo más curioso son los datos que nos aporta la nota correspondiente.

    (9) Al lado de esta efigie, en el mismo pilar, aún permanece el armazón o palomilla de hierro donde se aseguraba un farol llamado de la Virgen, que, en la continuación de una costumbre antiquísima, tenía por una devoción esmerada de encenderle todas las noches la piedad de Antonio Mete, de oficio silletero, vecino de dicha ciudad, sin otro auxilio para subir a una altura de 85 pies que las escabrosidades y eminencias que presentan los sillares que forman el mismo machón y la enjuta de los arcos del primer cuerpo; pero después de la muerte de éste célebre silletero, que acaeció en 1802, nadie ha querido imitar una devoción tan singular.

    Con todos los datos, las imágenes ampliadas lo más posible y las nuevas tecnologías pedimos al amigo Pepe que hiciera un montaje de cómo estaría el farol, teniendo presente que parecen verse marcas de un posible tejadillo.


PEDRO LUIS PEÑAS
JOSÉ GÓMEZ APARICIO
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    Esta entrada se la dedico al propio José Gómez, segovianista convencido, por las futuras colaboraciones en el blog para nuestra común pasión por la Segovia antigua.
       Todo ha sido posible gracias a:
Memoria Descripitiva del Puente Acueducto de la ciudad de Segovia por el arquitecto Don Juan José de Alzaga, Año de 1835. Collectánea Histórica. El arquitecto Alzaga de Mariano Quintanilla. Memoria. Estudios Segovianos, Tomo V, Número 15 pp. 311-346. Segovia, 1953.
La escultura segoviana, de José Luis Martín, editado por el autor con la colaboración del Excmo. Ayuntamiento de Segovia y la Obra Social y Cultural de Caja Segovia. Segovia,1992.
Segovia vista por Chusseau-Flaviens (segunda parte) del blog del amigo Aku Estebaranz.
Supervivencia de una obra hidráulica, El Acueducto de Segovia de Aurelio Ramírez Gallardo. Colección de Ciencias, Humanidades e Ingeniería Nº 40. Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. 2ª edición corregida. Madrid, 1992.
Arquitectura y Urbanismo en la ciudad de Segovia (1750-1950) de Miguel Ángel Chaves Martín. Editado por la Cámara de la Propiedad Urbana de Segovia. Segovia 1988.
Mi colección de postales, fotos y libros antiguos sobre Segovia de los últimos dieciocho años.

miércoles, 12 de agosto de 2015

SEGOVIA LA ABANDONADA (La Esfera, 12 de agosto de 1922)

COMENTARIOS  PREVIOS
     Un día como hoy de 1922 se publicó en la revista La Esfera un artículo en defensa de Segovia que queremos recuperar con el uso de nuevas tecnologías.


    El autor Ramón Gómez de la Serna y Puig (1888-1963), utiliza para ilustrar su alegato, un trozo de la imagen del fotógrafo madrileño Mariano Moreno y García (1865-1925), cuya fotografía realizaría circa 1900.

     La relación de Ramón con nuestra ciudad se debe a que su padre, estando viudo desde 1906, fue Registrador de la Propiedad en Segovia a partir de abril de 1914 con domicilio en la plaza de la Merced. Estuvo viviendo con él unas ocho breves temporadas hasta 1921 y después fallece el 22 de febrero de 1922. Pero sus precisos detalles sobre el Monasterio del Parral delatan que hacía grandes paseos y conocía bien sus vistas panorámicas, o incluso la vista de la meseta castellana desde la torre de Juan II del Alcázar (el trepado balcón de Castilla). Respecto al Acueducto (...distribuidor, á través de sus arcos bajos, de toda la arriería comarcana...) detallan como conocía la zona del Azoguejo, los comentarios sobre las golondrinas, en realidad vencejos, volando por el Acueducto (Las golondrinas están muy arrepentidas de haber venido).

    En el texto se comenta esos años entre 1918 y 1921 en que Segovia tiene una corriente Regeneracionista, y expone claros detalles como el famoso incendio de 1920 que provocó la falta de chapitel en la iglesia de San Miguel durante varios años (y cuando el fuego hace su nido de cigüeña negra en una torre, queda la torre mucho tiempo con el nido ennegrecido y destechado). También en esa época se está reconstruyendo la torre de San Esteban (... y retejar la ciudad. Hay que apuntalarla un poco, pues hay varios campaniles á los que les faltan diez minutos para caerse,...).

     Muy probablemente su buen conocimiento sobre las viejas casas segovianas tenía su origen en la conferencia sobre Casas segovianas que dió Juan de Contreras (Marqués de Lozoya) el 27 de marzo de 1919 en el Ateneo de Madrid utilizando fotos del propio Mariano Moreno, Tirso Unturbe y otros, del cual Ramón era asiduo.

     Justo en 1922 publicaría su novela El secreto del Acueducto de temática puramente segoviana, que muy probablemente redactó en el verano de 1921, y algún párrafo está trascrito literalmente tomado de la novela.

SEGOVIA   LA   ABANDONADA
La típica Plaza Mayor de Segovia antes de derruir todo el fondo, en el que hoy se eleva el Teatro de Juan Bravo
       El viajero, el turista, el evocador español, toma primero el tren de Toledo, después el del Escorial, después el de Ávila, y si es caso, como excursión de merendola, de galantería y muy verdosa, el de Aranjuez. El de Segovia apenas se toma y se va abandonando día tras día, llegado en vano los trenes á esa estación de paso hacia viajes más largos, pues para llegar á Segovia hay que avanzar por una vía muerta y retroceder después para reanudar el camino recto.
      No está bien que se tenga á Segovia en este abandono, porque es una noble, legítima y auténtica gran ciudad. Ella se morirá en silencio de pura hidalga y ni siquiera llama á nadie con programas de fiestas, ni con los programas jarifos y bermejazos que anuncian las corridas de toros.
     Segovia, solemne y silenciosa, vive asomada á su ventanal, mirando el tiempo franco, eternal, con su gran rostro clarividente. No necesita espiar extranjeros. No es una comadreadora. Vive de si misma, sin comercio con nadie. Come sólo pan candeal. De pobre que es no enciende sus candiles á la noche.
       (Su fábrica de luz eléctrica se apaga á cada instante, y no admite abonados, sino accionistas, porque sólo la puede ayudar el que la da una gran cantidad. No la sacaría de pobre el abonado. El abonado más bien la robaría lo que consumiese).
       La resignación de Segovia es la que tienen los monarcas en sus palacios, aquellos monarcas que levantaban el rastrillo bien temprano y se acostaban en seguida. Al pasar frente á las puertas obscuras que respiran la paz de la noche y respiran el aire de la sombra y sus meditaciones, presiento sentados en los tramos de la escalera que da al piso único de la casa gentes conformes que viven su vida con la certeza humana y que, por mucho que lo adornen, no pueden salirse de esos límites.
      Segovia es el imafronte, el pináculo, el trepado balcón de Castilla. Es pura como ella sola y está solado su solar por las lápidas ó laudas que perpetúan á los varones más caballerescos, los hidalgos más sobrios y liberales.
     Segovia es la atrilera, el facistol para el gran libro de la Historia de España, abierto en la primera página de su renacimiento y en la hora de su unidad.
     Su acueducto, el decano de los monumentos enterizos y enhiestos de España, señala más ese sitio central que es Segovia, y más que distribuidor, á través de sus arcos bajos, de toda la arriería comarcana, parece que es el distribuidor de diferentes vías de ferrocarril que pasasen bajo él, ordenando así la afluencia de los trenes que vienen de Europa para ver Segovia y pasar por su numeroso túnel sin fondo.
     Y, sin embargo, esta ciudad señera, cuyo acueducto figura en la portada de nuestras guías de ferrocarriles, está apartada del tren, y si allí se ve que el tren enhebra el acueducto, no es verdad eso, porque la ciudad queda lejos de la estación, en una vía muerta á la que llegan por cumplimiento los trenes porque está eso estipulado en el fuero viejo de los ferrocarriles de Castilla.
     ¡Gran injusticia! Durante el verano, Segovia debía ser un centro populoso de veraneo, porque en Segovia es el único sitio en que reaparece en pleno verano el invierno. En San Sebastián, y quien dice en San Sebastián, dice en todo el Norte, reaparece el otoño en pleno verano, formándose de vez en cuando un día gris perla negra; pero nada más.
      En Segovia aparece el día completamente invernal, erigidas de nuevo las piedras de frío del invierno. La tierra se sobrecoge y el rostro del cielo se pone serio, como sólo se pone en invierno.
      Los pájaros se esconden. Las golondrinas están muy arrepentidas de haber venido.
       El Monasterio del Parral se pone fosco y su piedra toma la color del invierno.
     Esto, que es admirable de ver en plena canícula, sucede en una gran ciudad con empaque cortesano, donde llegan los periódicos temprano, y es modesto el coste de la casa y el sustento. No se cambia de paisaje ni de psicología al veranear allí, y se cambia, sin embargo, de temperatura.
      Hay que conservar por eso de todas maneras Segovia y retejar la ciudad. Hay que apuntalarla un poco, pues hay varios campaniles á los que sólo les faltan diez minutos para caerse, y cuando el fuego hace su nido de cigüeña negra en una torre, queda la torre mucho tiempo con el nido ennenegrecido y destechado.
      También hay que defender las viejas casas, pues todavía se conduele la ciudad de que tirasen aquellas casas que había en la Plaza -esas que va á perpetuar mi fotografía-, y cuyos pisos avanzaban como crecientes repechos sobre el aire de la Plaza, el más saliente el último, habiendo una ventanita á cada lado de cada balcón y viéndose las maderas antiguas de las antiguas construcciones hidalgüelas.
        Hay que ir de vez en cuando á Segovia, porque en ella se ve con más lógica y con más nitidez que en Toledo el alma española, sin la brevedad que ese espectáculo tiene en Ávila y sin la tétrica, solitaria y desesperante visión del Escorial.
    En Segovia el turista encontrará la pura cepa y comprenderá con seriedad y sobriedad, en toda su pobreza y en toda su altivez, lo que es el alma castellana.

RAMÓN  GOMEZ DE LA SERNA
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     Esta entrada se la quiero dedicar a todas y todos los que sienten pasión por la Segovia que fue.
     Todo ha sido posible gracias a:
La foto Segovia-41-Plaza Mayor del Archivo Mariano Moreno con Nº de inventario 0081_C del Instituto de Patrimonio Cultural de España del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.
La Esfera, Año IX, Núm 449, sábado 12 de agosto de 1922 de mi colección.
El secreto del Acueducto de Ramón Gómez de la Serna. Edición de Carolyn Richmond, segunda edición. Ediciones Cátedra. Madrid 2000.
Segovia en tres tiempos. fotografías de Laurent, Moreno y Loty 1856-1936. Fundación MAPFRE Instituto de Cultura.Madrid 2006.
Las fotos antiguas de placas de cristal del Ateneo de Madrid.
Arquitectura y Urbanismo en la ciudad de Segovia (1750-1950). Miguel Ángel Chaves Martín. Editado por la Cámara de la Propiedad Urbana de Segovia. Segovia 1998.

viernes, 26 de junio de 2015

LOS AUTOBUSES DE LA RENFE DE SEGOVIA (1947-1959)

      Como la estación de trenes se encontraba a más de un kilómetro del centro de la ciudad, la RENFE (Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles) fundada en 1941, disponía de una serie de pequeños autobuses que trasladaban a los usuarios, con sus equipajes, al centro de la ciudad o de la ciudad a la estación. Precisamente en febrero de 1946, Francisco Franco vino a Segovia a la inauguración de la electrificación de la línea férrea Villalba-Segovia y a partir de ese momento recibiría un impulso a nivel nacional.

        En un plano guía de la Dirección General del Turismo circa 1946 nos hablan de los citados autobuses.


       En estos primeros años para los usuarios que se desplazaban a la estación para coger el tren hacia Madrid  había una línea que partía de la Plaza bajaba al Azoguejo por la calle Real y se dirigía a la estación del tren cruzando las calles Perocota, San Clemente y Gobernador Fernández Jiménez porque entonces todavía no existía la Avenida Fernández Ladreda. Así lo muestra el folleto turístico hacia 1946.


        Estos autobuses de la década de 1940 que partían de la Plaza eran de reducido tamaño con una capacidad de poco más de dieciocho asientos, pero sus conductores los dejaban aparcados, con las cuatro ventanucas laterales abiertas, a la sombra de las acacias de la Plaza en el verano.


     Como podemos comprobar en la imagen circa 1946 tenían en la parte trasera una escalerita para subir a la baca los equipajes de los viajeros. En ese momento la baca está vacía porque muy probablemente está esperando la hora de salida y el que está sentado en el banco de granito sea su conductor.

       Parece ser que en esos primeros años debía haber dos autobuses que esperaban a la llegada de los trenes a la estación segoviana desde Madrid. Uno, debía tener como destino la Plaza Mayor, entonces Plaza de Franco, y otro la Plaza del Azoguejo. Estos destinos tenían su lógica, el de la Plaza Mayor para el centro de la ciudad y todos los Hoteles céntricos para los turistas: Comercio Europeo, Victoria, Casas y el de la Plaza del Azoguejo para todos los usuarios que cruzando el Acueducto después tenían los autobuses para la provincia de Segovia, en el Parador del Norte y el garaje de La Serrana.

      En particular, tenemos esta imagen circa 1949 del bullicio en el Azoguejo, junto al Columba, que por la ropa de las personas, podría ser un domingo o un día festivo. En la baca, llena de maletas y equipaje, leemos claramente RENFE DESPACHO CENTRAL DE SEGOVIA y vemos una bocina que sale por encima del cristal del conductor.


       Observamos que en la parte delantera estaban numerados, y hemos llegado a ver hasta el número cuatro en otras fotos. Me han comentado que la parte clara de la carrocería sería de color amarillo y quizás por otros autobuses, de color verde la parte oscura.

        El tiempo pasa y llegamos a principios de la década de 1950, pero las costumbres se mantienen y vemos otra vez, hacia 1951, como tenemos un autobús de Renfe esperando la salida a la sombra de una acacia de la elipse de la Plaza y en ese momento, un guardia civil junto al pequeño autobús, con las ventanas abiertas para que entre el fresco.


      Vemos curiosamente una puerta en la parte trasera, que según me cuentan era la única puerta de entrada y salida para los pasajeros.

        Pero no sólo tenemos fotos del verano, también hemos conseguido en este detalle de la Semana Santa de abril de 1952 uno de los citados autobuses esperando el traslado del paso de la Dolorosa que habría bajado por la calle San Francisco un domingo de Resurrección.


      Intuimos en este caso el número dos en la parte delantera junto a los niños con su elegante gabardina y el militar con su casaca reglamentaria empujando el paso de Santa Eulalia. Acompañan al paso los vecinos del barrio en procesión.

    Hacia el verano de 1952 también tenemos el autobús número cuatro lleno de pasajeros y toda la baca llena de maletas y equipaje.


     Justo entre los pilares de los arcos del Acueducto en Fernán García leemos el cartel del Bar Turismo de Gil Escribano Núñez y sus hijos.

    Acabadas las cartillas de racionamiento oficialmente a partir de junio de 1952, aumenta el movimiento turístico hacia Segovia inaugurándose en ese año el Gran Hotel Las Sirenas y al año siguiente, en el Nº 2 de Fernández Ladreda, el Hotel Alcázar.  La apertura al exterior comenzaba, pero básicamente el uso de los autobuses era por parte nacional porque comienza la gran emigración de los pueblos a Madrid.


      El despacho de billetes de los trenes se encontraba en la Plaza, en la esquina de los soportales junto a la iglesia de San Miguel y así nos lo refleja una guía con datos de 1957.


     Esa es la razón por la cual siempre conseguimos imágenes con los autobuses esperando en la elipse de la Plaza o a la puerta del despacho de billetes para salir hacia la estación.


      Hacia 1959 había matriculados en Segovia, capital y provincia, poco más de cinco mil vehículos, de modo que estos pequeños autobuses de RENFE tenían un uso habitual. A las horas correspondientes para la salida del tren desde Segovia, media hora antes se recogía a los usuarios en la Plaza y bajaba el autobús por la calle Real con sentido único.

      Alejandro Sáez nos recuerda de su niñez segoviana respecto a la bajada por la calle Real 'cuando aumentaron el tamaño de los autobuses y los comercios tenían toldos extendidos enfrentados debían salir un momento para subirlos un poco y pudiera pasar el autobús sin tocarlos'. Después llegaban a la siguiente parada, el Azoguejo, recogían a más usuarios y muy probablemente ya cruzaban Fernández Ladreda y subían por el Paseo de Ezequiel González.


      El madrileño José Manuel Seseña, nos informa de sus gratos recuerdos de finales de los cincuenta cuando venía a Segovia con su abuelo en el verano 'A la llegada de los trenes a la estación había tres destinos, uno a La Granja, otro al Azoguejo y finalmente el otro a la Plaza Mayor, con los cobradores en la puerta voceando el destino. Los conductores charlaban delante del frontal de los autobuses hasta recibir la orden de salida. Para arrancar precisaban manivela y después se montaban. Uno de los autobuses, lo recuerdo como si lo estuviera viendo ahora tenía la puerta de acceso y salida, pues era única, en la parte trasera, no en el lateral como era lo normal'.

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      Esta entrada se la dedico a José Manuel Seseña que al preguntarme sobre si tenía fotos de unos autobuses con una sola puerta atrás me motivó para la búsqueda de material y a consultar detalladamente las guías de la época.
       Todo ha sido posible gracias a:
La colaboración de José Manuel Seseña y Alejandro Sáez Huertas por los buenos recuerdos de su niñez.
Segovia, Guías turísticas andar y ver. Marqués de Lozoya. Editorial Noguer, tercera edición. Barcelona, 1963 [primera edición de 1957].
Plano Guía. Editado por la Junta Provincial del Turismo. Impr. y Lib. Vda. de Mauro Lozano. Plano de Segovia de López Aldana 1945.
Programas de Ferias y Fiestas de 1956.  Editor M. Piquero.
Segovia y el Ferrocarril. Asociación Cultural Plaza Mayor de Segovia, publicación nº 21, Segovia, junio 2009.
Libros de Matrícula de Contribución Industrial del Archivo Histórico Provincial de Segovia.
Mi colección de postales, fotos y guías antiguas de Segovia de los últimos quince años.

sábado, 24 de mayo de 2014

LA CALLE DE PABLO IGLESIAS DE SEGOVIA (1926-1936)

     Cuando me enteré de que en Segovia hubo una calle de Pablo Iglesias, me puse a investigar más a fondo cuando había sido y por qué. El socialista Pablo Iglesias Posse, nació en El Ferrol en 1850, fundó el P.S.O.E. a través de la Agrupación Socialista Madrileña en 1879 y falleció el 9 de diciembre de 1925.

     Algunos años antes de su muerte, el fotógrafo Alfonso lo popularizó a nivel nacional con su portada en Nuevo Mundo del 2 de mayo de 1912 con la Fiesta del Trabajo en Madrid y debido a tener todo el pelo cano tenía el apodo de abuelo.


     Unos años después mantenía la popularidad a nivel nacional con una entrevista en una revista especializada en el mundo cultural, La Esfera en 1919, en la cual ya se encontraba enfermo, según decía.
     

      Uno de sus contactos personales con Segovia fue en una carta dirigida al Comité Socialista de Segovia en 1924:

 Madrid, 14-2-924.
Queridos correligionarios: Os quedo muy reconocido por vuestro saludo y os deseo una gestión feliz en los cargos que os han confiado los socialistas de esa.
No es esa población una de las mejores para que nuestras ideas realicen progresos en estos tiempos, pero si todos los compañeros que las profesan son activos y perseverantes en la propaganda pueden traer a nuestras filas un buen contingente de adeptos. Como vosotros habéis de ser los motores de la actividad y de la perseverancia entre los nuestros, a vosotros os pido que no ceséis un solo instante en la labor de conquistar nuevos afiliados para esa Agrupación y todos los lectores que podáis para El Socialista.
Sea vuestra divisa acrecer mensualmente el número de unos y otros. Os agradeceré infinito que de los pasos de avance que deis me tengáis al corriente. Un saludo a todos los correligionarios y vosotros recibid, queridos compañeros, un abrazo de quien es vuestro y del Socialismo. Pablo Iglesias.

ANTECEDENTES
     Cinco meses después de su muerte, en la sesión del pleno del Ayuntamiento de Segovia celebrada el 11 de mayo de 1926, se hace una solicitud partiendo de la Casa del Pueblo, de homenaje a la memoria de Pablo Iglesias proponiendo poner calle de Pablo Iglesias a la calle de Gascos, sin embargo la corporación municipal, por unanimidad rechaza la propuesta, pero insta a que propongan otra vía pública para su estudio.

     Es decir, que en 1926 en plena Dictadura de Primo de Rivera y siendo su alcalde Fernando Rivas García (de la Unión Patriótica, partido creado en torno al dictador), no se acepta el cambiar de nombre la calle de Gascos (en esa calle estaba la Casa del Pueblo de Segovia) por su carácter eminentemente tradicional, pero a nivel municipal se reconoce la figura del pensador socialista y se nota gran respeto por la labor cultural realizada por la Casa del Pueblo, que organizaba al mes una o dos conferencias con personalidades de la cultura segoviana de la época. La propuesta muy probablemente fue realizada por Teodoro del Barrio Benito, miembro de la UGT y presidente de la Casa del Pueblo hasta que fallece en mayo de 1928.

APROBACIÓN  DEFINITIVA
    Justo, recién cumplido el primer aniversario de su muerte, en la sesión extraordinaria del pleno del Ayuntamiento celebrada el viernes 17 de diciembre de 1926 se estudia de nuevo la solictud de poner una calle con el nombre de Pablo Iglesias.
    "Leése una atenta comunicación en que el Secretario de la Casa del Pueblo, administrativa, de esta Ciudad, ejecutando acuerdo de las juntas directivas de 19 de noviembre próximo pasado, interesa del Sr Alcalde que se dé el nombre del difunto y esclarecido leader del socialismo español á una de las Calles de la Plata, San Francisco ó San Clemente, la Excma Corporación municipal resuelve por unanimidad que la primera de las tres citadas vías públicas de Segovia se denomine en lo sucesivo "Calle de Pablo Iglesias", y que este acuerdo se comunique á los fines procedentes, al solicitante y á las del Registrador de la Propiedad de este partido administrador de Rentas públicas y Jefe de la Sección de Estadística de esta provincia"

     Por tanto, desde el 18 de diciembre de 1926, a la calle de la Plata se le llamó calle de Pablo Iglesias. Posteriormente acabada la dictadura, la 'dictablanda' llega la II República y la figura de Pablo Iglesias se mantenía en auge a nivel nacional. En 1932 el Ayuntamiento de Madrid convoca un concurso público para erigir un monumento a Pablo Iglesias que en 1933 falla a favor del equipo formado por el segoviano, de Sepúlveda, Emiliano Barral López (1896-1936), Santiago Esteban de la Mora y Luis Quintanilla Isasi, que se inauguraría el domingo 3 de mayo de 1936.


      El nombre de la calle segoviana de Pablo Iglesias se mantuvo hasta 1936 aun cuando Pascual Guajardo Sánchez fuese de nuevo alcalde en 1934 apoyado por la CEDA, que dimitió según consta en acta el 15 de mayo de 1936 y poco después, la calle volvería a su anterior nombre de calle de la Plata y el monumento del parque del Oeste de Madrid se dinamitó acabada la guerra incivilizada en 1939.
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     Esta entrada se la dedico a todos los interesados por nuestra histórica cultura popular segoviana y en particular a los guías turísticos de nuestra capital.
       Todo ha sido posible gracias a:
Guía de Segovia de Carlos Martín Crespo. Segovia, 1934.
Segovia, 125 años 1877-2002 de Juan Manuel Santamaría López y Juan Antonio Folgado Pascual. Edición y coordinación Caja Segovia, Obra social y Cultural. Segovia, 2002.
Emiliano Barral de Juan Manuel Santamaría. Colección Villalar. Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura. Salamanca, 1986.
Libro de actas del Ayuntamiento de Segovia del año 1926 del Archivo Municipal de Segovia.
Nuevo Mundo, Madrid jueves 2 de mayo de 1912, Año XIX, Núm 956.
La Esfera, Madrid sábado 11 de enero de 1919, Año VI, Núm 263.
El Socialista de la hemeroteca de la Fundación Pablo Iglesias.
Mundo Gráfico, Madrid miércoles 6 de mayo de 1936,Año XXVI, Núm 1279.
El Adelantado de Segovia del miércoles 12 de mayo de 1926, Año XXVI-NÚM. 5205.

domingo, 13 de abril de 2014

EL CHAPITEL Y LA TORRE DE SAN ANDRÉS DE SEGOVIA (1927-1947)

       Actualmente podemos ver la  torre de la iglesia románica de San Andrés de Segovia en buenas condiciones, pero no siempre fue así y lo queremos mostrar señalando las diferencias encontradas. Para ello utilizamos el periodo entre 1927 y 1947. Un periodo de veinte años en el cual el chapitel sufrió una total destrucción y su posterior reconstrucción en años de racionamiento y hambre a causa de una guerra no civilizada. 

     Alrededor de 1927 podemos apreciar la esbeltez del chapitel y la torre de San Andrés con una imagen  del fotógrafo Lucien Roisin.


     Poco después, circa 1929, vemos que realmente la torre ya tenía algunos desperfectos como comprobamos en esta imagen de autor desconocido. Muy posiblemente las pizarras estaban deterioradas y movidas en el chapitel, por lo cual el agua que se filtraba iba atacando lentamente la esquina derecha de la torre respecto de la nave central.


      Del mismo fotógrafo anterior, también circa 1929, vemos que en general la torre y el chapitel estaban en buenas condiciones y así lo reflejaba desde el jardín de la entonces llamada plaza de Alfonso XII.


       Durante los quince años siguientes la torre y su chapitel se irían manteniendo, pero muy posiblemente los desperfectos en el chapitel irían en aumento hasta que el jueves 15 de abril de 1943 hacia las cuatro y media de la tarde un rayo cae en la torre en el ángulo inferior del chapitel que mira a la plazuela de la iglesia y provoca el incendio total del chapitel. Suponemos que el rayo penetró fácilmente en la estructura interior de madera y al incendiarse todo el chapitel cayó encima del propio cuerpo de la torre.

      Dentro de la desgracia natural y quedando dominado el incendio a las dos horas, parece ser que no provocó desperfectos en las cubiertas de la nave y de los ábsides, pero la torre estuvo sin chapitel varios años al descubierto. En época de racionamiento la reconstrucción y restauración no era nada sencilla por falta de dinero y tuvo que esperar varios años.

     Desde el Pinarillo podemos ver la panorámica con la Catedral y la torre de San Andrés sin chapitel alrededor de 1945.


      Además en la misma época podemos contemplar desde la Catedral toda la torre de San Andrés  sin chapitel circa 1945.


Pero si hacemos un aumento de la imagen podemos comprobar varias cosas: toda la base del chapitel está destruída con sus vigas quemadas y en la cara de la torre encima de la puerta principal hay un agujero en uve entre los dos arcos de la izquierda.


      Por fin, en 1946, ya se ha conseguido el dinero suficiente para comenzar la reconstrucción y tenemos esta imagen de un turista de agosto de 1946 tomada desde la plazuela del Alcázar con los andamios de madera instalados.


     Poco tiempo después, se van aumentado los andamios para el inicio de la reconstrucción completa del chapitel.


      El tiempo pasa y a finales de 1946 ya se ha hecho la reconstrucción y restauración, pero con diferencias. En la restauración se bajan de altura la posición de las ventanas del chapitel, su tamaño y se cambia ligeramente la parte superior si lo comparamos con la foto inicial de 1926. Podemos comprobarlo en una imagen circa 1950.


     Y finalmente en otra imagen alrededor de 1951 podemos ver como se aprecia la reconstrucción del agujero en uve que veíamos en la foto de 1945.

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     Esta entrada se la dedico a toda la parroquia de San Andrés que precisamente este año 2014 tiene catorcena.
       Todo ha sido posible gracias a:
La ciudad de Segovia, itinerario-guía de Mariano Grau Sanz. Segovia, 1947.
El Adelantado de Segovia. Viernes 16 de abril de 1943. Año XLIII, Núm 13211 de la hemeroteca de eladelantado.com
Mi colección particular de fotos y postales antiguas de Segovia.